Este mes Chile celebra un Día de la Independencia muy especial: 200 años de historia, 200 años de desarrollo de una rica y maravillosa cultura, 200 años del desarrollo de la identidad nacional.
Los chilenos pasarán tiempo con su familia y amigos, y celebrarán bailando cueca y comiendo platos típicos. El país se regocijará por sus logros: su cultura única, su estable economía, la globalización de sus empresas, la mejora de la infraestructura, una sólida democracia, un sólido marco institucional y una significativa reducción de la pobreza.
Mientras recuerdan la tragedia del terremoto de febrero y el hecho de que 33 mineros siguen atrapados bajo tierra en el norte del país, los chilenos analizarán la rápida recuperación del país tras el terremoto y el sentido de trabajo en equipo de esos mineros.
Y también mirarán al futuro, preguntándose qué traerán consigo los próximos cien años. Si el último siglo es recordado por la consolidación de la identidad cultural de Chile, el crecimiento económico y la democracia, ¿cómo serán los próximos 100 años?
Las señales son alentadoras. Chile desarrolló una nueva confianza en sí mismo como lo refleja la voluntad del país para determinar su propio curso de acción -haciendo las cosas “a la chilena”- la mejor forma para su gente. Esto es visible en el liderazgo económico y la voluntad de tomar decisiones difíciles, desde un gasto público controlado hasta abrir sus mercados y decidir no participar en guerras que involucrarán cambios de régimen.
El ritmo del cambio también se ha acelerado en los últimos 50 años y hay una sensación, con el recién instalado Gobierno del Presidente Piñera, de una renovada energía y dinamismo que podría llevar al país y su gente a terrenos desconocidos.
Entonces, ¿cómo será este nuevo Chile?
Soñemos.
Chile en el siglo XXII es un país donde todos son bilingües: los chilenos necesitarán serlo debido a que las exportaciones son muy importantes para la economía; más grandes empresas de nivel mundial han escogido a Chile como centro regional y global; la cantidad de chilenos multinacionales ha crecido; y Chile es un centro de inmigración de capital humano, dado que ofrece algunas de las mejores oportunidades de la región. Las empresas están concentradas en innovación tecnológica y servicios, es un país donde los mineros ya no pueden quedarse atrapados, porque nueva tecnología minera desarrollada en Chile limita la necesidad de trabajar bajo tierra.
En tanto, la confianza de Chile en sí mismo se proyecta internamente en nuevas y dinámicas empresas que llevan a la innovación y el crecimiento. La educación es de clase mundial desde la educación básica hasta la universidad. Externamente, Chile ha asumido roles de liderazgo en la diplomacia regional, asuntos económicos globales, arte y energía renovable. Este pacífico país trabaja estrechamente con países que abarcan desde Asia y Estados Unidos hasta sus vecinos sudamericanos. Bendito con bellezas naturales y diversidad geográfica, Chile ha sido un ejemplo de cómo la conservación y el desarrollo pueden trabajar mano a mano en beneficio de todos los chilenos.
El país también se ha vuelto más homogéneo en términos económicos, y diverso culturalmente. Las municipalidades y las regiones son sólidas. Ya sea que vivan en Puente Alto, La Dehesa, Punta Arenas o Arica, todos los chilenos tienen el mismo acceso a la educación y las oportunidades. Es un país donde el mejor gásfiter vive en el mejor barrio justo al lado del innovador que desarrolla la mejor tecnología de energía solar, y al frente del mapuche que escribió la última historia de su pueblo y acaba de regresar de dictar clases en Oxford.
En otras palabras, es un país que se ha concentrado con éxito en el capital humano en todas sus dimensiones.
Estos no son sólo sueños: este futuro está dentro del alcance de Chile y su pueblo. En AmCham confiamos en el futuro de Chile y seguiremos promoviendo de manera activa la inversión y el comercio para hacer que estos sueños se conviertan en realidad.
¡Feliz Bicentenario Chile!
This month Chile celebrates a very special independence day – 200 years of history, 200 years of developing a rich and beautiful culture, 200 years of nation building.
Chileans will be spending time with family and friends, celebrating by dancing the cueca and eating traditional foods. The country will be rejoicing in its accomplishments - its unique culture, a stable economy, the globalization of its businesses, improving infrastructure, a strong democracy, a solid institutional framework and significantly reduced poverty.
While remembering the tragedy of the February earthquake and the fact that 33 miners remain trapped in the north of Chile, Chileans will consider their country’s swift recovery from the quake and the sense of teamwork that has emerged to free those miners.
And they will also look to the future, wondering what the next hundred years will bring. If the last century is remembered for the consolidation of Chile’s cultural identity, economic growth and democracy – what will the next 100 years bring?
The signs are encouraging. Chile has developed a new self-confidence as reflected by the country’s willingness to determine its own course of action – doing things “the Chilean way” – the best way for its people. This is visible in its economic leadership and willingness to make tough decisions – from controlled public spending to opening its markets and deciding not to participate in wars involving regime change.
The pace of change has also accelerated over the past 50 years and there is a sense, with the recently installed Piñera administration, of a renewed energy and dynamism that could take the country and its people into uncharted waters.
So what will this new Chile look like?
Let’s dream.
Chile in the 22nd century is a country where everyone is bilingual – Chileans will need to be because exporting is so important to the economy, more large global businesses have chosen Chile as a regional and global hub, the number of Chilean multinationals has grown, and Chile is a center of immigration for human capital since it offers some of the best opportunities in the region. Businesses are focused on technological innovation and services – it’s a country where miners can no longer be trapped because new mining technology developed in Chile limits the need to work underground.
Meanwhile, Chile’s self-confidence is projected internally in dynamic new businesses leading to innovation and growth. Education is world class from primary school through university. Externally, Chile has taken on leadership roles in regional diplomacy, global economic matters, the arts, and renewable energy. This peaceful country works closely with all countries from Asia, to the U.S., to its South American neighbors. Blessed with natural beauty and geographic diversity, Chile has set an example in how conservation and development can work hand-in-hand for the benefit of all Chileans.
The country has also become more economically homogenous and culturally diverse. Municipalities and regions are strong. Whether living in Puente Alto, La Dehesa, Punta Arenas or Arica, all Chileans have the same access to education and opportunities. It’s a country where the best plumber lives in the best neighborhood next door to the innovator who developed the latest solar energy technology, and across the street from the Mapuche who wrote the latest history of their people and just returned from teaching at Oxford.
In other words, it’s a country that has successfully focused on human capital in all its dimensions.
These are not just dreams – this future is within reach of Chile and its people. We at AmCham are confident of Chile’s future and will continue to actively promote investment and trade in order to make these dreams come true.
Happy birthday Chile!!