Conversatorio analiza el rol de la empresa en procesos constitucionales

30 Junio 2021

Se compararon los casos de Bolivia, Ecuador, Islandia, Túnez y Marruecos.


El director del Centro de Reputación Corporativa, ESE Business School de la Universidad de los Andes, Pablo Halpern, presentó este miércoles los resultados del estudio “Rol de la empresa en procesos constituyentes recientes” elaborado por dicha entidad, en un conversatorio organizado por el Comité de Inversiones y Negocios de la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio, AmCham Chile.


El encuentro fue liderado por la Chair del Comité de Inversiones y Negocios y past president de AmCham Chile, Sandra Guazzotti, y moderado por la gerenta general de la Cámara, Paula Estévez.


Halpern explicó que en este estudio se analizó la participación de los gremios empresariales en los procesos constituyentes de Bolivia, Ecuador, Islandia, Marruecos y Túnez, con el fin de recabar lecciones y ser un aporte al desafío constitucional que tiene Chile por delante. Detalló que se eligieron esas naciones, porque presentaron tres elementos similares a los hechos ocurridos en nuestro país: Existencia de crispación social, el proceso se inició dentro de los últimos 15 años y hubo participación ciudadana.


El director del Centro de Reputación Corporativa, ESE Business School de la Universidad de los Andes afirmó que el estudio permitió descubrir que los procesos constitucionales tienen tres tiempos: el período de debate y redacción de la nueva Constitución por parte de la Convención o Asamblea Constituyente; el Plebiscito de aprobación o rechazo del texto; y la elaboración de las leyes que deben formar parte del articulado de la nueva Carta Magna. Agregó que el principal error del sector privado en los países analizados tuvo relación con que se restaron en una o más de estas etapas.


En ese sentido, Halpern concluyó que, entre las lecciones más importantes, se encuentran que el sector empresarial debería permanecer unido, congregando incluso a las mipymes; debe convocar a un diálogo con distintos niveles sociales, como la academia, organizaciones civiles y sindicatos; debe aportar con propuestas no solo en el ámbito económico, incorporando una visión integral del país, incluyendo las demandas sociales; y por último, debe promover el fortalecimiento de la democracia.


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