La conducta inapropiada implica que debe haber un código de conducta apropiada, pero simplemente no se puede legislar sobre algunas cosas. Lamentablemente, no podemos tener leyes que determinen qué es buen gusto y qué es mal gusto, pero Chile está cayendo en la trampa de tratar de legislar sobre todo. Aunque claro, normalmente el Congreso tarda de cuatro a cinco años en redactar una nueva ley para su promulgación presidencial de manera que el camino para convertirse en un “ciudadano micromanejado” se ve desacelerado por la falta de compromiso político, ¡gracias a Dios!
Debemos aprender de los errores evidentes de América del Norte, en especial de Estados Unidos, donde los legisladores llegarán incluso a legislar en contra de una enfermedad -sólo por si se le ocurre tratar e ingresar a uno de los 50 estados- y entonces elaborarán unos gruesos y cuantos cientos de “leyes” adicionales sobre las extensiones del tema en cuestión. ¿Corresponde a una conducta inapropiada el tener un nuevo puente o 500 millas adicionales de caminos pavimentados incluidos con dificultad en el presupuesto federal (o estatal) en reconocimiento a mi voto en contra de la molesta enfermedad?
Estoy a favor de leyes destinadas a generar en realidad resultados en áreas de importancia nacional, en especial en las de educación, salud, creación de empleo, pensiones y fútbol. Sí, F Ú T B O L.
Chile necesita nuevas leyes para promover y administrar el fútbol. Dado que la mayoría de nuestros mejores jugadores son comprados por clubes extranjeros, las ligas acá están bastante deprimidas en términos de desempeño y, no obstante, desde México hasta Tierra del Fuego millones y millones de personas son fervientes seguidores de este deporte. Entonces, se preguntará usted, ¿cómo pueden ayudar aquí las nuevas leyes?
Bueno, aquí es donde definitivamente la conducta inapropiada se convierte en un interés nacional vital. Es bastante simple. TIEMPO FUERA. Si 78.543 personas van a ver un juego en un día hábil en Inglaterra entre equipos como Manchester United y Arsenal, ¿por qué sólo 3.647 van a ver un partido el fin de semana entre Colo-Colo (un GRAN equipo en Chile) y Wanderers (un equipo no tan grande)? Simple; en Inglaterra, pueden tomarse el día libre y recibir de todos modos el pago correspondiente a ese día de trabajo. En Chile, los fanáticos en realidad están en el trabajo (incluso los sábado), lo que constituye una importante desventaja.
De modo que, por cada ley nueva, DEBE haber un grueso y muy grande apéndice que entregue financiamiento para el desarrollo del fútbol: estadios, managers, gimnasios especiales y -por supuesto- jugadores, desde la edad más temprana posible. Incluso podríamos considerar un programa de 25 años de semillero selectivo de jugadores para mejorar el desempeño.
El dinero está. Con los precios de las exportaciones del cobre aún en niveles máximos, hay miles de millones de dólares que sólo están ganando intereses. Dentro de 10 años, podríamos convertirnos en los favoritos para ganar la Copa Mundial. No hay tiempo que perder. Se debiera permitir que cualquier niño prometedor suscriba un contrato a cinco años con el Consejo de Desarrollo del Fútbol. Éste se manejaría profesionalmente y la administración se delegaría a los expertos: Chiledeportes. Bueno, pensándolo bien, quizás eso no sea tan buena idea …
A lo mejor el dinero no puede comprar amor, pero ciertamente puede comprarnos orgullo nacional y excelencia futbolística. Cuando la gente habla de Brasil y Argentina, el “deporte” surge de manera inmediata y con mucha más frecuencia que sus economías o políticas. Pero, si se habla de Chile, se hablará sobre la belleza de Los Andes, los vinos buenos y, por cierto, la minería. Bien, eso no es en lo absoluto una ayuda para la Imagen País de Chile si podemos sumar: gran fútbol. Sólo imagine: Chile 3 - Brasil 1; Chile 4 - Argentina 2; Chile 2 - México 0. Todo el mundo sabría, finalmente, ¡dónde está Chile!
A propósito, no se trata sólo del fútbol; Chile no espera ganar ni una sola medalla olímpica este año. ¡¡Eso es aterrorizante!! Más DINERO. Lo tememos así que gastémoslo.
Sigo haciendo gambetas, cabeceos y disparos en mi camino hacia el futuro,
Santiago Eneldo
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