Comprometer a los EmpleadosEngaging Employees

18 Mayo 2012

¿Qué hace que una compañía sea un gran lugar para trabajar? Los empleados tienden a entregar distintas respuestas a esta pregunta, pero la compañía multinacional estadounidense Kimberly Clark parece haber dado con una fórmula exitosa: el 2012 es el tercer año consecutivo en que la firma ocupa el primer lugar del ranking de la mejor empresa para trabajar en América Latina realizado por el Great Place to Work Institute y se ubica en el noveno lugar de la lista de mejores lugares para trabajar a nivel global.

Según Ramiro Garcés, vicepresidente de recursos humanos para América Latina de Kimberly Clark, la principal razón por la que la gente quiere trabajar para la compañía, que fabrica los pañales Huggies y los papeles desechables Kleenex entre otros productos de uso sanitario, es que se sienten “comprometidos”.

Garcés, quien es de origen colombiano y trabaja en las oficinas centrales de Kimberly Clark en Atlanta, dijo a los miembros de AmCham en un desayuno celebrado el 9 de mayo que las empresas capaces de generar el “verdadero compromiso” de sus empleados se ve beneficiarán de mejores resultados financieros.

Las personas deberían ser los principales impulsores de la estrategia de negocios, sostiene. Kimberly Clark, que está presente en 20 países de América Latina incluido Chile, emplea a más de 12.000 personas en la región, que Garcés describió como el “mayor activo” de la compañía.

Pero ¿cómo compromete una empresa a sus empelados para crear valor? En Chile, esta pregunta es importante dada la creciente competencia por trabajadores calificados y los negativos resultados de los sondeos de satisfacción sobre el lugar de trabajo en distintas industrias.

A juicio de Garcés, la clave es la confianza.

Cita al gurú de la administración Stephen Covey, quien explicó la idea en su libro La Velocidad de la Confianza: “El éxito financiero proviene del éxito en el mercado y el éxito en el mercado proviene del éxito en el lugar de trabajo. El corazón y el alma de todo esto es la confianza”.

La confianza se construye a través de la credibilidad, la justicia y el respeto, lo que combinado con la camaradería y el orgullo, conforman lo que Garcés denomina los “cinco pilares” de un Gran Lugar para Trabajar. En cuanto a los gerentes, deberían ser buenos para escuchar y recordar cosas simples como agradecer a los empleados por sus esfuerzos.

También enfatizó la importancia de la comunicación interna, algo que Kimberly Clark se toma muy en serio. Por ejemplo, Garcés recordó haberle preguntado a su chofer Pedro, quien regularmente lo recoge desde el aeropuerto de Lima para llevarlo a su hotel, cómo le va a Kimberly Clark en Perú. Para su sorpresa, Pedro sabía todo acerca de los nuevos proyectos y el desempeño financiero de la compañía.

“No importa cuál sea su trabajo en una empresa, todos los empleados deberían saber qué está pasando”, afirmó.

El compromiso también trae consigo importantes beneficios económicos para los accionistas de la empresa. Un sondeo realizado por el Great Place to Work Institute desde el año 1997 al 2010 mostró que las 100 mejores compañías para trabajar en el mundo obtuvieron resultados tres veces más altos que el promedio de los componentes de los índices bursátiles Dow Jones y S&P 500.

Resultados similares se han observado en América Latina. Garcés destacó que una mejora en el índice de confianza de Great Place to Work se ha correlacionado con un incremento en las ganancias operativas de Kimberly Clarke en a lo menos dos países en los que la firma está presente.

Más allá de los resultados financieros, empleados comprometidos también ayudarán a fortalecer la reputación de marcas de la empresa e impulsaran la innovación de productos y servicios. Pero crear una exitosa cultura corporativa comienza por lo más alto y los líderes empresariales deben predicar con el ejemplo para mantener a los empleados motivados e inspirados, señala Garcés.

Otros beneficios del liderazgo de Kimberly Clark en el ranking de Great Place to Work, que se basa en los resultados de un sondeo a empleados, incluyen un aumento de la cantidad de postulantes a puestos de trabajo y el reconocimiento de sus clientes.

Todo suena bien en teoría, pero ¿por qué el éxito de Kimberly Clark no ha sido replicado por otras empresas en Chile? Si bien Garcés no abordó este tema en su presentación, parece que hay más para comprometer empleados que marcar ítems en una lista.

La cultura corporativa se conforma con actitudes y expectativas tanto de los gerentes como de los empleados. Los gerentes chilenos tienden a tener un enfoque más jerárquico, lo que puede ser parte de la razón por la que algunos tienen dificultades ganándose la lealtad de sus empleados.

Otro factor importante es, por supuesto, la remuneración y los beneficios. Un empleado bien remunerado es mucho más fácil de “comprometer” que uno al que se le paga poco.

En definitiva, no hay una fórmula fácil de replicar para atraer y retener a la mejor gente. Cada compañía es única con sus propias necesidades y valores corporativos, pero hay cosas que los ejecutivos chilenos pueden aprender de Kimberly Clark, tales como la importancia de establecer confianzas y facilitar la comunicación.

Como señaló Garcés, cualquiera puede copiar su presentación en PowerPoint, pero poner su punteo realmente en práctica es más difícil. “Sueñen en grande” instó Garcés a quienes estaban presentes en el desayuno, pero -como ha demostrado Kimberly Clark- sus sueños deben construirse sobre fundaciones sólidas.

Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

What makes a company a great place to work? Employees tend to give different answers to this question, but the US-based multinational Kimberly Clark seems to have hit upon a successful formula: 2012 is the third consecutive year it has been ranked the best company to work for in Latin America by the Great Place to Work Institute and it comes in ninth on the list of best multinational workplaces globally.

According to Ramiro Garcés, Kimberly Clark’s vice-president of human resources for Latin America, the main reason why people want to work for his company, which makes Huggies diapers and Kleenex tissues amongst other sanitary products, is that they feel “engaged”.

Garcés, who is originally from Colombia and works in Kimberly Clark’s head office in Atlanta, told AmCham members at a breakfast on May 9 that companies able to generate the “true commitment” of their employees will benefit from better financial results.

People, he said, should be the main drivers of business strategy. Kimberly Clark, which is present in 20 countries in Latin America including Chile, employs over 12,000 people in the region who Garcés described as the company’s “greatest asset”.

But how does a company engage its employees to create value? In Chile, this question is important given the increasing competition for skilled workers and the negative results of workplace satisfaction surveys across many industries.

The key, according to Garcés, is trust.

He quoted management guru Stephen Covey, who explained the idea in his book The Speed of Trust: “Financial success comes from success in the marketplace, and success in the marketplace comes from success in the workplace. The heart and soul of all of this is trust.”

Trust is built through credibility, fairness and respect, which combined with camaraderie and pride, make up what Garcés calls the “five pillars” of a Great Place to Work. As for managers, they should be good listeners and remember simple things like thanking employees for their efforts.

He also emphasized the importance of internal communication, which Kimberly Clark takes very seriously. For example, Garcés recalled asking his driver Pedro, who regularly picks him up from Lima’s airport to take him to his hotel, how Kimberly Clark is doing in Peru. To his surprise, Pedro knew all about the company’s new projects and financial performance.

“It doesn’t matter what your job is in a company, all employees should know what’s going on,” he said.

Engagement also brings important economic benefits for the company’s stakeholders. A survey by the Great Place to Work Institute from 1997 to 2010 showed that the 100 best companies to work for in the world obtained results that were three times higher than the Dow Jones and S&P 500 average.

Similar results have been observed in Latin America. Garcés noted that an improvement in the Great Place to Work Trust Index has been correlated to an increase in Kimberly Clark’s operating profits in at least two countries where it has a presence.

Beyond better financial results, engaged employees will also help strengthen the reputation of the company’s brands and drive innovation of products and services. But creating a successful corporate culture starts at the top and business leaders must “walk their talk” to keep employees motivated and inspired, said Garcés.

Other benefits of Kimberly Clark’s leadership in the Great Place to Work ranking, which is based on the results of an employee survey, include an increase in job applicants and recognition from its clients.

It all sounds good in theory, but why has Kimberly Clark’s success not been replicated by other companies in Chile? While Garcés did not address this in his presentation, it seems there is more to engaging employees than checking off items on a list.

Corporate culture is shaped by the attitudes and expectations of both managers and employees. Chilean managers tend to be more top-down in their approach, which may be part of the reason why some have difficulty earning the loyalty of their employees.

Another important factor is, of course, remuneration and benefits. A well-paid employee is much easier to “engage” than a poorly paid one.

Ultimately, there is no easily replicable formula for attracting and retaining the best people. Each company is unique with its own set of needs and corporate values, but there are things Chilean executives can learn from Kimberly Clark, such as the importance of establishing trust and facilitating communication.

As Garcés put it, anyone can copy his PowerPoint presentation, but actually putting its bullet points into practice is more difficult. “Dream big” Garcés urged those present at the breakfast, but – as Kimberly Clark has shown – your dreams must be built on solid foundations.

Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE

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