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Mucho se habla del rol que debiesen cumplir los empresarios en un mundo cada vez más desafiante, donde hacer empresa es más que cumplir una determinada cuota de acciones para comercializarla. Este propósito es mucho más integral, ya que implica producir un valor no sólo para los clientes, sino también para colaboradores, accionistas, proveedores y comunidades.
Pero hay otras instancias de colaboración, y en momentos en que los países comienzan la travesía por dejar atrás el estancamiento y comienzan a cimentar el camino al desarrollo, el esfuerzo de los gobiernos no es el único necesario para alcanzar esa meta. Se requiere más, un trabajo mancomunado entre sociedad civil, empresarios, trabajadores, gobierno y clase política. Y es ahí donde los gremios desempeñan un rol fundamental en los momentos claves del país.
En la actualidad, el gobierno se ha impuesto como meta triplicar el crecimiento y superar el 4% anual, teniendo como objetivo que Chile sea un país desarrollado para 2025. Para ello, se ha enviado al Congreso un proyecto de modernización tributaria que, entre otras cosas, vuelve a integrar totalmente el sistema, otorgándole mayor certeza jurídica, fortaleciendo las normas anti-elusión y beneficiando a empresas de menor tamaño. Asimismo, se considera un cambio al sistema previsional que data de hace 30 años, anunciando un proyecto de Reforma al Sistema de Pensiones que preliminarmente aumentaría las cotizaciones desde el 10% actual al 14%, situación que nos acercaría a los países de la OCDE (19%). Y en este contexto, ¿qué podemos hacer desde el mundo gremial?
Las asociaciones gremiales son un factor de progreso económico, porque se sustentan en la integración de representantes de diversos sectores productivos. En Chile tenemos varios ejemplos, si bien todos tienen un punto de convergencia, que es la contribución al desarrollo de áreas que buscan incorporar nuevos aprendizajes. También son el espacio para la discusión de temáticas que hoy son presentes en países como Estados Unidos, pero que también serán parte del futuro de naciones como Chile, que están transitando un camino hacia la disrupción y los cambios de paradigmas.
Hoy es fundamental generar crecimiento de la mano de una colaboración sustentable con nuestras comunidades, adelantarnos a la cuarta revolución industrial, promover la inteligencia artificial y el desarrollo de la ciberseguridad, además de adoptar conceptos como diversidad, inclusión y equidad de género. Todas estas preocupaciones están presentes, en mayor o menor medida, en la sociedad civil, y para que se transformen en acciones concretas es clave promoverlas a través de un diálogo constructivo y oportuno.
Las asociaciones gremiales están alineadas a los ámbitos descritos, si bien enfrentan grandes desafíos por delante. Algunos de ellos son trabajar en torno a una reflexión permanente, presentar alternativas, buscar alianzas y fomentar proyectos en torno a objetivos que sean consensuados y rupturistas. Desde AmCham Chile nos hemos comprometido a tender nuevos puentes entre el mundo público y privado, porque estamos convencidos de que la colaboración es el único medio para construir un mejor país, con mayores oportunidades para todos. Las asociaciones gremiales en ningún caso pretenden ser dueñas de la verdad, sino actores sociales que pueden aconsejar, orientar y vincular en un mundo en donde la individualidad está dando paso a una colectividad pensante, y que tiene “hambre” por enfrentar desafíos que pertenecen a un momento histórico de positivos cambios.
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