[:es]Columna Cushman & Wakefield: Centros de bodegaje ¿a la espera del e-commerce?[:]

10 Diciembre 2019
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Por Lucas Desalvo, Market Research Manager de Cushman & Wakefield

Con la crisis social que está atravesando Chile pareciera ser que las celebraciones de fin de año no serán igual que siempre. De hecho, la misma Cámara de Comercio de Santiago, junto a Deloitte, analizaron cómo se está perfilando el consumo navideño este 2019, de la mano de las cifras de dos investigaciones preparadas especialmente por ambas partes, “Sentimiento Consumidores 2019” y “Estudios de Consumo Navideño 2019”, respectivamente. Éstas muestran que, como era de esperar, tras el escenario que ha vivido el país en los últimos dos meses, el gasto de los consumidores esta Navidad será significativamente menor.

Ello respondería, entre una serie de factores, a los problemas que han sufrido los malls y locales comerciales de distintas zonas tanto de Santiago como de regiones, con todos los saqueos y desmanes, lo que ha llevado a modificar incluso los horarios de atención.

Podríamos pensar, entonces, que posiblemente esta Navidad haya un auge de las plataformas de venta digital. A pesar de que el e-commerce es un concepto que suena en el mercado hace más de 20 años, en la actualidad se ha posicionado como central en el sector logístico, debido al avance tecnológico de las empresas y sus plataformas.

Dentro de este proceso se involucra a los centros de bodegaje, un negocio inmobiliario que ha experimentado una adaptación tecnológica lenta y siempre a la espera de que el boom avance. Pero los tiempos superaron a la realidad y hoy deja a gran parte del inventario de bodegas con deficiencias para poder recibir a las operaciones de e-commerce, algo que claramente es necesario solucionar.

A la fecha, el mercado de bodegas tiene 1.298.000 m2, en cifras significativas, de los cuales sólo el 37% es clase A y el 63% restante clase B. Es decir, no tienen requerimientos básicos para operar y, por ende, los operadores de e-commerce tienen menor aceptación a este tipo de bodegas. Esta falta de adaptación hace que parte del retail chileno cubra este tipo de operaciones con centros de bodegaje propios, dotados de toda la tecnología necesaria.

En ese contexto, es fundamental estar atentos a lo que está sucediendo en el mercado para comenzar a equilibrar el stock de m2, con el fin de que a futuro se pueda tener una mayor cantidad de m2 en clase A, que permita a empresas nacionales e internacionales tener la opción de rentar, sin la necesidad de inmovilizar capital en la construcción de centros de almacenajes propios.

Un punto no menor es contar con mayor cantidad de espacios de circulación y que se consideren diversos tipos de vehículos con tránsitos distintos, ya que con el e-commerce comienzan a convivir grandes cargas con furgonetas que atienden el último tramo de distribución, generando también un mayor tránsito que debería ser absorbido por plazas de estacionamientos y de espera, para la mejor convivencia entre el centro de bodegaje y la ciudad.

En cuanto al tipo de construcción, en mercados como Buenos Aires o Sao Paulo, ya son de uso común las rampas autoniveladoras (dockselevers), que facilitan la operación, alternativa que en Chile aún no es recurrente.

En definitiva, estamos hablando de una oportunidad de reconversión del negocio, dentro de un mercado donde la vacancia es tan solo del 4,15 % y donde existe una demanda creciente de e-commerce, y todo un desafío para la inversión de centros de bodegaje. Sobre todo en tiempos en que las sucursales físicas del comercio están siendo impactadas fuertemente por la crisis social y que obliga a optar por esta nueva forma de venta.


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