Columna Charles Kimber

05 Junio 2008

Palabras de Charles Kimber, presidente del Comité de RSE de AmCham
Premio al Buen Ciudadano Empresarial
Junio de 2008


Para la Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio, el Premio Buen Ciudadano Empresarial que nos convoca es muy importante. Es uno de los caminos que esta entidad ha escogido para expresar su compromiso con este tema y destacar experiencias de logro en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial.


Desde siempre las empresas han realizado importantes obras de  beneficencia, pero estas iniciativas no siempre tenían vinculación con la estrategia empresarial.


Muchas veces la responsabilidad social ha oscilado entre la filantropía y la existencia de iniciativas que buscan compensar externalidades negativas de la actividad empresarial. Por el contrario, la visión del siglo XXI debe asumir la responsabilidad social como un imperativo estratégico.


La responsabilidad social hoy no significa donación, significa inversión. Los empresarios hemos comprendido que el éxito depende, más que de ninguna otra cosa, de la generación de un entorno favorable para nuestro desarrollo.


La inversión se opone al gasto. Este último es de corto plazo, esporádico, táctico.


Hemos sido testigos en Chile de este proceso, lo hemos visto  en los  seis años desde que la Cámara lanzó este Reconocimiento. Hemos ido madurando como empresas y como país en una materia donde nunca todo está escrito. Por lo mismo, aquí lo que vale es saber sacar lecciones de las buenas y malas experiencias, hacer nuestras las buenas ideas, lanzarse a la piscina e innovar cuando se puede, porque siempre hay espacio para hacer las cosas bien y los que estamos aquí lo sabemos mejor que nadie.


Distinguimos a las empresas que tienen buenos ejemplos que transmitir, a aquellas que cuentan con programas orientados a la comunidad y cuyos resultados merecen el reconocimiento de la gente, de las autoridades y de todos nosotros,  sus pares.


Todos sabemos que el principal aporte de los empresarios al país es generar riqueza. Existe consenso respecto al imperativo ético del crecimiento; sabemos que sin crecimiento no hay empleo y sin empleo las familias se destruyen, la sociedad se descompone, el sistema político se polariza y a los pobres se les obliga a seguir esperando.


Pero la creación de riqueza debemos mirarla en el largo plazo y con una perspectiva de sustentabilidad. Crear riqueza es una tarea que debe hacerse con énfasis en la seguridad de nuestros colaboradores, con respeto al medio ambiente, escuchando a la comunidad en medio de la cual operamos. Esa es riqueza sustentable, ese es el tipo de riqueza al cual aspiramos como empresas y como sociedad.


Creo también oportuno recordar una vez más por qué para Amcham está tarea es prioritaria. Amcham trabaja para  fomentar el libre comercio y la inversión entre Chile y los Estados Unidos y en esta tarea la Responsabilidad Social Empresarial es un aspecto fundamental de nuestra  estrategia y política de negocios.


Permítanme para terminar una última reflexión, creo importante no olvidar que el centro del valor agregado de la responsabilidad social corporativa es la confianza social.


En momentos en que enfrentamos desafíos de país relacionados con el aumento de la competitividad y que, a la vez, la naturaleza nos ha mostrado nuestras precariedades, la responsabilidad social consiste en la creación de confianza social.


Crearla supone conocerse, aprender conjuntamente, derribar prejuicios y mostrar las ventajas de actuar de manera asociada.


Invito desde ya a todas las empresas y a sus respectivos equipos de técnicos y profesionales que echen a volar su imaginación y nos sorprendan nuevamente en la Premiación del próximo año.


Y por supuesto, felicitaciones a las firmas distinguidas en esta ocasión.


Muchas gracias

Palabras de Charles Kimber, presidente del Comité de RSE de AmCham
Premio al Buen Ciudadano Empresarial
Junio de 2008


Para la Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio, el Premio Buen Ciudadano Empresarial que nos convoca es muy importante. Es uno de los caminos que esta entidad ha escogido para expresar su compromiso con este tema y destacar experiencias de logro en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial.


Desde siempre las empresas han realizado importantes obras de  beneficencia, pero estas iniciativas no siempre tenían vinculación con la estrategia empresarial.


Muchas veces la responsabilidad social ha oscilado entre la filantropía y la existencia de iniciativas que buscan compensar externalidades negativas de la actividad empresarial. Por el contrario, la visión del siglo XXI debe asumir la responsabilidad social como un imperativo estratégico.


La responsabilidad social hoy no significa donación, significa inversión. Los empresarios hemos comprendido que el éxito depende, más que de ninguna otra cosa, de la generación de un entorno favorable para nuestro desarrollo.


La inversión se opone al gasto. Este último es de corto plazo, esporádico, táctico.


Hemos sido testigos en Chile de este proceso, lo hemos visto  en los  seis años desde que la Cámara lanzó este Reconocimiento. Hemos ido madurando como empresas y como país en una materia donde nunca todo está escrito. Por lo mismo, aquí lo que vale es saber sacar lecciones de las buenas y malas experiencias, hacer nuestras las buenas ideas, lanzarse a la piscina e innovar cuando se puede, porque siempre hay espacio para hacer las cosas bien y los que estamos aquí lo sabemos mejor que nadie.


Distinguimos a las empresas que tienen buenos ejemplos que transmitir, a aquellas que cuentan con programas orientados a la comunidad y cuyos resultados merecen el reconocimiento de la gente, de las autoridades y de todos nosotros,  sus pares.


Todos sabemos que el principal aporte de los empresarios al país es generar riqueza. Existe consenso respecto al imperativo ético del crecimiento; sabemos que sin crecimiento no hay empleo y sin empleo las familias se destruyen, la sociedad se descompone, el sistema político se polariza y a los pobres se les obliga a seguir esperando.


Pero la creación de riqueza debemos mirarla en el largo plazo y con una perspectiva de sustentabilidad. Crear riqueza es una tarea que debe hacerse con énfasis en la seguridad de nuestros colaboradores, con respeto al medio ambiente, escuchando a la comunidad en medio de la cual operamos. Esa es riqueza sustentable, ese es el tipo de riqueza al cual aspiramos como empresas y como sociedad.


Creo también oportuno recordar una vez más por qué para Amcham está tarea es prioritaria. Amcham trabaja para  fomentar el libre comercio y la inversión entre Chile y los Estados Unidos y en esta tarea la Responsabilidad Social Empresarial es un aspecto fundamental de nuestra  estrategia y política de negocios.


Permítanme para terminar una última reflexión, creo importante no olvidar que el centro del valor agregado de la responsabilidad social corporativa es la confianza social.


En momentos en que enfrentamos desafíos de país relacionados con el aumento de la competitividad y que, a la vez, la naturaleza nos ha mostrado nuestras precariedades, la responsabilidad social consiste en la creación de confianza social.


Crearla supone conocerse, aprender conjuntamente, derribar prejuicios y mostrar las ventajas de actuar de manera asociada.


Invito desde ya a todas las empresas y a sus respectivos equipos de técnicos y profesionales que echen a volar su imaginación y nos sorprendan nuevamente en la Premiación del próximo año.


Y por supuesto, felicitaciones a las firmas distinguidas en esta ocasión.


Muchas gracias

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