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El ataque informático que afectó al Banco de Chile demostró la importancia de la ciberseguridad. Esta institución habría experimentado una filtración en sus sistemas de parte de una banda delictiva de
hackers internacionales, haciendo que rápidamente se activaran los protocolos de contingencia respectivos. Se bajaron los sistemas para proteger a los clientes del banco, acción que mostró los avanzados resguardos informáticos de esta organización. Sin embargo, el supuesto ataque fue mucho más sofisticado y operó como una pantalla para despistar el verdadero objetivo, que no era otro que las reservas financieras del banco, dinero que usualmente se invierte en otros países. Una operación delictiva de esta magnitud nunca se había visto en Chile, lo que nos obliga a plantearnos nuevos desafíos sobre la ciberseguridad.
Recientemente, un estudio de la OEA señaló que estos “ataques” en México implican un costo de entre 3 mil y 5 mil millones de dólares anuales. Es tal la magnitud de este tipo de hechos delictivos, que el Banco de México anunció la creación de la Dirección de Ciberseguridad para fortalecer el desarrollo seguro de sus sistemas.
Es importante señalar que Chile ocupa el puesto 81 en el ranking de países preparados para enfrentar ciberataques. Este listado, realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de la ONU, evaluó a 165 países, tomando atención en temas como la estabilidad de instituciones jurídicas y técnicas, además de sus redes de intercambio de información. Desde otra visión, el informe “Civilidad, Seguridad e Interacción Online”, aplicado por Microsoft en 23 países, reveló que en 2017 tres de cada cuatro chilenos han experimentado algún tipo de riesgo virtual, es decir, el 73% de los usuarios de internet en Chile.
Los esfuerzos para promover la ciberseguridad como un tema a nivel país deben enfocarse desde una prioridad que no sólo atañe al sector privado, sino también al Estado y a todos los ámbitos de la sociedad. Un ejemplo de ello es la reciente creación de la Alianza Chilena de Ciberseguridad, que busca promover el desarrollo de la ciberseguridad en el país a través del uso responsable de las tecnologías, además de incentivar esfuerzos para posicionar a Chile como un referente latinoamericano en esta materia.
Chile, según la Subsecretaría de Telecomunicaciones, tiene la mayor tasa de penetración de internet (70%) en América Latina. Esto significa que más de 12 millones de personas están en riesgo de experimentar fraudes informáticos. Este antecedente demuestra que la ciberseguridad tiene que ser un tema prioritario y para ello son esenciales acciones como la incorporación de nuevas obligaciones de seguridad en la Ley de Protección de Datos Personales. Esta norma, en discusión en el Senado, introduce importantes obligaciones en temas de ciberseguridad relacionadas con el establecimiento de mayores estándares en la protección de datos. En resumen, se exige que las empresas adopten medidas de seguridad sobre sus sistemas que sean coherentes con el tipo de datos que tratan y el riesgo de su pérdida o filtración; además de notificar a la autoridad (y en ciertos casos a los propios titulares) la violación de dichas medidas.
Estamos viviendo importantes cambios a partir de nuevos paradigmas, los que también están modernizando la forma en que operan las organizaciones delictuales. Por ello, la ciberseguridad también debe ser nuestro norte. Debemos continuar la incorporación de regulaciones, procesos, personal y tecnología necesarios para hacer frente a las amenazas que hoy son una posibilidad concreta en el terreno de la ciberseguridad.
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