¿Chile: Stagflation?¿Chile: Stagflation?

26 Mayo 2014

Aunque la gran mayoría de los economistas estaban pronosticando una desaceleración en la economía chilena para 2014, los últimos datos están apuntando a un escenario aún más precario que se llamastagflation, unportmanteaude las palabrasstagnationeinflationen inglés, lo cual significa estancamiento económico acompañado por inflación. Este escenario complica las políticas de las autoridades y afecta la confianza, elevando el nivel de incertidumbre para el país en 2014.

Chile está en plena desaceleración. El Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE) cayó a 48,9 puntos en abril, llegando a su peor puntaje desde julio de 2009. Este pesimismo se está traduciendo en los datos económicos. El desempleo subió a 6,5% para el trimestre móvil enero-marzo, su nivel más alto desde abril-junio 2012, y el IMACEC, un proxy del PIB real de los últimos 12 meses, llegó a 2,8% en marzo, el sexto mes consecutivo por debajo de 3%. Aunque el IMACEC no incluye un desglose del crecimiento, hay indicadores que sugieren que la inversión sigue siendo el detractor principal, como fue el caso del cuarto trimestre de 2013, cuando la inversión fija bruta retrocedió 12,3%. La mayoría de los economistas atribuyen esta tendencia a factores externos, principalmente a la caída de expectativas económicas en China, el socio comercial más importante de Chile, y eloutlookde los precios de loscommodities. Además, algunas empresas e inversionistas han tomado unwait-and-see approachcon sus planes de inversión hasta que haya más visibilidad de las reformas que busca implementar el Gobierno, especialmente la reforma tributaria.

Como es normal, el Banco Central ha enfrentado este entorno con una posición más cómoda, bajando la Tasa de Política Monetaria (TPM) a 4% desde 5% entre octubre de 2013 y marzo de 2014. Los últimos datos apuntan a más cortes y la última encuesta de expectativas económicas hecha por el Banco Central en abril fija una TPM de 3,5% para fin de año, o sea 50 puntos básicos más de corte.

Aunque el trabajo del Banco Central se ve claro, Chile se encuentra en una situación no muy común, en la cual la desaceleración económica ha estado acompañada por un alza en la inflación. El último dato de inflación para abril alcanzó 0,6%, superando la expectativa del mercado de 0,2%, y llevando la tasa de inflación de los últimos doce meses a 4,3%, superando la banda de 2%-4% que mantiene el Banco Central, y que normalmente señala una subida de tasas.

La última vez que Chile se enfrentó a un escenario parecido fue en 2007-2008. En esa época, la inflación fue producto deshocksexternos que resultaron en un alza de los precios de alimentos y combustibles. Al final, el Banco Central decidió enfocarse en la inflación y subir la TPM (hasta que empezó la crisis económica global). Esta vez, lo interesante es que la inflación subyacente (ex alimentos y combustibles) está subiendo aún más (0,8% en abril), a un ritmo mayor que la inflación general con alzas relevantes en bienes y servicios. Aunque el alza en precios de bienes puede estar explicada por un efecto del tipo de cambio, el alza en servicios podría implicar una inflación más persistente.

Hoy en día, el mundo en general no está enfrentando alzas de la inflación, entonces es más probable que el alza en Chile sea transitoria y el Banco Central reasuma su cómoda posición. Sin embargo, si la inflación persiste, Chile puede enfrentar un escenario no muy deseable que aumenta los riesgos para la economía y las políticas correspondientes en 2014.

Although the great majority of economists were forecasting a slowdown in the Chilean economy for 2014, the latest data has suggested an even more precarious scenario. This phenomenon is known as stagflation, a portmanteau of the words stagnation and inflation, meaning economic stagnation accompanied by inflation. Such a scenario complicates the authorities’ policy making abilities, which in turn affects overall confidence, and increases the degree of uncertainty for the country in 2014.

Chile is currently experiencing a strong slowdown. The Monthly Business Confidence Index (IMCE) fell to 48.9 points in April, reaching its worst level since July 2009. Such pessimism is reflected in leading economic indicators. Unemployment rose to 6.5% in the first quarter of January to March, its highest level since April 2012. Furthermore, the IMACEC, a proxy of real GDP for the last 12 months, reached 2.8% in March, the sixth consecutive month under 3%. Although the IMACEC does not include a breakdown of growth, there are indicators that suggest investment continues to be the main detractor. This was the case in the fourth quarter of 2013, when gross fixed investment shrank by 12.3%. The majority of economists attribute this trend to external factors, mainly due to the fall of economic expectation in China, Chile’s most important trade partner, as well as the commodity price outlook. In addition, some businesses and investors have taken a wait-and-see approach with regards to their investment plans, until they know more about the proposed Government reforms, especially the tax reform.

As is normal practice, the Central Bank has confronted this reality with a measured response, cutting the Monetary Policy Rate (MPR) from 5% to 4% between October 2013 and March 2014. Latest data points to further cuts and the most recent survey on economic expectations, conducted by the Central Bank in April, fixes MPR at 3.5% for the end of the year, i.e. an additional cut of 50 basis points.

Although the response by the Central Bank has been appropriate, Chile finds itself in an unusual situation, in which the economic slowdown is occurring in conjunction with a rise in inflation. Latest data on inflation from April shows a rise of 0.6%, exceeding market expectations of 0.2%, taking the rate of inflation in the last 12 months to 4.3%. This figure exceeds the margin of 2%-4% set by the Central Bank, and which usually signals a rate hike.

The last time Chile was confronted with a similar scenario was in 2007-2008. During this period, inflation was the result of external shocks that caused a hike in the price of food and fuel. Eventually, the Central Bank decided to focus on inflation and raise the MPR (until the global economic crisis began). This time, it is interesting to note that core inflation (excluding food and fuel) is rising even faster (0.8% in April), than headline inflation with relevant increases in goods and services. Although the rise in the price
of goods can be explained as an effect of currency translation, that which relates to services could signify more persistent inflation.

Currently, the world in general is not confronted with rising inflation. It is therefore more likely that the rise in Chile is temporary and that the Central Bank will bring it back to a more comfortable position. However, if inflation persists, Chile may be confronted with an undesirable scenario of increased economic and political risk in 2014.

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