Una de las principales ventajas de hacer negocios en Chile consiste en su amplio acceso a los mercados mundiales: el país tiene 20 Tratados de Libre Comercio con 57 países que cuentan con un total de 4.000 millones de habitantes y producen el 85% del PIB mundial. La mayoría de estos acuerdos están vigentes mientras que unos pocos están en negociación o bien deben ratificarse, como el acuerdo de Chile con Malasia, pero se espera que su implementación sea inminente.
La apertura comercial ha sido considerada durante mucho tiempo la clave para convertir a Chile en una plataforma para las exportaciones de la región. Sucesivos gobiernos han promovido que Chile se constituya en una plataforma desde la que empresas locales y multinacionales puedan exportar bienes y servicios, a partir del mejor acceso que resulta de los acuerdos comerciales de Chile.
Sin embargo, los productos exportados desde Chile no tienen que ser enteramente producidos en Chile para ser beneficiarios de los acuerdos. La idea de usar a Chile como país plataforma incluye la posibilidad de que las empresas puedan importar productos desde un país bajo condiciones arancelarias preferentes, agregarles valor de alguna forma y luego exportar estos bienes a otros países que también tienen acuerdos comerciales vigentes. En tanto las empresas cumplan con las normas de origen en mercados de exportación de Chile, podrán aprovechar los aranceles de importación nulos o muy bajos que esta nación latinoamericana ha acordado con muchos países.
Por supuesto, el establecimiento de operaciones de producción en Chile puede ser oneroso, como así también el aumento de costos por desintegrar procesos productivos originalmente localizados en otro lugar.
No obstante, las ganancias por mejor acceso podrían compensar estos mayores costos con creces, generándose de este modo un interesante incentivo para las empresas extranjeras para 1) invertir en Chile y 2) exportar productos con valor agregado desde Chile.
Para Chile mismo, los beneficios de actuar como una plataforma en este sentido son claros debido a que la inversión extranjera genera crecimiento económico, y con esto, empleo y otros beneficios. El gobierno, diferentes asociaciones empresariales chilenas y algunas cámaras de comercio como AmCham, están ayudando a educar a las empresas sobre los beneficios de los acuerdos comerciales de Chile.
Con el fin de ayudar a las empresas a decidir qué productos exportar, la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile ha elaborado una lista de productos incluidos en los acuerdos comerciales de Chile.
Por ejemplo, tanto Brasil como Chile exportan polvos para elaborar tortas, helados u otros postres a China. Normalmente China impone aranceles unilaterales de entre el 3% y el 35% a la importación de estos productos, pero su acuerdo comercial con Chile reduce estos aranceles a un rango entre el 0% y el 21%. Si una empresa brasileña estableciera una filial en Chile e incorporara valor por al menos el 50% en el país, por ejemplo mediante la incorporación de ingredientes producidos localmente, con el fin de cumplir el requisito exigido para que el origen chileno sea reconocido en China, podrían acogerse al rango arancelario más beneficioso.
Otro caso que involucra a los mismos países se aplica a cierto tipo de volquetes.
Tanto Chile como Brasil exportan este producto, pero China aplica a Brasil un arancel del 6%, mientras que los productos chilenos no deben pagar este tributo. Si los productores brasileños incorporasen contenido local por el 50% del valor en Chile, podrían reducir el monto de los aranceles de importación pagados en China
Estudio de AmCham: Exportaciones Chilenas de Valor Agregado
Chile ofrece muchas oportunidades como las mencionadas anteriormente, pero ¿están las empresas aprovechándolas? AmCham se embarcó recientemente en la tarea de contestar esta pregunta a partir del análisis detallado del perfil comercial de las 30 empresas chilenas no mineras con mayores exportaciones, incluidas filiales locales de firmas extranjeras, las que aportan alrededor del 40% de las exportaciones no mineras de Chile. *
AmCham analizó las exportaciones de cada empresa por grupo de bienes básicos con el objetivo de identificar aquellos casos en los que las empresas importaban productos y luego exportaban los mismos productos con algún valor agregado. Debe destacarse que en cada empresa, se analizó el comercio por partida arancelaria (cuatro dígitos del Sistema Armonizado de la Organización Mundial de Aduanas), intentando detectar todos los casos para los que la firma exportaba e importaba dentro de la misma partida. Aquellos casos en que un producto, como un vehículo o una pieza de maquinaria, se ensambló a partir de varios productos importados creando un producto terminado muy diferente del original no se consideraron en el estudio.
En cada caso, se calcularon las exportaciones con las características mencionadas anteriormente, como porcentaje del total de las exportaciones de la firma.
Los principales hallazgos de este estudio se entregan a continuación:
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De las 30 empresas, sólo 5 mostraron algún resultado positivo a partir del empleo de Chile como país plataforma (importar productos de un país, agregarles algún valor y luego exportarlos a otro).
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En promedio, menos del 1% de las exportaciones de estas empresas podrían ser resultado de encadenamientos productivos del tipo descrito arriba.
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Los pocos casos en que los bienes importados fueron exportados con valor agregado involucraron a empresas alimenticias tanto multinacionales como de origen local.
Esto confirma la percepción de que el potencial ofrecido por la red de acuerdos comerciales de Chile aún no se está explotando. Chile ofrece un envidiable acceso a los mercados mundiales, pero aún resta a las empresas sacar ventaja de este potencial, utilizando a Chile como base para exportar productos hacia otros países con algo de valor agregado localmente. Las razones de ello van más allá del alcance de este estudio, pero la falta de información podría ser una de ellas. AmCham está trabajando para asegurar que las empresas chilenas tengan acceso oportuno a información sobre bienes y mercados para ayudarlas a capitalizar esta oportunidad.
* AmCham consideró a los 30 mayores exportadores chilenos del 2008, excluyendo a las empresas mineras porque se estima que su localización depende del acceso al recurso natural in situ más que de los acuerdos comerciales. Se seleccionó el año 2008 por ser el período más reciente previo a la crisis financiera global, en tanto la estrategia de inversión real de las multinacionales se vio profundamente afectada durante el 2009.
Nora Balzarotti es gerente de investigación y proyectos de AmCham Chile
One of the main advantages of doing business in Chile is its broad access to world markets: it has 20 Free Trade Agreements with 57 countries comprising a total four billion inhabitants that produce 85% of the world’s GDP. The majority of these agreements are in force while a few are still in negotiation or yet to be ratified, like Chile’s agreement with Malaysia, but with implementation imminent.
Trade openness has long been considered the key to making Chile into a platform for exports from the region. Successive governments have promoted Chile as a platform from which local and multinational firms can export goods and services to foreign countries while benefitting from Chile’s trade agreements.
But products exported from Chile don’t have to be completely Made in Chile to benefit from these agreements. The idea of using Chile as a platform country includes the possibility that companies can import products from one country under preferential tariff conditions, add value to them in some way, and then export them to other countries. Multinational firms that comply with the rules of origin in Chile’s export markets can take advantage of zero or low import duties in many countries.
Of course, setting up production operations in Chile can be costly as can supply chain disintegration. But the profits from better access to export markets can far exceed these costs. In this way, there is a clear incentive for foreign companies to 1) invest in Chile and 2) export value-added products from Chile.
For Chile itself, the benefits of acting as a platform in this way are clear since foreign investment drives economic growth and employment. The government, different Chilean business associations and some chambers of commerce, like AmCham, are helping educate companies about the benefits of Chile’s trade agreements.
To help companies decide which products to export, the international economic affairs department of Chile’s foreign ministry, DIRECON, has come up with a list of products included in the country’s trade agreements.
For example, both Brazil and Chile export milk powder for cakes, ice cream or other desserts to China. China normally charges unilateral import duties of between three and 35 percent on these products, but its agreement with Chile reduces these tariffs to between zero and 21 percent. If a Brazilian company sets up a subsidiary in Chile and adds at least 50% of the product’s value, for example by adding locally produced ingredients, in order to comply with China’s rules of origin, they would benefit from lower tariffs.
Another example involves dump trucks. Both Chile and Brazil export them but China charges Brazil a six percent tariff while Chilean companies pay nothing. If Brazilian manufacturers incorporated 50% local content in Chile, they would be able to reduce the amount of import duties paid in China.
AmCham Study: Chile’s Value-Added Exports
Chile offers many opportunities like those mentioned above, but are companies taking advantage of them yet? AmCham tried to answer this question recently by studying 30 non-mining, export-oriented Chilean companies, including local subsidiaries of foreign firms, which contribute around 40% of Chile’s non-mining exports.*
AmCham analyzed the exports of each company by commodity group (four digits under the World Customs Organization’s Harmonized System) with the aim of identifying those cases in which companies imported products and then exported them in the same group. Those cases in which a product, such as a vehicle or piece of machinery, was assembled from various imported products creating a finished product very different from the original were not considered in the study.
In each case, the exports with the characteristics mentioned above were calculated as a percentage of total exports.
The main findings of this study are as follows:
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Of the 30 companies, only five showed any positive result from using Chile as a platform to import products from one country, add value to them and export them to another.
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On average, less than 1% of exports from these companies could be attributed to using disintegrated supply chains as described above.
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Those few cases in which imported goods were exported with value added involved local and multinational food companies.
This confirms the perception that the potential offered by Chile’s web of trade agreements is largely untapped. Chile offers enviable access to world markets but companies have yet to take advantage of the potential to export products that originate in other countries with some local added value. The reasons for this are beyond the scope of this study, but lack of information could be one of them. AmCham is working to make sure Chilean companies have timely access to information about goods and markets to help them capitalize on this opportunity.
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For this study, AmCham considered the top 30 Chilean exporters in 2008, excluding mining companies since their location is based on access to in situ minerals rather than trade agreements. This year was chosen since it is the most recent period before the global financial crisis which strongly affected the investment strategies of multinational firms in 2009.
Nora Balzarotti is manager of research department of AmCham Chile