Chile: El Camino hacia el DesarrolloChile: The Road to Development

15 Junio 2012

El orador invitado a un desayuno de AmCham el 24 de mayo, el ministro de Economía, Fomento y Turismo -Pablo Longueira- comenzó su intervención con una pregunta: ¿por qué un país pequeño como Chile se ha convertido en el único país latinoamericano que, si hace bien las cosas, puede alcanzar el desarrollo al final de esta década?

¿Por qué -continuó- debería la inversión extranjera directa (IED) haber ascendido a un récord de US$17.500 millones en el 2011, año en que Chile -después de todo- estuvo en los titulares por las protestas estudiantiles más que por sus logros económicos? Y ¿por qué en los primeros cuatro meses de este año el Comité de Inversiones Extranjeras, que depende del Ministerio de Economía, recibió postulaciones para ingresos por otros US$6.100 millones en virtud del Estatuto de la Inversión Extranjera DL 600 del país?

La respuesta, dijo el ministro Longueira a los miembros de AmCham y sus invitados, es que Chile es un “país serio” en el que los inversionistas encuentran la certeza jurídica que requieren para desarrollar sus proyectos. Las empresas no invierten “solamente porque sea atractivo un negocio; se requiere institucionalidad”, destacó.

Miren la disputa que surgió el año pasado entre Codelco, la cuprífera estatal chilena, y la firma con sede en Reino Unido Anglo American, dijo. Aún cuando hay una empresa estatal involucrada, el imperio de la ley no está en duda y las instituciones están haciendo su trabajo, destacó el ministro Longueira.

El éxito de Chile para atraer IED se explica en general en términos del historial de estabilidad económica que tiene el país. Pero, según Longueira -quien, antes de convertirse en ministro de Economía, Fomento y Turismo en julio del 2011, ocupó por 21 años un escaño en el Congreso y, previo a eso, fue uno de los fundadores del partido Unión Demócrata Independiente (UDI)- hay una explicación política más profunda.

La opinión pública sobre los políticos hoy en día está de capa caída, admitió. “Pero Chile tiene buenos políticos”, sostuvo, “y los buenos políticos han construido un país e instituciones que funcionan”.

A juicio del ministro Longueira, la historia comenzó hace 30 años con las reformas económicas introducidas por el gobierno militar de 1973-1990. Sin embargo, de poco habrían servido si no hubiera sido por la posterior estabilidad política.

La gran diferencia entre Chile y otras naciones latinoamericanas, afirmó, es que Chile fue capaz de hacer la transición del gobierno militar a la democracia y luego mantener la misma estrategia política a través de cuatro gobiernos de centro izquierda y en el actual gobierno de centro derecha. “Ese es el éxito de Chile, eso es lo que genera confianza, que Chile tenga dos grandes conglomerados políticos que nos alternamos [en el poder], pero tenemos un proyecto común para el país”, insistió.

El libre comercio ha sido un componente clave de esa estrategia política. Chile ahora tiene más tratados de libre comercio (TLC) que cualquier otro país en el mundo, destacó Longueira, y ellos le dan a sus empresas acceso a mercados que representan el 94% del PIB global.

El proteccionismo -que en la actualidad de nuevo surge amenazadoramente en América Latina- fue en el pasado el principal culpable de la desigualdad en los ingresos y la pobreza en la región, afirmó. “El libre comercio es fundamental para que podamos permitir que nuestras economías, nuestros ciudadanos puedan acceder a los mejores bienes, a los mejores servicios, los más baratos y de la mejor calidad”, señaló.

El Gobierno del presidente Sebastián Piñera, de hecho, planea abrir más la economía chilena. En virtud de su propuesta reforma tributaria, anunciada a comienzos de mayo y que actualmente está en el Congreso, el arancel plano del 6% que Chile aplica a las importaciones de países con los que no tiene un acuerdo comercial se eliminaría de manera gradual, para caer al 4% en el 2013, al 2% en el 2014 y al 0% en el 2015.

En lo que respecta a la IED, el desafío para Chile, con su pequeño mercado interno, es desarrollar una plataforma desde la cual empresa internacionales apunten a mercados asiáticos, dijo el ministro Longueira. Eso es en parte la razón por la que el Gobierno espera suscribir, en junio, el Acuerdo de la Alianza del Pacífico, que reunirá a Chile, Perú, Colombia y México en un área en la que no sólo los bienes y los servicios sino que también el capital y las personas se moverían libremente.

No obstante, Chile también tiene que continuar manejando bien sus propios asuntos. Hay otros países en América Latina que son infinitamente más ricos, destacó Longueira, -“barcos transatlánticos que, si tuvieran buenos capitanes, podrían ser países desarrollados”- comparados con los cuales, Chile es “como un velerito, es chico y tenemos que estar siempre arreglando el foque, la vela para crecer al 6%”.

La competitividad también es vital y, en este campo, el Ministerio de Economía está implementando “una agenda muy ambiciosa”, sostuvo el ministro Longueira. Los servicios de transporte son un componente clave de muchas de las exportaciones de Chile -el salmón, por ejemplo, que llega a los mercados europeos en apenas 48 horas- y, en una apuesta por incrementar la competitividad de esos servicios, Chile se ha convertido en el único país en renunciar de manera unilateral a la reciprocidad en el mercado de transporte aéreo, destacó, mientras que un proyecto de ley en el Congreso liberalizaría además el transporte de carga marítima.

Otro factor crucial para atraer IED -“particularmente en América Latina”- es la estabilidad social para lo cual, según el ministro Longueira, la educación y el emprendimiento son claves a fin de crear una movilidad social. “La movilidad social es la que permite que las personas sientan que viven en una sociedad justa”, subrayó y sin ella “hay inestabilidad social y nos exponemos a que ese país y esa sociedad esté expuesta a cualquier aventura [política]”.

Y ahí, sugiere, está la clave no sólo para el pasado éxito de Chile, sino que también para sus futuras perspectivas. En un tiempo de crisis en el liderazgo político en todo el mundo, Chile debe evitar “los escenarios de populismo y demagogia, esos escenarios que nos pueden apartar de este camino que es largo, que no se logra en un gobierno, se logra en una continuidad de distintos gobiernos que van a ser gobiernos de distinto signo”, enfatizó.

Después de todo, advirtió, hay muchos más países que han alcanzado la etapa en que Chile se encuentra hoy y han flaqueado, que los que han logrado permanecer en el camino hacia el desarrollo.

Ruth Bradley trabaja como periodista freelance en Santiago y es ex editora de bUSiness CHILE.

The guest speaker at an AmCham breakfast on May 24, Economy, Development and Tourism Minister Pablo Longueira started by asking a question - why, he wondered, is Chile, a small country, the only one in Latin America poised on the threshold of development?

Why, he continued, should incoming foreign direct investment (FDI) have climbed to a record US$17.5 billion in 2011, a year when Chile was, after all, in the headlines for its student protests rather than its economic achievements? And why, in the first four months of this year, has the Foreign Investment Committee, which reports to the Economy Ministry, received applications for an inflow of a further US$6.1 billion under the country’s DL 600 Foreign Investment Statute?

The answer, Minister Longueira told AmCham members and their guests, is that Chile is a “serious country” in which investors find the legal certainty they require to develop their projects. “Companies don’t invest just because a project is attractive; they also need an institutional framework,” he pointed out.

Look, he said, at the dispute that arose last year between Codelco, Chile’s state-owned copper producer, and UK-based Anglo American. Even though a state company is involved, the rule of law is not in doubt and institutions are doing their work, noted Minister Longueira.

Chile’s success in attracting FDI is generally explained in terms of the country’s track record of economic stability. But, according to Longueira - who, before becoming Economy, Development and Tourism Minister in July 2011, sat for 21 years in Congress and, before that, was one of the founders of the Independent Democratic Union (UDI) party - there is a deeper, political explanation.

Public opinion of politicians is, today, at a low ebb, he admitted. “But Chile has good politicians,” he argued, “and it is those politicians who have built a country and institutions that work.”

According to Minister Longueira, the story started 30 years ago with the economic reforms introduced under the 1973-1990 military government. They would, however, have counted for little had it not been for subsequent policy stability.

The big difference between Chile and other Latin American countries, he argued, is that Chile was able to make the transition from military government to democracy and then maintain the same policy strategy through four center-left governments and on into today’s center-right government. “That’s the success of Chile, that’s what creates confidence, that it has two broad coalitions that alternate in power but share a common project for the country,” he insisted.

Free trade has been a key component of that policy strategy. Chile now has more Free Trade Agreements (FTAs) than any other country in the world, pointed out Longueira, and they give its companies access to markets that represent 94% of global GDP.

Protectionism - currently rearing its head again in Latin America - was, in the past, the main culprit for income inequality and poverty in the region, he argued. “Free trade is crucial to give citizens access to the best goods and services at the lowest prices,” he said.

The government of President Sebastián Piñera is, indeed, planning to further open the Chilean economy. Under its proposed tax reform, announced in early May and currently before Congress, the 6% flat-rate duty that Chile levies on imports from countries with which it does not have a trade agreement would gradually be eliminated, dropping to 4% in 2013, 2% in 2014 and 0% in 2015.

As regards FDI, the challenge for Chile, with its small domestic market, is to develop as a platform from which overseas companies target Asian markets, said Minister Longueira. That is partly why, in June, the government hopes to sign the Pacific Alliance, bringing together Chile, Peru, Colombia and Mexico in an area across which not only goods and services but also capital and people would move freely.

But Chile also has to continue to manage its own affairs well. There are other countries in Latin America that are infinitely richer, pointed out Longueira - “transatlantic ships that, if they had good captains, could already be developed countries” - compared to which Chile is a “small sailboat that always has to be fixing its rigging… in order to grow at 6%”.

Competitiveness is also vital and, in this field, the Economy Ministry is implementing “a very ambitious agenda”, said Minister Longueira. Transport services are a key component of many of Chile’s exports - the salmon, for example, that reaches European markets in just 48 hours - and, in a bid to increase the competitiveness of those services, Chile has become the only country to unilaterally renounce reciprocity in the air transport market, he noted, while a bill before Congress would also liberalize sea freight transport.

Another crucial factor in attracting FDI - “particularly in Latin America” - is social stability for which, according to Minister Longueira, education and entrepreneurship are key in order to create social mobility. “Social mobility is what gives the sensation of a fair society,” he pointed out, “and, without it, there is the social instability that exposes countries to [political] adventures.”

And there, he suggested, lies the key not only to Chile’s past success but also its future prospects. At a time of crisis in political leadership around the world, Chile “must avoid the scenarios of populism and demagogy that can divert us from what is a long road, a road travelled not under just one government but under a series of governments of different colors”, he emphasized.

After all, he warned, there are far more countries that have reached the stage of Chile today and faltered than have managed to stay on the road to development.

Ruth Bradley is a freelance journalist based in Santiago and a former editor of bUSiness CHILE.

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