Balance de una relación, por Mariano Fernández, Embajador de Chile en EE.UU. y la respuesta de la Cámara Farmacéutica Balance de una relación, por Mariano Fernández, Embajador de Chile en EE.UU. y la respuesta de la Cámara Farmacéutica

13 Septiembre 2007
EL MERCURIO
Miércoles 12 de septiembre de 2007


Suele ser un lugar común el hablar de altibajos o claroscuros en las relaciones internacionales. Esto es siempre así y, por lo tanto, poco o nada contribuye a una descripción el utilizar las expresiones referidas. Sin embargo, para definir el momento político de nuestros vínculos con Estados Unidos, particularmente para avizorar el futuro de ellos, creo que la nomenclatura podemos emplearla de manera útil, señalando que estamos en un período de alta, sin zonas sombrías.

El gobierno de la Presidenta Bachelet encontró una contraparte estadounidense poco entusiasta en sus inicios. Por lo demás, eso quedó muy de manifiesto en los primeros encuentros entre ambos gobiernos. Únicamente lo menciono con el propósito de destacar que las vacilaciones iniciales han dado paso a una relación muy dinámica, variada y con positivas perspectivas para el próximo tiempo.

En el campo político:

En junio de 2006 se reunieron por primera vez los mandatarios de ambos países y a esa reunión la ha seguido un permanente peregrinar de autoridades en ambas direcciones: ministros de relaciones exteriores, economía, minería, tesoro, educación, etcétera, todo lo cual refleja un buen estado de las relaciones. Las visitas tienen lugar habitualmente cuando hay algo que avanzar o construir y este ha sido el caso.

En estos encuentros es necesario destacar aquellos entre los cancilleres Alejandro Foxley y Condoleeza Rice, que han proporcionado un importante impulso a las relaciones bilaterales y a un activo diálogo sobre asuntos globales y regionales y que reflejan una interesante percepción de Estados Unidos hacia nuestra política exterior, pues no es corriente esta frecuencia de encuentros, a lo que se puede agregar la aceptación de la Secretaria de Estado para sostener un cordial diálogo con los embajadores latinoamericanos en la residencia de Chile en Washington.

De gran importancia política resultó también la creación, en junio último, del grupo de diálogo político entre influyentes senadores de los Estados Unidos y de Chile. Se trata de un acuerdo casi inédito que es una expresión del interés por la relación política con Chile y también de la destreza senatorial chilena para construir un tramado de esta envergadura.

El Tratado de Libre Comercio (TLC):

En esta área los asuntos marchan también con gran dinamismo. El TLC se ha mostrado como un gran instrumento para la expansión de los intercambios, como que desde su entrada en vigencia el 2004 éstos se han más que duplicado. Y es probable que 2007 supere también a 2006. Chile mantiene un superávit de dos mil 770 millones de dólares en la balanza comercial, nueve mil 560 millones de exportación, pero también es un muy buen cliente de los productos norteamericanos, puesto que si miramos las cifras de 2006, Chile, con sus escasos 16 millones de habitantes, importó mercaderías "made in USA" por seis mil 790 millones de dólares, superando a grandes países como Rusia, Pakistán, Turquía, Indonesia, Colombia, Argentina, etcétera, de tal manera que nuestra economía tiene un interés directo para un no despreciable número de productores del norte del continente.

Las inversiones de Estados Unidos en Chile distan mucho de ser lo que fueron en el pasado, pero están retomando un ritmo interesante, después de un período bastante recesivo. Para optimizar este importante aspecto es que hemos diseñado y estamos en plena ejecución de una serie de encuentros en diversos estados, destinados a promover la inversión estadounidense en Chile. Ya se han realizado seminarios sobre inversión en energía (Nueva York); aspectos legales de la inversión extranjera en Chile (Washington DC); y concesiones y obras públicas (Chicago). Próximamente se realizarán otros sobre biotecnología (Boston); propiedad inmobiliaria y turismo (Miami); y, en algún punto de California, sobre agricultura y agroindustria. En ellos se ha contado con la propia Presidenta, ministros, expertos, profesionales y empresarios de ambos países y se ha cumplido largamente el objetivo de mostrar una economía en buen estado, con oportunidades, evidenciando que otros han sustituido a los inversionistas tradicionales e intentando llegar a grupos y regiones de Estados Unidos que, generalmente, no han realizado mayores actividades con o en Chile.

Diferencias y otros asuntos:

Naturalmente, teniendo muy importantes coincidencias, Chile mantiene con Estados Unidos algunas diferencias de apreciación sobre algunas situaciones -que, desde luego, no están interfiriendo ni la comunicación ni la activa cooperación entre ambos países-, así como un par de diferencias específicas (propiedad intelectual y Corte Penal Internacional) en las que estamos haciendo esfuerzos, particularmente en propiedad intelectual, para acercarnos lo más posible y, ojalá, superarlas definitivamente.

Estamos realizando importantes esfuerzos para profundizar y diversificar -usando lenguaje de moda- la matriz de nuestras relaciones, especialmente impulsando la cooperación en materias medioambientales (cooperación entre los parques nacionales), educativas (el reciente acuerdo de 100 becas para posgraduados, en una gran señal), culturales (donde la incorporación del legado de Gabriela Mistral a Chile marcará un hito en referencia al patrimonio nacional), energéticas, jurídicas, etcétera.



Los próximos meses, más allá del ya evidente ambiente electoral que vive la gran potencia, se pueden prever como promisorios para las relaciones políticas, económicas y comerciales, y también para los avances en la cooperación regional, donde el gobierno de Chile ha sido muy activo en apoyar, ante el Parlamento de Washington, la aprobación de los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Perú.

RESPUESTA DE LA CAMARA DE INDUSTRIA FARMACEUTICA

Respeto a propiedad intelectual

Señor Director:

En relación con el interesante artículo de opinión del embajador don Mariano Fernández A., publicado en "El Mercurio", sobre el estado actual de las relaciones entre Chile y EE.UU. y la importancia del TLC, la Cámara de la Industria Farmacéutica de Chile valora lo señalado por el representante diplomático chileno en EE.UU. y celebra los avances obtenidos por este trascendente acuerdo internacional, que nuestra institución apoyó en forma activa cuando se desarrollaban las tratativas entre los equipos negociadores.

Sin embargo, como el mismo señor embajador lo reconoce, hay un par de diferencias específicas en esta relación, una de las cuales es el reconocimiento al derecho de propiedad intelectual, cuyo incumplimiento le significó a Chile ser incorporado en Lista Prioritaria de Observación. El embajador señala que el gobierno chileno está haciendo esfuerzos para superar definitivamente este problema; no obstante, en CIF no apreciamos avances concretos.

La CIF ha realizado permanentes esfuerzos por lograr que el país reconozca a cabalidad el derecho a la propiedad intelectual, que en el caso de nuestra industria resulta un requisito indispensable para mantener la investigación que permite el desarrollo de nuevos medicamentos. Hemos señalado a la autoridad que los puntos esenciales para este reconocimiento se concentran en la implementación del "linkaje", en cuya virtud debe denegarse la autorización comercial o permiso sanitario a cualquier copia de un producto patentado sin autorización del titular, y la debida protección al uso exclusivo de los datos de prueba e información científica generada para sustentar la seguridad y eficacia de los productos farmacéuticos nuevos. Estos dos asuntos pendientes están claramente contemplados en el Tratado.

JOSÉ MANUEL COUSIÑO

Vicepresidente Ejecutivo

Cámara de la Industria Farmacéutica de Chile


EL MERCURIO
Miércoles 12 de septiembre de 2007


Suele ser un lugar común el hablar de altibajos o claroscuros en las relaciones internacionales. Esto es siempre así y, por lo tanto, poco o nada contribuye a una descripción el utilizar las expresiones referidas. Sin embargo, para definir el momento político de nuestros vínculos con Estados Unidos, particularmente para avizorar el futuro de ellos, creo que la nomenclatura podemos emplearla de manera útil, señalando que estamos en un período de alta, sin zonas sombrías.

El gobierno de la Presidenta Bachelet encontró una contraparte estadounidense poco entusiasta en sus inicios. Por lo demás, eso quedó muy de manifiesto en los primeros encuentros entre ambos gobiernos. Únicamente lo menciono con el propósito de destacar que las vacilaciones iniciales han dado paso a una relación muy dinámica, variada y con positivas perspectivas para el próximo tiempo.

En el campo político:

En junio de 2006 se reunieron por primera vez los mandatarios de ambos países y a esa reunión la ha seguido un permanente peregrinar de autoridades en ambas direcciones: ministros de relaciones exteriores, economía, minería, tesoro, educación, etcétera, todo lo cual refleja un buen estado de las relaciones. Las visitas tienen lugar habitualmente cuando hay algo que avanzar o construir y este ha sido el caso.

En estos encuentros es necesario destacar aquellos entre los cancilleres Alejandro Foxley y Condoleeza Rice, que han proporcionado un importante impulso a las relaciones bilaterales y a un activo diálogo sobre asuntos globales y regionales y que reflejan una interesante percepción de Estados Unidos hacia nuestra política exterior, pues no es corriente esta frecuencia de encuentros, a lo que se puede agregar la aceptación de la Secretaria de Estado para sostener un cordial diálogo con los embajadores latinoamericanos en la residencia de Chile en Washington.

De gran importancia política resultó también la creación, en junio último, del grupo de diálogo político entre influyentes senadores de los Estados Unidos y de Chile. Se trata de un acuerdo casi inédito que es una expresión del interés por la relación política con Chile y también de la destreza senatorial chilena para construir un tramado de esta envergadura.

El Tratado de Libre Comercio (TLC):

En esta área los asuntos marchan también con gran dinamismo. El TLC se ha mostrado como un gran instrumento para la expansión de los intercambios, como que desde su entrada en vigencia el 2004 éstos se han más que duplicado. Y es probable que 2007 supere también a 2006. Chile mantiene un superávit de dos mil 770 millones de dólares en la balanza comercial, nueve mil 560 millones de exportación, pero también es un muy buen cliente de los productos norteamericanos, puesto que si miramos las cifras de 2006, Chile, con sus escasos 16 millones de habitantes, importó mercaderías "made in USA" por seis mil 790 millones de dólares, superando a grandes países como Rusia, Pakistán, Turquía, Indonesia, Colombia, Argentina, etcétera, de tal manera que nuestra economía tiene un interés directo para un no despreciable número de productores del norte del continente.

Las inversiones de Estados Unidos en Chile distan mucho de ser lo que fueron en el pasado, pero están retomando un ritmo interesante, después de un período bastante recesivo. Para optimizar este importante aspecto es que hemos diseñado y estamos en plena ejecución de una serie de encuentros en diversos estados, destinados a promover la inversión estadounidense en Chile. Ya se han realizado seminarios sobre inversión en energía (Nueva York); aspectos legales de la inversión extranjera en Chile (Washington DC); y concesiones y obras públicas (Chicago). Próximamente se realizarán otros sobre biotecnología (Boston); propiedad inmobiliaria y turismo (Miami); y, en algún punto de California, sobre agricultura y agroindustria. En ellos se ha contado con la propia Presidenta, ministros, expertos, profesionales y empresarios de ambos países y se ha cumplido largamente el objetivo de mostrar una economía en buen estado, con oportunidades, evidenciando que otros han sustituido a los inversionistas tradicionales e intentando llegar a grupos y regiones de Estados Unidos que, generalmente, no han realizado mayores actividades con o en Chile.

Diferencias y otros asuntos:

Naturalmente, teniendo muy importantes coincidencias, Chile mantiene con Estados Unidos algunas diferencias de apreciación sobre algunas situaciones -que, desde luego, no están interfiriendo ni la comunicación ni la activa cooperación entre ambos países-, así como un par de diferencias específicas (propiedad intelectual y Corte Penal Internacional) en las que estamos haciendo esfuerzos, particularmente en propiedad intelectual, para acercarnos lo más posible y, ojalá, superarlas definitivamente.

Estamos realizando importantes esfuerzos para profundizar y diversificar -usando lenguaje de moda- la matriz de nuestras relaciones, especialmente impulsando la cooperación en materias medioambientales (cooperación entre los parques nacionales), educativas (el reciente acuerdo de 100 becas para posgraduados, en una gran señal), culturales (donde la incorporación del legado de Gabriela Mistral a Chile marcará un hito en referencia al patrimonio nacional), energéticas, jurídicas, etcétera.

Los próximos meses, más allá del ya evidente ambiente electoral que vive la gran potencia, se pueden prever como promisorios para las relaciones políticas, económicas y comerciales, y también para los avances en la cooperación regional, donde el gobierno de Chile ha sido muy activo en apoyar, ante el Parlamento de Washington, la aprobación de los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Perú.


RESPUESTA DE LA CAMARA DE INDUSTRIA FARMACEUTICA

Respeto a propiedad intelectual


Señor Director:

En relación con el interesante artículo de opinión del embajador don Mariano Fernández A., publicado en "El Mercurio", sobre el estado actual de las relaciones entre Chile y EE.UU. y la importancia del TLC, la Cámara de la Industria Farmacéutica de Chile valora lo señalado por el representante diplomático chileno en EE.UU. y celebra los avances obtenidos por este trascendente acuerdo internacional, que nuestra institución apoyó en forma activa cuando se desarrollaban las tratativas entre los equipos negociadores.

Sin embargo, como el mismo señor embajador lo reconoce, hay un par de diferencias específicas en esta relación, una de las cuales es el reconocimiento al derecho de propiedad intelectual, cuyo incumplimiento le significó a Chile ser incorporado en Lista Prioritaria de Observación. El embajador señala que el gobierno chileno está haciendo esfuerzos para superar definitivamente este problema; no obstante, en CIF no apreciamos avances concretos.

La CIF ha realizado permanentes esfuerzos por lograr que el país reconozca a cabalidad el derecho a la propiedad intelectual, que en el caso de nuestra industria resulta un requisito indispensable para mantener la investigación que permite el desarrollo de nuevos medicamentos. Hemos señalado a la autoridad que los puntos esenciales para este reconocimiento se concentran en la implementación del "linkaje", en cuya virtud debe denegarse la autorización comercial o permiso sanitario a cualquier copia de un producto patentado sin autorización del titular, y la debida protección al uso exclusivo de los datos de prueba e información científica generada para sustentar la seguridad y eficacia de los productos farmacéuticos nuevos. Estos dos asuntos pendientes están claramente contemplados en el Tratado.

JOSÉ MANUEL COUSIÑO

Vicepresidente Ejecutivo

Cámara de la Industria Farmacéutica de Chile


 

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