AmCham Vista Desde AdentroAmCham from the Inside

01 Diciembre 2006


Quizás Jaime Bazán podría describirse mejor como el ancla de AmCham. Después de todo, es la persona que permanece mientras que los directores de la Cámara van y vienen. Y, tal como un ancla, gran parte de su trabajo se desarrolla bajo la ajetreada superficie de las actividades de AmCham. Es por ello que, en esta última edición del 2006, bUSiness CHILE conversó en esta entrevista con Bazán, no sólo sobre el último año, sino también sobre cómo ve a la Cámara tras casi una década como su gerente general.

Entonces, ¿fue el 2006 un buen año para AmCham?

Definitivamente. La Cámara ha crecido y vamos a terminar el año con cerca de 700 socios. Además fuimos elegidos para organizar la Conferencia Business Future of the Americas (BFA), que se desarrollará en junio próximo. Ésa será una reunión muy importante y una tremenda oportunidad no sólo para promover a la Cámara sino también, esperamos, para incrementar el conocimiento internacional de Chile y las oportunidades que ofrece.

Tradicionalmente, estas reuniones de AACCLA -la Asociación Americana de Cámaras de Comercio en Latinoamérica- han reunido a directores de las distintas AmChams de la región, pero este año queremos incluir a un espectro más amplio de empresarios de América Latina -que no necesariamente estén relacionados con AmCham- y de Estados Unidos.

En febrero, viajaré a Miami para asistir a una reunión del programa TradeRoots, a través del cual AACCLA y la Cámara de Comercio de Estados Unidos buscan informar a las cámaras locales en Estados Unidos sobre las oportunidades de comercio internacional. Una de las cosas que haré será promover la conferencia BFA.

La conferencia debe significar mucho trabajo...

Sí y también estamos tratando de asegurar un sólido grupo de oradores internacionales. Ello implica convencerlos de hacer una presentación, lograr que comprometan su participación y asegurarse de que ¡sigan comprometidos! Hasta ahora, José Miguel Insulza, secretario general de la OEA; Pedro Pablo Kuczynski, ex primer ministro y titular de Economía y Finanzas de Perú; y Thomas J. Donohue, presidente y gerente general de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, han aceptado la invitación. Además de manera posterior a la propia conferencia, queremos ofrecer a los asistentes la posibilidad de tomar un tour comercial para que conozcan un sector de la economía chilena -como la minería, producción de celulosa, elaboración de vinos o producción de frutas- en mayor profundidad y para que evalúen oportunidades de nuevos negocios.

Usted estuvo en el servicio diplomático por un largo tiempo; ¿cómo se unió a AmCham?

A través de un head hunter. Eso fue en julio de 1997. Estuve en el servicio diplomático por 22 años y, como familia, decidimos que habíamos viajado suficiente y que queríamos quedarnos en Chile.

Un cambio de trabajo bastante radical...

Sí, es cierto. Algunos de los temas eran similares, pero era un cambio bastante grande respecto de la administración pública. Había áreas que eran nuevas para mí, como la contabilidad, la administración y los recursos humanos, pero me encontré con un directorio que me entregó mucho respaldo. Fue una experiencia muy enriquecedora encontrar gente muy ocupada con importantes responsabilidades en sus propias empresas que estuvieran dispuestas a dedicar tiempo de esa forma para facilitar mi integración. Los altos ejecutivos a menudo son percibidos como fríos y concentrados en sus propios fines, pero vi su lado humano y su generosidad.

¿Qué identifica como el principal logro de AmCham durante la última década?

Sin lugar a dudas, la suscripción del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos, en el cual -junto a varias otras personas- pusimos mucho esfuerzo en hacer lobby. Aparte de todos los demás beneficios, ello dio a la Cámara una mayor visibilidad e impulsó su crecimiento. Antes del TLC, nunca tuvimos más de 500 miembros; ahora, como dije, vamos a llegar a los 700.

Tras un enorme esfuerzo como el lobby por el TLC, puede ser difícil para una organización volver a concentrarse. ¿Observó que ello ocurriera en AmCham?

El mismo TLC nos obligó a reconcentrarnos, porque teníamos que asegurar que funcionara. Una de nuestras prioridades ahora es entregar información sobre las nuevas oportunidades comerciales que ha generado. Y ello podría ayudar a explicar por qué la cantidad de miembros ha aumentado. Lo que hacemos ahora es algo que sirve a nuestros miembros más directamente, mientras que durante las negociaciones del TLC, nuestros objetivos eran más macro.

Este año, hemos consolidado el Departamento de Investigación de la Cámara y creamos un nuevo Departamento de Proyectos Especiales. Una de las cosas que está haciendo es establecer un Centro de Pymes, parta proporcionar a las pequeñas y medianas empresas información sobre cómo hacer negocios con Estados Unidos.

A su juicio, ¿cuál es el mayor desafío para AmCham en el 2007?

Creo que tenemos que ser más proactivos en la promoción de la inversión y el comercio bilateral. El comercio está creciendo, pero tenemos que consolidarlo. Chile ha suscrito TLC con muchos otros países de modo que mantener la participación de mercado de Estados Unidos será un desafío. Chile tiene mucha más afinidad con Estados Unidos por razones culturales e idiomáticas, formas de hacer negocios, etc., y tenemos que sacar el mejor partido a esa ventaja.

¿De modo que piensa que no durará para siempre?

Otros países también están mirando a Latinoamérica y Chile es un buen punto de partida, de modo que ahí hay un desafío.

El otro desafío es traer más inversión estadounidense a Chile. Se ha estancado y podemos ayudar mediante la identificación de oportunidades específicas en sectores determinados -tales como la construcción y la agricultura- en áreas en las que Estados Unidos puede aportar tecnología, por ejemplo. El TLC además abrió el mercado estadounidense de abastecimiento público a las empresas chilenas y no hemos aprovechado eso. Necesitamos aprender como asociarnos con firmas estadounidenses, a fin de poder penetrar ese mercado.

Usted es un gran lector; tiene alguna recomendación para los chilenos que quieran comprender Estados Unidos mejor?

Recientemente, he estado leyendo mucho sobre terrorismo y las reacciones contra él en Estados Unidos, particularmente en lo que respecta a Afganistán e Irak. Por supuesto, éste es un tema sobre el cual hay diferentes puntos de vista, pero mientras más uno lea sobre los motivos que tiene Estados Unidos para hacer lo que está haciendo en el mundo, más entiende las razones así como los errores tácticos. Me gusto particularmente uno de los primeros libros de Bob Woodward sobre este tema, Plan de Ataque, y ahora estoy leyendo State of Denial, que también es de él.

Y a nivel personal, ¿qué es lo que más satisfacciones le ha dado durante sus años en AmCham?

Bueno, aparte del TLC, está la oportunidad de trabajar con un grupo extraordinario de personas: el directorio de la Cámara, su Consejo Consultivo y los propios socios que participan en los distintos Comités y que constantemente están aportando ideas, escribiendo informes y así. Junto con el personal de AmCham, que es un equipo muy eficiente, está el trabajo voluntario de tantas personas con espíritu de servicio público -aunque forman parte del sector privado-; ésa es la fortaleza de la AmCham.

Jaime Bazán could perhaps best be described as the anchor of AmCham. He is, after all, the person who remains while Chamber directors come and go. And, like an anchor, much of his work takes place below the busy surface of AmCham’s activities. That is why, in this last issue of 2006, bUSiness CHILE asked Bazán not only about the past year but also about how he sees the Chamber after almost a decade as its general manager.

So has 2006 been a good year for AmCham?

Definitely. The Chamber has grown and we’re going to end the year with 700 members. And we were selected to host the Business Future of the Americas (BFA) conference which will take place next June. That’s going to be a very important meeting and a tremendous opportunity not only to promote the Chamber but also, we hope, to heighten international awareness of Chile and the opportunities it offers.

Traditionally, these meetings of AACCLA - the Association of American Chambers of Commerce in Latin America - have brought together directors of the region’s different AmChams but, this year, we want to include a broader spectrum of businesspeople from Latin America, who are not necessarily related to an AmCham, and from the U.S.

In February, I’ll be traveling to Miami to attend a meeting of the TradeRoots program through which AACCLA and the U.S. Chamber of Commerce seek to inform local chambers in the U.S. about the opportunities of international trade. One of the things I’ll be doing there is to promote the BFA conference.

The conference must be a load of work...

Yes, and we’re also trying to ensure a strong line-up of international speakers. That means convincing them to speak, getting them to commit to participating - and making sure they stay committed! So far, José Miguel Insulza, secretary general of the OAS, Pedro Pablo Kuczynski, a former finance and prime minister of Peru, and Thomas J. Donohue, president and CEO of the U.S. Chamber of Commerce, have accepted. In addition, as a follow-up to the conference itself, we want to offer attendees the possibility of taking a business tour to get to know a sector of the Chilean economy - mining, wood pulp production, winemaking or fruit growing - in greater depth and assess opportunities for new business.

You were in the diplomatic service for a long time; how did you get to join AmCham?

Through a head hunter. That was in July 1997. I’d been in the diplomatic service for 22 years and, as a family, we’d decided that we’d done enough traveling and wanted to stay in Chile.

Quite a change of job...

Yes, that’s true. Some of the issues were similar, but it was quite a change from the public administration. There were areas that were new to me, like accounting, administration and human resources, but I found a board of directors that gave me a lot of support. It was a very enriching experience to find that busy people with important responsibilities in their own companies were willing to devote their time in that way to ease me in. Top executives are often perceived as cold and focused on their own ends, but I saw their human side and their generosity.

What do you identify as AmCham’s main achievement during the past decade?

Undoubtedly, the signing of the Chile-U.S. Free Trade Agreement into which we, along with many others, put a lot of lobbying effort. Apart from all its other benefits, that has given the Chamber greater visibility and boosted its growth. Before the FTA, we never got above 500 members; now, as I said, we’re going to reach 700.

After a big effort like lobbying for the FTA, it can be difficult for an organization to refocus. Did you see that in AmCham?

The FTA itself forced us to refocus because we have to ensure that it works. One of our priorities now is to produce information about the new business opportunities it has created. And that may help to explain why membership has increased. What we do now is something that serves our members more directly whereas, during the FTA negotiations, our objectives were more macro.

This year, we’ve consolidated the Chamber’s Research Department and we’ve created a new Special Projects Department. One of the things it’s doing is to set up a PYME Center to provide small and mid-sized firms with information about how to do business with the U.S.

What do you see as AmCham’s main challenges in 2007?

I think we have to be more proactive in promoting bilateral trade and investment. Trade is growing but we have to consolidate that. Chile has signed FTAs with many other countries so maintaining U.S. market share will be a challenge. Chile has much more affinity with the U.S. for cultural reasons and language, business styles and so on, and we have to put that advantage to best use.

So you think it won’t last for ever?

Other countries are also looking at Latin America and Chile is a good stepping stone, so there’s a challenge there.

The other challenge is to bring more U.S. investment to Chile. That has stagnated and we can help by identifying specific opportunities in specific sectors - construction and agriculture, for example - in areas in which the U.S. can, for instance, contribute technology. The FTA also opened the U.S. public procurement market to Chilean companies and we haven’t taken advantage of that. We need to learn how to associate with U.S. companies as a way of penetrating that market.

You’re a great reader; do you have any recommendations for Chileans who want to gain a better understanding of the United States?

Recently, I’ve been reading a lot about terrorism and reactions to it in the U.S., particularly as regards Afghanistan and Iraq. Of course, this is an issue on which there are different points of view, but the more one reads about the motives of the U.S. for what it’s doing in the world, the more you understand the reasons as well as the tactical mistakes. I particularly liked one of Bob Woodward’s first books on this topic, Plan of Attack, and now I’m reading his State of Denial.

And on a personal level, what has given you most satisfaction during your time at AmCham?

Well, apart from the FTA, it’s the opportunity to work with an extraordinary group of people - the Chamber’s directors, its Advisory Council and the members themselves who participate in the different committees and are constantly contributing ideas, writing papers and so on. Along with AmCham’s staff, which is a very effective team, it’s the voluntary work of so many people with a spirit of public service - although they’re part of the private sector - that’s the strength of AmCham.
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