[:es]AmCham traza una nueva hoja de ruta y crea un inédito comité permanente de nominaciones[:]

04 Julio 2016
[:es]Grupo tiene a su cargo buscar a los futuros líderes y profesionales del staff de la organización, que renovó además sus estatutos y misión. El impulso al comercio e inversiones sigue siendo clave, pero ahora también el valor de la sociedad y la movilidad de las personas.

La búsqueda de nuevos liderazgos, la renovación de sus dirigentes y la definición de candidaturas no solo son un dolor de cabeza para los partidos políticos. También lo han sido para algunos gremios empresariales. La propia Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la Sofofa han sabido de elecciones confrontacionales y candidatos paralelos, que han dejado heridos en el camino y cuyas secuelas tardan años en curar.

La Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio (AmCham Chile) quiso predicar con el ejemplo e innovó en la materia. Creó un comité de nominaciones, que trabaja en forma permanente en la búsqueda e identificación de futuros líderes o profesionales de la organización. Ahí se preparan las sucesiones de quienes pueden llegar a ser presidentes o ejecutivos de su staff, y se intenta dejar atrás un defecto endémico de la mayoría de las instituciones: el excesivo presidencialismo o liderazgos unipersonales.

"El objetivo principal que buscamos es que la nuestra sea una organización sustentable, para que se pueda proyectar a largo plazo", explica la presidenta de AmCham, Kathleen Barclay.

"La creación de este comité es una innovación total para nosotros como gremio, y también en Chile. Hemos institucionalizado el proceso, para que sea sistematizado, no esté personalizado y haya una renovación permanente", complementa Roberto Matus, gerente general de AmCham.

Precisamente para que sea despersonalizado, el comité no lo integran ni él ni Barclay. Lo conforman cinco personas: tres directores y dos socios de la institución. Es decir, destaca Matus, "incorporamos a nuestro gobierno corporativo a dos socios, que no tienen un cargo formal, pero todos tienen igualdad de voz y voto".

Organización 2.0

Este no es, en todo caso, el único cambio. Ha habido otros y vendrán más, anticipa la presidenta.

El trabajo interno se inició hace cuatro años, con el propósito de avanzar hacia una "organización 2.0". Primero cambió el "modelo de negocio": si antes la máxima del gremio era principalmente fomentar las inversiones y el intercambio comercial, hoy lo sigue siendo, pero se incorporaron otros conceptos, como gobiernos corporativos, buenas prácticas, emprendimiento e innovación.

Luego vino una amplia reforma de estatutos, con participación de todos los directores y socios, y la asesoría externa de un abogado (Jaime Irarrázabal, del estudio Philippi). El proceso demoró más de un año y las nuevas normas fueron aprobadas por unanimidad en asamblea extraordinaria. Los principales cambios: AmCham dejó de ser una "institución presidencialista" y se privilegia "la operación e independencia del gremio". Un ejemplo: por estatutos, la entidad no puede recibir fondos de los gobiernos de Chile y Estados Unidos. De esta reforma nacieron el comité ejecutivo y el de nominaciones.

Enseguida, y nuevamente tras un arduo trabajo interno y asesoría externa (Enrique García), cambió radicalmente la misión de la organización, que incorpora el concepto de sociedad. En palabras de ambos, ya no se trata de vender o invertir más, que sigue siendo importante, pero también lo es integrar las sociedades y la movilidad de las personas. "Promover el libre comercio, la inversión y una plena integración entre Chile y Estados Unidos, creando valor a nuestros socios y la sociedad", es la guía actual, subraya Barclay. Los cambios también fueron aprobados sin disenso en asamblea de socios.

Finalmente, y con la asesoría del abogado Bernardo Busel (estudio Quintanilla & Busel Niedmann), AmCham adoptó un Código de Conducta y Buenas Prácticas, que fue aprobado en el último directorio de junio. "Introduce una serie de conceptos del siglo XXI sobre cómo deben manejarse los gremios, sin clientelismos, sin hipotecar la proyección futura de la organización", remarca Matus. El paso siguiente -y que aún está en curso- es la formulación de un Manual de Gobierno Corporativo, que, como si fuera la propia Constitución del gremio, englobe todas estas innovaciones. Como una estricta evaluación a la que desde 2015 también están sujetos los líderes y el staff de la institución, de la que no se salva ni la propia presidenta de AmCham.

Fuente: Economía y Negocios de El Mercurio

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