AmCham 2009: Añadiendo ValorAmCham 2009: Adding Value

01 Marzo 2009

Presidente de AmCham desde enero, Ricardo García asumió su nuevo cargo en un tiempo inusualmente desafiante. El rol de la Cámara -sostiene- no es ofrecer a las empresas recetas precisas para capear la crisis, sino que es un tiempo en el que la Cámara puede proveer “valor adicional y complementario” a sus miembros.


“El principal rol que la Cámara puede desempeñar en un contexto como el presente es colaborar en mantener vivos los lazos de Chile con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial”, señala García. La demanda estadounidense puede estar debilitándose, pero Chile tiene ventajas clave, destaca: “Nuestra participación de mercado en Estados Unidos es tan pequeña… que el hecho de que Estados Unidos esté o no en recesión no reduce las oportunidades para nuestras exportaciones”.


Como presidente regional para América Latina y el Caribe de American Life Insurance Co., ALICO, aseguradora de vida con sede en Delaware, y presidente de Seguros Interamericana, filial chilena de ALICO, García es más optimista que muchos. “Creo que la velocidad a la que los mercados internacionales tanto financieros como de crédito comenzarán a volver a la normalidad nos sorprenderá durante la segunda mitad de 2009”, señala.


Los efectos de la crisis sobre la economía real, por supuesto, demorarán más tiempo en resolverse. “Pero la economía estadounidense es extraordinariamente resilente”, destaca García, añadiendo que prevé ver un comienzo de la recuperación en Estados Unidos antes de fin de año.


Pero mientras dure la crisis, hay riesgos además de oportunidades para las empresas exportadoras e importadoras de Chile…


Ciertamente y uno de los principales riesgos surge de países que intentan proteger sus industrias locales, limitando así el comercio y sus beneficios. Eso ha ocurrido históricamente en las crisis -en la Gran Depresión, por ejemplo- y hemos visto algo de eso ahora en Estados Unidos en el Congreso estadounidense con las propuestas “Buy American”. Ese es un enfoque muy frágil y de corto plazo, que la historia ha mostrado que tiene efectos muy negativos. En ese sentido, AmCham tiene un rol importante este año en la defensa de los mercados abiertos y el libre comercio.


¿Qué impacto cree que tendrá el nuevo Gobierno de Estados Unidos en el libre comercio?


Todo indica que será mucho más moderado de lo que muchos pensaron inicialmente. No temo por los tratados de libre comercio (TLC) existentes, incluidos el chileno. Por el contrario, creo que el nuevo Gobierno podría ser mucho más audaz en este campo.


Y en el caso de Colombia, ¿por ejemplo?


Sí, el TLC entre Colombia y Estados Unidos es un importante candidato, que traería muchos beneficios no sólo a Colombia, sino también a Estados Unidos por medio de un acercamiento de sus vínculos con el tercer mayor país de América Latina.


Y, en general, ¿cómo prevé que se desarrollarán las relaciones de Estados Unidos con América Latina durante el Gobierno de Obama?


Creo que el nuevo Gobierno entiende que tiene una oportunidad extraordinaria para establecer relaciones políticas de mejor calidad con algunas regiones del mundo. El presidente Obama ha entregado poderosas señales en esa dirección.


Durante años, América Latina ha tenido una menor prioridad para Estados Unidos que lo que nosotros hubiéramos querido. Las expectativas fueron altas cuando el presidente Bush fue elegido -él habla español y lanzó la propuesta Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)- pero, finalmente, fue distraído por otros temas.


Y ¿qué ocurre con el comercio y la inversión entre Chile y Estados Unidos?


Recién tuvimos muy buenas noticias en esa área. Desde que el TLC entre Chile y Estados Unidos entró en vigencia, la inversión estadounidense en Chile ha sido decepcionante, pero Chile acaba de recibir una de las mayores inversiones que haya realizado en la historia una empresa estadounidense: Wal-Mart. Específicamente en el actual contexto económico, ese es un gran voto de confianza en Chile. Y, debido a que es un sector que tiene un contacto tan directo con tal cantidad de consumidores, podría ser una gran fuente de prestigio para el modelo de negocios estadounidense en Chile.


Y viceversa, ¿qué rol puede desempeñar AmCham en proyectar la imagen de Chile en Estados Unidos?


Hemos estado hablando con Juan Gabriel Valdés, director de Proyecto Chile – Imagen País, y nos describió esta iniciativa. Es muy interesante y, por supuesto, de muy largo plazo, pero claramente si Chile quiere probar una imagen renovada e implementar una nueva estrategia de marca, su territorio de prueba debiera ser Estados Unidos, su mayor socio comercial. Estamos analizando formas en las que AmCham puede ayudar.


Asimismo en septiembre, Chile será la sede de la próxima reunión del Foro de Competitividad de las Américas, la primera vez que esta reunión se celebra fuera de Estados Unidos. Esa será una oportunidad para mostrar a Chile y AmCham está tratando de ver la mejor forma en que puede colaborar.


¿Qué otras prioridades tiene para AmCham en 2009?


Bueno, no son mías, sino que son las prioridades establecidas por el directorio de la Cámara. Queremos poner más énfasis en AmCham como una organización que entrega oportunidades para networking, no sólo entre sus miembros, sino también –a la larga- con empresas en Estados Unidos. Un proyecto en esta área involucra el sitio web de la AmCham. El sitio tiene un potencial no desarrollado como un portal para que empresas estadounidenses descubran y contacten a compañías chilenas y viceversa. Es un proyecto de largo plazo, pero me gustaría comenzarlo.


Fue elegido como presidente de AmCham hasta enero de 2011; más allá de la actual crisis, ¿qué otras prioridades tiene la Cámara?


Un tema de clave -a través de los comités de la Cámara y otras actividades- será promover la sustentabilidad de largo plazo de las empresas y, en particular, de los miembros de la Cámara. Esto incluye responsabilidad tanto ambiental como social, y la responsabilidad social no significa sólo producir de manera eficiente servicios y productos de alta calidad y tener buenas prácticas laborales. También significa comprender que una empresa es parte de una comunidad más amplia y que su sustentabilidad de largo plazo depende de sus relaciones con todas las partes interesadas. Por el mismo motivo, necesitamos asegurar que el ambientalismo más estricto no limite el legítimo derecho de Chile a explotar sus recursos naturales de una manera efectiva y sustentable. Un buen ejemplo es la hidroelectricidad, donde Chile tiene una enorme capacidad sin explotar.



AmCham’s president since January, Ricardo García has taken over his new post at an unusually challenging time. The Chamber’s role is not, he says, to offer companies precise recipes for weathering the crisis, but this is a time at which it can provide “additional, complementary value” for its members.

“The main role the Chamber can play in a context like the present is to collaborate in keeping alive Chile’s ties with the United States, our main trading partner,” says García. U.S. demand may be weakening but Chile has a key advantage, he notes - “our market share in the U.S. is so small… that the fact of whether the U.S. is in recession or not doesn’t reduce the opportunities for our exports.”

As regional president for Latin America & the Caribbean at American Life Insurance Co., ALICO, a Delaware-based life insurer, and president of Seguros Interamericana, ALICO’s Chilean subsidiary, García is more optimistic than many. “I believe the speed at which international financial and credit markets will start to get back to normal will surprise us during the second half of 2009,” he says.

The effects of the crisis on the real economy will, of course, take longer to work through. “But the U.S. economy is extraordinarily resilient,” points out García, adding that he expects to see a U.S. recovery starting before the end of the year.

But while the crisis lasts, there are risks as well as opportunities for Chilean exporters and importers…

Certainly, and one of the main risks comes from countries seeking to protect their domestic industries, thereby limiting trade and its benefits. That has historically been the case in crises - in the Great Depression, for example - and we’ve seen something of that now in the U.S. Congress in the “Buy American” proposals. That’s a very fragile and short-term approach, which history has shown to have very negative effects. In that sense, AmCham has an important role this year in defending open markets and free trade.

What impact do you think the new U.S. administration will have on free trade?

All the signs are that it will be much more moderate than many thought initially. I have no fear for existing free trade agreements (FTAs), including the Chilean one. Quite the contrary, I think the new administration may be much bolder in this field.

In the case of Colombia, for example?

Yes, the Colombia-U.S. FTA is an important candidate, which would bring many benefits not only for Colombia but also for the U.S. by tightening its links with Latin America’s third largest country.

And, in general, how do you see U.S. relations with Latin America developing under the Obama administration?

I think the new administration understands that it has an extraordinary opportunity to establish better-quality political relations with some regions of the world. President Obama has given very powerful signs in that direction.

For years, Latin America has had a lower priority for the U.S. than we would have liked. Expectations were high when President Bush was elected - he speaks Spanish and he launched the proposed Free Trade Area of the Americas (FTAA) - but, finally, he got diverted to other issues.

And what about trade and investment between Chile and the U.S.?

We’ve just had some very good news in that area. Since the Chile-U.S. FTA came into force, U.S. investment in Chile has been disappointing but Chile has just received one of the largest investments ever by a U.S. company - Wal-Mart. Particularly in the present economic context, that’s a great vote of confidence in Chile. And, because it’s in a sector that has such direct contact with so many consumers, it could be a great source of prestige for the U.S. business model in Chile.

And vice-versa, what role can AmCham play in projecting Chile’s image in the U.S.?

We’ve been talking to Juan Gabriel Valdés, director of Chile’s Country Image Office, and he has described this initiative to us. It’s very interesting and, of course, very long-term but, clearly, if Chile wants to test a refreshed image and implement a new branding strategy, its testing ground should be the United States, its largest trading partner. We’re exploring ways in which AmCham can help there.

In September, Chile will host the next meeting of Americas Competitiveness Forum - the first time this meeting has been held outside the U.S. That will be an opportunity to showcase Chile, and AmCham is looking to see how it can best collaborate.

What other priorities do you have for AmCham in 2009?

Well, they’re not mine but the priorities set by the Chamber’s Board. We want to put more emphasis on AmCham as an organization that provides opportunities for networking, not only among its members themselves but also, eventually, with companies in the U.S. One project in this area involves AmCham’s website. It has undeveloped potential as a portal for U.S. companies to discover and contact Chilean companies and vice-versa. It’s a long-term project but I’d like to get it started.

You’ve been elected as AmCham president through to January 2011; beyond the current crisis, what other priorities does the Chamber have?

A key focus - through the Chamber’s committees and other activities - will be to promote the long-term sustainability of companies and, particularly, Chamber members. That includes both environmental and social responsibility, and social responsibility doesn’t mean just producing good-quality products and services efficiently and having good labor practices. It also means understanding that a company is part of a broader community and that its long-term sustainability depends on its relations with all its stakeholders. By the same token, we need to ensure that tougher environmentalism does not limit Chile’s legitimate right to exploit its natural resources in an effective and sustainable manner. A good example is hydroelectricity where Chile has enormous unexploited capacity.
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