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01 Septiembre 2005


Si hubo un tema recurrente en el discurso del Senador Alejandro Foxley -realizado durante un desayuno de AmCham, el día 17 de Agosto- éste fue la importancia de la integración regional.

La floreciente economía chilena ofrece una oportunidad ideal para pensar en grande en lo que se refiere a atraer inversiones extranjeras de gran escala, afirmó durante el desayuno de AmCham, del mes de Agosto, el senador Demócrata Cristiano y estadista Alejandro Foxley. Con el precio del cobre, la principal exportación chilena a un nivel record, el panorama para los próximos dos o tres años es excelente; con un pronóstico de crecimiento que se estima alrededor del 6%, destacó Foxley, quien también es doctor en economía de la Universidad de Wisconsin.

Las fortalezas económicas chilenas incluyen un superávit fiscal equivalente al 3% del PIB, un bajo nivel de endeudamiento del sector público, tasas de inversión récord y un clasificación de riesgo país de apenas 50 puntos básicos; el tercero más bajo entre las economías emergentes, recordó Foxley a la audiencia formada por líderes de negocios de AmCham. Advirtió que aún en estas condiciones, el país podría ser golpeado por algún “grado de turbulencia” en los meses venideros, debido al impacto de la depreciación del dólar sobre las exportaciones.

“No podíamos haber pedido mejores cifras, de forma que para las compañías que ya están instaladas en Chile, es un muy buen momento para pensar en la expansión”, dijo Foxley. Pero, agregó que el incremento de la inversión también tiene que ver con el actual debate acerca de cómo transformar a Chile en una plataforma de negocios regional.

Obviamente, continúo Foxley, Chile tiene dos factores principales en su contra en términos de atracción de inversiones extranjeras: el pequeño tamaño de su mercado doméstico y su distancia geográfica con relación a las principales economías del mundo. El área de comercio natural del país es Sudamérica, debido a su proximidad, pero la región es un mercado fragmentado y sufre de “acontecimientos inesperados que provocan incertidumbre”, admitió él.

En este contexto, el Senador Foxley argumentó que es vital volver a repensar los problemas de la integración regional. “Estimo que es importante reenfocar nuevamente el asunto de la integración en Sudamérica, mirando mucho más hacia la convergencia de políticas microeconómicas, que sean acordadas de una forma parecida a la de Maastricht”, expresó el Senador.

Ministro de Hacienda chileno desde 1990 a 1994, Foxley manifestó que Latinoamérica ofrece un panorama, a largo plazo, extraordinariamente interesante para cualquier compañía multinacional, dado que en 30 años existirán alrededor de 700 millones de latinoamericanos, con una demanda interna de productos básicos de consumo, que ofrece “también un nivel de expansión sin límites”.

Según el Congresista Foxley, la tarea de Chile es contribuir a la estabilidad de la región y transformarse en una verdadera plataforma de inversión. “Soy un convencido de que nuestro destino como economía abierta, es el de ser una plataforma para efectuar negocios en América Latina y sería un error histórico grave dar vuelta nuestras espaldas a nuestro medio natural”, expresó él.

Chile necesita en paralelo, seguir tratando el problema acerca de cómo una economía pequeña y lejana, puede hacerse atractiva de manera que los inversionistas multinacionales inviertan en ella “a la misma escala de Brasil”. Otras economías pequeñas, estables y relativamente eficientes, tales como Nueva Zelanda y Finlandia se han integrado a la producción y a las cadenas de distribución mundiales, comentó Foxley.

Chile también debe desarrollar productos con valor agregado y ofrecer una canasta de bienes y servicios que pueda llenar nichos y tentar a los consumidores de medianos y altos ingresos del mundo desarrollado, continuó el Senador. Sostiene que existen oportunidades para dar valor agregado a la amplia variedad de productos naturales chilenos en los sectores de alimentos y forestales.

El Senador manifestó que se esperaba que el proyecto de ley destinado a crear el Fondo Nacional de Innovación para Competitividad, actualmente en el Congreso, pudiera permitir al gobierno invertir más en la tecnología requerida para desarrollar estos productos. En un país pequeño como Chile, continuó Foxley, también es fundamental que los pequeños productores, que tradicionalmente han trabajado en forma independiente, formen asociaciones.

“Necesitamos una mayor diversidad de productos, mayor valor agregado e integrarnos a las cadenas de producción mundiales, lo que nos compensará cuando existan tendencias a la baja en diferentes países”, resumió el personero de estado, destacando al mismo tiempo la importancia de un dominio del idioma inglés y un reenfoque sobre las carreras técnicas, en vez de universitarias.

En sus comentarios de cierre, Foxley volvió nuevamente al “punto fundamental”, de encontrar nuevas formas de integración regional. “Insisto. Chile no debe olvidar u otorgar menor importancia a la integración regional, debido a que ella es el punto de inicio para estas grandes inversiones que harán que Chile opere, tal como si fuera Brasil”, concluyó él.

If there was one recurring theme in Senator Alejandro Foxley's address at an AmCham breakfast on August 17, it was the importance of regional integration.

Chile's booming economy provides an ideal opportunity to think big as regards attracting large-scale foreign investment, Christian Democrat senator and senior statesman Alejandro Foxley said at AmCham's August breakfast meeting. With the price of copper, Chile’s main export, at a record level, the outlook for the next two to three years is excellent, with growth anticipated to run at 6%, predicted Foxley, a doctor in economics from the University of Wisconsin.

Chile's economic strengths include a fiscal surplus equivalent to 3% of GDP, a low level of public debt, record investment rates and a country-risk rating of just 50 basis points, the third lowest among emerging economies, Foxley reminded the AmCham audience of business leaders. Even so, the country could be hit by a "degree of turbulence" in the coming months, due to the impact of dollar depreciation on exports, he warned.

"We couldn't ask for better figures so for companies that are already installed in Chile, it is a very good moment to think about expansion," said Foxley. But, he added, increased investment also has to do with the ongoing debate about how to transform Chile into a regional business platform.

Obviously, continued Foxley, Chile has two main factors stacked against it in terms of attracting overseas investment: the small size of the domestic market and its geographic distance from the world's principal economies. The country's natural area of trade, due to its proximity, is South America, but the region is a fragmented market and suffers from "unexpected events that provoke uncertainty," he admitted.

In this context, Senator Foxley argued that it is vital to rethink the problems of regional integration. "I believe it is important to refocus the issue of integration in South America, looking much more towards the convergence of microeconomic policies agreed in a Maastricht form," the senator said.

Chile's finance minister from 1990 to 1994, Foxley said that Latin America offers an extraordinarily interesting long-term outlook for any multinational company, given that in 30 years there would be some 700 million Latin Americans with a pent-up demand for basic consumer goods, offering an "also limitless level of expansion."

According to Senator Foxley, Chile's task is to contribute to the region’s stability and to develop into a real investment platform. "I am convinced that our destiny as an open economy is to be a platform for doing business in Latin America and it would be a very grave historical error to turn our backs on our natural milieu," he said.

In parallel, Chile needs to continue addressing how, as a small and distant economy, it can make itself attractive for multinationals to invest in "on the scale of Brazil." Other small, open, stable and relatively efficient economies, such as New Zealand and Finland, have integrated into world production and distribution chains, commented Foxley.

Chile must also develop value-added products and offer a basket of goods that can fill niches and tempt medium and high-income consumers in the developed world, the senator continued. Opportunities exist in the food and forestry sectors to add value to Chile's wide range of natural products, he argued.

The senator said it was hoped the bill to create a National Innovation Fund for Competitiveness, currently before Congress, would enable the government to invest more in the technology required to develop these products. In a small country like Chile, continued Foxley, it is also fundamental for small producers that have traditionally worked alone to form associations.

"We need more diversified products, more added value and to be integrated into world production chains, which will compensate when there are downswings in different countries," the statesman summed up, highlighting at the same time the importance of a command of English and of refocusing on technical, rather than university, careers.

In his closing remarks, Foxley returned to the "fundamental point" of finding new forms of regional integration. "I insist that Chile must not forget or give less importance to regional integration because it is the starting point for these big investments that will make Chile operate as if it were Brazil," he concluded.
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