Cuando Barack Obama fue elegido presidente de Estados Unidos para un segundo mandato en noviembre pasado, parecía que su mayor desafío, al menos en el corto plazo, sería impedir que la economía cayera en el denominado “precipicio fiscal” el 1 de enero, fecha en que expiran una serie de rebajas tributarias aprobadas durante la presidencia de George W. Bush.
Con el tiempo en contra, el Congreso está bajo presión para llegar a un acuerdo y el presidente Obama interrumpió sus vacaciones para intentar alcanzar y sellar un pacto. A juicio del embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff, es posible que se logre un acuerdo de último minuto, principalmente debido a que las consecuencias de no conseguirlo serían insoportables, dijo a los invitados a un desayuno de AmCham celebrado el 20 de diciembre.
“Si no se logra un acuerdo, podríamos perder de un 3% a un 4% de nuestro producto interno bruto de un día para otro y entrar probablemente en una fuerte recesión en el corto plazo”, afirmó. “El efecto inmediato en los mercados bursátiles y el sistema internacional podría ser muy grave”.
Aún queda por ver la forma y el alcance de un acuerdo final para reducir el déficit fiscal de Estados Unidos, pero el acuerdo interino posiblemente incluya la extensión de algunas rebajas tributarias más allá del 1 de enero, sostuvo Wolff.
No obstante, los principales indicadores económicos estadounidenses avanzan en la dirección correcta. El desempleo cayó al 7,7% en noviembre y las ventas de viviendas nuevas están subiendo. “Hay elementos de optimismo, pero aún hay preocupaciones”, señaló Wolff.
Pero la economía no es la única prioridad del presidente Obama. La masacre de los escolares en Newtown el 14 de diciembre ha convertido al control de armas en un tema clave de su segundo mandato. “Nadie pensó que el control de armas sería uno de los temas principales (…) pero quizás después de esta tragedia nosotros, en Estados Unidos, podemos llegar a acuerdos sobre nuevas leyes”, manifestó Wolff.
Sin embargo, los segundos mandatos presidenciales en Estados Unidos históricamente han estado dominados a menudo por crisis internacionales. Mirando hacia el 2013, Wolff advirtió que se ciernen nubes en el horizonte en Corea del Norte, nación que hace poco realizó pruebas de misiles de largo alcance, y en Irán.
No obstante, de vuelta en Estados Unidos, hay algunas buenas noticias. El comercio, que es clave para la recuperación económica, experimenta un auge. Las exportaciones estadounidenses crecieron en un tercio entre el 2009 y el 2011, lo que creó 1,2 millones de nuevos empleos, y están en camino a duplicarse para el 2015, sostuvo Wolff.
El comercio con América Latina es un componente importante de esto. Estados Unidos suscribió en el 2012 tratados de libre comercio tanto con Panamá como con Colombia. Además, las exportaciones hacia países del Hemisferio Occidental (incluido Canadá) se han incrementado un 46% desde el 2009, lo que corresponde a casi la mitad de las exportaciones totales de Estados Unidos.
Asimismo Wolff destacó que es una señal positiva que la inversión extranjera en América Latina provenga cada vez más desde el interior de la misma región, incluidas las inversiones chilenas en Brasil, Perú y Colombia. La reciente compra por parte del grupo minorista chileno Cencosud de una cadena colombiana de supermercados por US$2.600 millones es un claro ejemplo de esto, afirmó.
“Las condiciones del financiamiento proporcionado por JP Morgan Chase son un enorme voto de confianza para las empresas chilenas, para Chile y para la región”, indicó.
Relación entre Estados Unidos y Chile
Las áreas de atención en la relación entre Estados Unidos y Chile siguen siendo la energía y la productividad, las que Wolff identificó como los desafíos clave para Chile poco después de haber llegado a Santiago en el 2010.
“El precio de la energía es uno de los mayores desafíos para la competitividad de Chile”, dijo. Respecto de este punto, Wolff felicitó al Consejo Empresarial Chile- Estados Unidos sobre Energía de AmCham por su rol en promover alianzas entre empresas chilenas y estadounidenses a fin de fomentar la energía limpia.
En cuanto al gas esquisto (gas natural atrapado en formaciones de esquisto), el que se encuentra de manera abundante en Estados Unidos y Brasil, así como también en otros países de la región, Wolff sostuvo que su potencial no se debería subestimar.
“Esto cambia todo (…) imaginen un futuro en donde los precios de la energía caen drásticamente, donde hay sobreoferta y donde no dependemos de una región inestable para [tener] petróleo”, aseveró Wolff.
La energía también está vinculada a la productividad. En este sentido, la principal ventaja comparativa de Chile en la región durante los últimos 20 años han sido sus políticas públicas en favor del crecimiento, el emprendimiento y la diversificación económica, afirmó Wolff.
Pero la ventaja de Chile en esta área está declinando a medida que otros países se ponen al día y mejoran la productividad. “Esto reducirá la ventaja de Chile, lo que creo que es bueno, porque una región próspera y competitiva beneficia a todos”, indicó Wolff.
Un problema clave para Chile es su creciente dependencia de las exportaciones de cobre. A comienzos de la década de los 90, el cobre correspondía a cerca de un tercio de las exportaciones totales de Chile, mientras que hoy en día representa más del 60%, destacó Wolff.
La economía de Chile está mucho más diversificada que hace 20 años, pero necesita seguir diversificándose y buscando nuevas oportunidades para reducir su dependencia del cobre, aseveró Wolff.
Estados Unidos, mercado de destino para más de 2.000 productos chilenos, puede desempeñar un papel importante en este sentido. Entre las áreas de cooperación bilateral que podrían incrementar las oportunidades de inversión y comercio figuran un acuerdo para evitar la doble tributación, el que ahora debe ser ratificado por Chile.
Asimismo, Estados Unidos se encuentra en negociaciones para expandir el Acuerdo Estratégico de Asociación Económica TransPacífico (TPP, por su sigla en inglés), del que Chile es miembro fundador, para incluir a 11 países de América del Norte, Latinoamérica y el Asia-Pacífico. La esperanza apunta a que se podría suscribir un nuevo acuerdo en la reunión de la APEC en octubre del 2013, dijo Wolff.
“Ser parte de este pequeño grupo de países que establecerán las nuevas reglas para el área del Asia-Pacífico es un gran privilegio y el rol de Chile es clave”, afirmó Wolff.
En cuanto a las relaciones con América Latina, Wolff negó la afirmación de que Estados Unidos no presta suficiente atención a la región. “Los indicadores son claros: hay una mayor integración, mayor inversión, mayor intercambio comercial y más vínculos entre Estados Unidos y la región, y los datos demográficos en nuestro propio país asegurarán que esto continúe siendo así”.
Y, a medida que Estados Unidos se aproxima al precipicio fiscal, está claro que cualesquiera sean las medidas de corto plazo que se tomen para evitar la crisis, en el más largo plazo el comercio con América Latina y otros mercados emergentes será clave para la recuperación económica de Estados Unidos.
Temas impensados -como el control de armas– podrían dar forma al segundo mandato del presidente Obama, pero por el bien del continuo crecimiento y desarrollo de América Latina, es vital que la protección de la incipiente recuperación de la economía estadounidense siga siendo la principal prioridad del Gobierno.
Julian Dowling es el editor de bUSiness CHILE
When Barack Obama was elected President of the United States for a second term last November, it appeared that his biggest challenge, at least in the short term, would be to stop the economy from plunging off the so-called “fiscal cliff” on January 1, when a range of tax cuts approved during the presidency of George W. Bush are set to expire.
With time running out, the pressure is on Congress to reach an agreement and President Obama has cut short his vacation to try and forge a deal. According to the US Ambassador to Chile, Alejandro Wolff, a last-minute compromise will likely be reached, mainly because the consequences of not doing so would be unbearable, he told guests at an AmCham breakfast on December 20.
“If an agreement is not reached, we could lose 3% to 4% of our Gross Domestic Product overnight and probably fall into a severe recession in the short term,” he said. “The immediate impact on stock markets and the international system could be very serious.”
The form and scope of a final agreement to cut the US fiscal deficit remains to be seen, but an interim deal will likely include the extension of some tax cuts beyond January 1, said Wolff.
However, the main US economic indicators are moving in the right direction. Unemployment fell to 7.7% in November and new home sales are up. “There are elements of optimism, but there are still concerns,” said Wolff.
But the economy is not President Obama’s only priority. The massacre of schoolchildren in Newtown on December 14 has made gun control a key issue of his second term. “No one thought that gun control would be one of the main issues… but maybe after this tragedy we, in the U.S., can agree on new laws,” said Wolff.
Historically, however, second presidential terms in the U.S. are often dominated by international crises. Looking ahead to 2013, Wolff warned that clouds loom on the horizon in North Korea, which recently tested a long-range missile, and in Iran.
But back in the United States, there is some good news. Trade, which is key to the economic recovery, is booming. US exports grew by a third between 2009 and 2011, creating 1.2 million new jobs, and are on track to double by 2015, said Wolff.
Trade with Latin America is an important component of this. The U.S. signed Free Trade Agreements in 2012 with both Panama and Colombia. In addition, exports to Western Hemisphere countries (including Canada) are up 46% since 2009, accounting for nearly half of total US exports.
Wolff also pointed out that it is a positive sign that foreign investment in Latin America is increasingly coming from within the region, including Chilean investments in Brazil, Peru and Colombia. The recent purchase by Chilean retail group Cencosud of a Colombian supermarket chain for US$2.6 billion is a clear example of this, he said.
“The terms of the financing provided by JP Morgan Chase are a huge vote of confidence for Chilean companies, for Chile and for the region,” he said.
US-Chile relationship
The areas of focus in the US-Chile relationship continue to be energy and productivity, which Wolff identified as key challenges for Chile shortly after he arrived in Santiago in 2010.
“The price of energy is one of the biggest challenges for competitiveness in Chile,” he said. On this point, Wolff congratulated AmCham’s US-Chile Energy Council for its role in promoting partnerships between Chilean and US companies to promote clean energy.
As for shale gas (natural gas trapped in shale formations), which is found in abundance in the United States and Brazil, as well as other countries in the region, Wolff said its potential should not be underestimated.
“This changes everything…. imagine a future where energy prices fall dramatically, where there is oversupply and where we are not dependent on an unstable region for oil,” said Wolff.
Energy is also linked to productivity. In this regard, Chile’s main comparative advantage in the region over the last 20 years has been its public policies that favor growth, entrepreneurship and economic diversification, said Wolff.
But Chile’s advantage in this area is slipping as other countries are catching up and improving productivity. “This will reduce Chile’s advantage, which I think is a good thing because a competitive and prosperous region benefits everyone,” said Wolff.
A key problem for Chile is its increasing dependence on copper exports. In the early 1990s, copper represented around one third of Chile’s total exports - today it represents over 60%, pointed out Wolff.
Chile’s economy is much more diversified than 20 years ago, but it needs to keep diversifying and seeking new opportunities to reduce its dependence on copper, said Wolff.
The United States, which is a market for over 2,000 Chilean products, can play an important role in this. Areas of bilateral cooperation that could increase trade and investment opportunities include an agreement on double taxation avoidance, which has yet to be ratified in Chile.
In addition, the United States is in negotiations to expand the Trans-Pacific Partnership, of which Chile is a founding member, to include 11 countries in North America, Latin America and the Asia-Pacific. The hope is that a new agreement could be signed at the APEC meeting in October 2013, said Wolff.
“To be a part of this small group of countries that will establish the new rules for the Asia-Pacific area is a grand privilege and the role of Chile is key,” said Wolff.
As for relations with Latin America, Wolff rejects the claim that the United States does not pay enough attention to the region. “The indicators are clear: there is greater integration, greater investment, greater trade and more ties between the U.S. and the region, and the demographics in our own country will ensure this continues to be the case.”
And, as the U.S. edges closer to the fiscal cliff, it’s clear that whatever short-term measures are taken to avert a crisis, in the longer term trade with Latin America and other emerging markets will be key to the US economic recovery.
Unforeseen issues – like gun control – could shape President Obama’s second term, but for the sake of Latin America’s continued growth and development, it is vital that protecting the incipient recovery of the US economy remains the government’s top priority.
Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE