Una familia verde A green family

26 Mayo 2014

Toda familia con escolares jóvenes debe ser consciente de las presiones que existen para convertirse en “familia verde”. ¿Por qué “escolares jóvenes”?, pues son los colegios los que están contaminando a nuestro hijos (y nietos) con conceptos como: vivir con menos, reciclar, andar en bici, desenchufar todo (pero el refri no) antes de ir a dormir, lavarse los dientes sin dejar correr el agua y, para peor, cambiar el auto (ya tenemos solo uno…) por uno eléctrico y usarlo solamente si no es factible usar transporte público…

En mi casa ya no mando como antes… pero todavía puedo opinar. La familia es una democracia y yo tengo solo un voto, pero insisto en el poder del veto. Por ejemplo, el reciclaje de la “producción natural” de nuestros dos perros para hacer fertilizante recibió mi veto por olor insoportable. La “Norma 2014 C1” de nuestra casa: “Las duchas deben ser de un máximo de 2 minutos para el sexo masculino y 5 minutos, para el sexo femenino”. ¿Justificación? – las mujeres deben lavar su pelo todos los días, es más largo que el de los hombres y mucho más voluminoso. Esto casi recibió mi veto, pero tomé la decisión de aceptar la norma, pero opté por otro camino: ¡ignorarla!

En general vamos bien, pero los hijos (son 3) están siempre cambiando las normas como resultado de la intervención de un (¡simpático!) terrorista ambientalista que intenta contaminar aún más sus mentes con doctrinas nuevas. Sí, es casi como una campaña política extrema. ¿Cuántos ítems o grupos de productos están separando para reciclaje? Seis: vidrio, lata, plástico, papel, compost o lo demás. ¡Insuficiente! Hay, por lo menos, tres tipos de plástico y no son compatibles; hay que identificarlos y separarlos, pues solo el polietileno es reciclable. Oh my God!

¿Qué me falta entonces? Baterías o pilas, un compost que funcione; es decir, solamente productos naturales NO contaminados con aceite, sal, etc. El papel no puede tener nada de metal, por lo que los pequeños corchetes de las revistas o documentos de la oficina ¡hay que sacarlos todos! Es mucho trabajo… La ropa que ya no se usa por moda, por vieja e inútil o porque los niños crecen y nunca quieren usar ropa usada, debe ser organizada en “lotes” y entregada a gente que le encanta usar ropa de segunda mano.

Quiero salvar el planeta para las futuras generaciones y yo sé que los cambios climáticos son verdaderos, ¡pero la vida es corta y quiero gozar de los años que me quedan! La semana pasada mi hija de 14 años se enojó conmigo cuando boté un cartón de tetrapack al basurero de papel. “Papá, tu sabes que el tetrapack no es papel”.

“No, ¿qué es entonces?”

“Es tetrapack”

“¿Y?”

“Es un producto aparte y se recolecta para construir casas.”

“¿Cómo es eso?”

“Se llenan con barro para reemplazar a los tabiques tradicionales”

“¿Es como un adobe, pero dentro del tetrapack?”

“Sí”

“Interesante, supongo; ¿cuántos tetrapack se necesitan para una casa de 160 metros cuadrados?”

“¡¡Papá!! es una norma separar el tetrapack.”

Y así vamos en mi casa. A veces el diario ha sido reciclado antes de que quien paga la cuenta haya tenido la oportunidad de leerlo. Y ni hablar de los puntos limpios. Mis hijos me dijeron que es una obligación seguir el proceso DESPUÉS (es decir más allá) del punto limpio que utilicemos, pues hay sospecha de que todo el (doloroso) esfuerzo de nuestro pequeño grupo familiar termina siendo mezclado en un enorme basural tradicional. ¡El colmo, opiné yo!

Por todo esto, me encantan los viajes: avión contaminante (combustible y toneladas de basura), taxi contaminante, fábrica de tabiques tradicionales muy contaminante; pero lejos lo mejor es que no hay nadie para medir si mi ducha duró 3, 4 u 8 minutos… ¡de lujo! Sí, pero hay una notita de la gerencia solicitando al viajero usar las toallas por tres días…

No hay como escapar de la consciencia. Sí, somos una familia verde, muy verde. La huerta ha sido todo un éxito; creo que hemos cosechado un total de 5 tomates semi verdes (¡de color!), pero a un costo realmente razonable: ¡unos $300 cada uno y eso es sin fertilizante o pesticida! Ahora saben porque usé mi veto para los desechos de los perros.

Santiago Eneldo

(Reclamos y comentarios constructivos a [email protected])

Every family with young school children is probably aware of the pressures of becoming a “green family”. Why specifically “young school children”? Well, because it is high schools that are contaminating our children (and grandchildren) with concepts like: living with less, recycling, getting around on a bicycle, unplugging everything (but not the fridge) before going to bed, brushing your teeth without letting the water run and, worst of all, changing the car (we only have the one) for an electric substitute and only using it if public transport proves impractical…

I am no longer in charge at home like I once was… but I can still have an opinion. The family is a democracy and I only have one vote, but I insist on the right to veto. For example, I vetoed recycling the “natural produce” from our two dogs to make fertilizer, on the grounds of the unbearable smell. “Regulation 2014 C1” at my house: “Showers must be a maximum of two minutes for males and five minutes for females”. The justification? Women have to wash their hair every day, it is far longer than men’s hair and much more voluminous. I almost vetoed this one, but agreed to accept the rule, opting instead for a different path: ignoring it!

In general it is going well, but the children (three of them) are always changing the rules, thanks to the intervention of a (very nice!) environmental terrorist who is trying to contaminate their minds even more with new doctrines. Yes, it is practically an extremist political campaign. How many different items or product groups are we separating the recycling into? Six: glass, tin, plastic, paper, compost and the rest. But that is not enough! There are, at least, three types of plastic and they are not mutually compatible; you have to identify them and separate them, because only polyethylene can be recycled. Oh my God!

What else is there? What type of batteries, a compost that works; i.e., only natural products that are NOT contaminated with oil, salt, etc. Paper must have no traces of metal, so the little staples on magazines or office documents, they all have to be removed! This is a lot of work… Clothes that have gone out of fashion, are old and useless or because the children have grown out of them and do not want to wear used clothes, must be organized into “batches” and given to people who love using second hand clothing.

I want to save the planet for future generations and I know that climate change is real. But life is short and I want to make the most of the years I have left! Last week my 14 year old daughter got mad at me when I threw a Tetra Pak carton into the trash can designated for paper. “Dad, you know that Tetra Pak isn’t paper”.

“No, so what is it then?”

“It’s Tetra Pak”

“And?”

“It’s a different product and they collect it to build houses”

“How’s that?”

“They fill them with mud to use instead of traditional bricks”

“It’s like adobe, but inside a Tetra Pak?”

“Yes”

“Interesting, I guess. How many Tetra Paks do they need for a 160m2 house?”

“Dad!! It’s the rules to separate Tetra Pak.”

That is what it is like in my house. Sometimes the newspaper has been recycled before the person who pays for it has had a chance to read it. And do not even mention the recycling centers. My children tell me that it is an obligation to follow the process AFTER (i.e. beyond) the recycling center we use, because of the suspicion that all the (painful) efforts of our little family group are just being dumped into a huge traditional garbage dump. This is just too much!

Despite all this, I still love traveling: airplanes that pollute (fuel and tons of garbage), taxis that pollute, traditional brick factories that pollute heavily; but by far the best thing is that there is nobody measuring whether my shower lasts three, four or eight minutes … luxurious! Yes, but there is a little note from the management requesting the traveler use the same towel for three days…

There is no way to escape the conscience. Yes, we are a green family, a very green family. The vegetable patch has been a great success; I think we have harvested five whole semi-green (the color!) tomatoes, but at a very reasonable cost: just $300 each one, and that is without fertilizer or pesticide! Now you know why I vetoed using the dog waste.

Santiago Eneldo

(Constructive criticisms and comments to [email protected])

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