Seminario sobre las Relaciones entre Chile y Estados UnidosAmCham Seminar on Chile-U.S. Relations

01 Noviembre 2008

Mucho ha cambiado, por supuesto, desde el día de diciembre de 1918 cuando la AmCham fue fundada en el puerto de Valparaíso, pero una cosa -al menos- sigue igual: Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de Chile y su más importante inversionista extranjero.


El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y Estados Unidos ha sido “un éxito increíble”, destacó durante el seminario John Murphy, vicepresidente de asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Desde que el TLC entró en vigencia en enero del 2004, el comercio bilateral ha crecido de US$ 6.000 millones a un monto proyectado para este año de US$ 22.000 millones.


“¿Quién habría creído que el comercio se triplicaría y casi se cuadruplicaría en apenas cinco años?”, enfatizó Murphy.


Además de incrementar los volúmenes, el acuerdo también ha conducido a una considerable diversificación, destacó otro orador en el seminario, el embajador de Estados Unidos en Chile, Paul Simons. Las empresas chilenas ahora exportan un cantidad asombrosa de más de 6.000 productos, incluidas carnadas vivas para pesca, peonias, salmón ahumado saborizado y caballos de carrera, dijo.


Según Carlos Furche, titular de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) del Ministerio de Relaciones Exteriores, las pequeñas empresas de Chile se han beneficiado también porque el acuerdo les ha facilitado penetrar el vasto mercado estadounidense. Es cierto que los precios récord de las materias primas como el cobre han visto a China superar a Estados Unidos como el mayor mercado individual de exportación de Chile, sostuvo, pero Estados Unidos sigue siendo su socio comercial más importante “más allá de las cifras de un año o trimestre individual”.


No obstante, pese al fuerte comienzo del TLC, aún hay espacio para realizar mejoras. Las exportaciones chilenas han seguido concentradas en las costas Este y Oeste de Estados Unidos y ahora tienen que conquistar el enorme interior del país, destacó Furche, y las empresas chilenas aún tienen que aprovechar las oportunidades que presenta el mercado de abastecimiento público de Estados Unidos.


Más importante, el TLC no ha llevado a un incremento de la inversión de Estados Unidos en Chile, se lamentó el presidente de la AmCham, Mateo Budinich. Esto se debe en parte a la apertura de enormes áreas de Asia y Europa Oriental a la inversión extranjera, admitió, pero leyes laborales más flexibles en Chile, una mayor protección de la propiedad intelectual y un tratado sobre la doble tributación con Estados Unidos ayudarían, instó.


El Impacto de la Crisis


Sin embargo, es posible que el comercio bilateral se vea afectado a medida que el crecimiento internacional se desacelera y Estados Unidos entra en una recesión. Algunas exportaciones chilenas, como las manufacturas madereras, de hecho ya se han visto afectadas.


Pero, pese a los comentarios apocalípticos sobre el colapso del poder financiero de Estados Unidos, el empresario y economista chileno Álvaro Saieh se mantuvo firme en cuanto a que la mayor economía del mundo superaría la actual agitación como una nación más fuerte y más competitiva que antes, tal como lo ha hecho en crisis anteriores.


En lugar de responsabilizar a las hipotecas “subprime” o de alto riesgo, a la laxitud de los reguladores y a otras amenazas ficticias, Saieh señaló que los desequilibrios macroeconómicos mundiales, con ahorros excesivos en una parte del mundo que llevaron a créditos baratos y burbujas financieras en otras partes, yacen tras el reciente colapso de los mercados.


Pese a los errores en Wall Street y Washington, Estados Unidos aún es ampliamente considerado como la economía más competitiva del mundo, destacó. La innovación y meritocracia inherentes a la sociedad estadounidense -que han permitido a gente como Bill Gates, Oprah Winfrey y Barack Obama llegar a la cima- hacen posible que la nación repunte pronto, predijo Saieh.


No obstante, hay preocupaciones. La campaña para las elecciones presidenciales y parlamentarias en Estados Unidos estuvo marcada por un surgimiento de la retórica proteccionista, en particular de los candidatos demócratas.


“Es justo decir que ningún tema se presentó durante la campaña de este año tan injustamente como el libre comercio”, destacó Murphy.


El bajo respaldo público en Estados Unidos al libre comercio ayuda a explicar por qué los acuerdos pendientes con Colombia y Panamá así como también con Coreas del Sur aún deben ser aprobados por el Congreso de Estados Unidos. Pero la situación no es tan negativa como sugiere la retórica.


Si el candidato republicano John McCain protagonizara un tardío repunte y se quedara con la Casa Blanca, Estados Unidos tendría un presidente comprometido pro libre comercio, señaló Murphy en el seminario, mientras que su rival, Barack Obama, ha bajado significativamente el tono de sus ataques al libre comercio luego de instar a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte -ALCA- a comienzos de su campaña.


Walter Bastian, subsecretario adjunto de comercio para el hemisferio occidental del Departamento de Comercio de Estados Unidos, destacó que una vez al mando de la nación los candidatos demócratas y republicanos han mostrado históricamente pocas diferencias en sus políticas comerciales. “Habiendo dicho lo que necesitan a fin de salir elegidos, su prioridad es crear puestos de trabajo”, argumentó.


Más que Comercio


Por supuesto, no sólo el intercambio comercial vincula a Estados Unidos y Chile. Las relaciones bilaterales tocan casi todos los aspectos de la vida desde cooperación en ejercicios militares hasta el estudio de volcanes, la promoción del desarrollo de infraestructura y la investigación en energía nuclear y renovable, destacó el embajador Simons.


Cada vez más, el intercambio involucra también a la educación. El embajador Simons destacó que esta es el área que más se ha expandido durante los 12 meses que lleva en Santiago y que más estudiantes chilenos que nunca están estudiando en Estados Unidos.


Más de 20 universidades estadounidenses ya cuentan con oficinas en Chile, lo que sugiere que ven un potencial considerable en el país, afirmó Steve Reifenberg, representante regional con sede en Santiago de la Universidad de Harvard. Estudiantes de Harvard y de otras universidades visitan Chile cada vez más no sólo como parte de programas convencionales de estudio, sino también para realizar pasantías en empresas y trabajar en programas sociales, enfatizó.


Las universidades chilenas también están analizando los métodos de educación estadounidense como un modelo a seguir. La Universidad Adolfo Ibáñez es la primera en desarrollar un programa de Artes Liberales al estilo estadounidense, basado en el desarrollo de capacidades analíticas transferibles más que en el aprendizaje rutinario del conocimiento técnico, indicó Pedro Ibáñez, vicepresidente de la Universidad.


El enfoque aún debe ser apreciado por estudiantes o empleadores, reconoció. Pero será crucial para capacitar a futuros líderes, que estén mejor preparados para enfrentar los desafíos de un mundo que cambia rápidamente, dijo en el seminario.


Sin embargo, para cumplir estos desafíos y aprovechar mejor las oportunidades que enfrenta, Chile necesita invertir muchísimo más en educación, sugirió Mateo Budinich. Apenas el 1,5% de la población es clasificada como bilingüe en inglés y eso representa “una seria deficiencia” para un país cuyo desarrollo económico se ha cimentado en el comercio exterior, añadió.


El cambio económico y tecnológico de las últimas décadas ha sido testigo de cómo el acceso al conocimiento se vuelve crucial en la competencia entre empresas y países. No obstante, además de la educación para generar conocimiento, las naciones necesitan instituciones y leyes para proteger ese conocimiento a fin de competir de manera exitosa.


Y, en ese punto, Chile tiene una mancha en su registro. Según Estados Unidos, aún tiene que implementar las modificaciones legales necesarias para cumplir con el TLC entre Chile y Estados Unidos, y figura en el informe especial 301 de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) de ofensores de la propiedad intelectual, junto con países como China y Rusia.


La Visión de la Casa Blanca


Ambos candidatos presidenciales estadounidenses prometieron, en caso de ser elegidos, renovar las relaciones con América Latina, pero Moisés Naím, editor de la revista Foreign Policy, advirtió que los latinoamericanos no debieran engañarse sobre cuánta atención recibirán del presidente McCain o del presidente Obama.


Imaginándose el informe de seguridad del primer día del recién elegido mandatario, el analista de asuntos internacionales sugirió que la región no puede esperar competir con la gama de inminentes amenazas alrededor del planeta, incluidos el terrorismo y la diseminación de las armas nucleares.


En lugar de frustrarse por la falta de interés en la región o el hecho de que países pequeños como Cuba o Haití absorban significativamente más atención presidencial que una emergente súper potencia económica como Brasil, los latinoamericanos debiera estar agradecidos de estar situados fuera de esas áreas que la Casa Blanca considera prioridades, sugirió.


Eso se debe en parte a que la región se encuentra hoy en día en una mucho mejor posición que en el pasado, con finanzas estables, economías sólidas y Gobiernos democráticos bien establecidos. De hecho, después de su mejor período de crecimiento en varias décadas y con su considerable experiencia en crisis financieras pasadas, Naím sostuvo que América Latina estaba bien posicionada para lidiar con la próxima desaceleración económica.


Y con Brasil y México ahora invitados en calidad de observadores a las reuniones del G-7, o grupo de las siete naciones más industrializadas, la región podrá participar en el debate sobre el futuro de la economía mundial. Esa es una nueva voz para la región y representa nuevas oportunidades para la interacción con el resto del mundo, destacó Naím.


En líneas similares, Murphy advirtió que Chile debe ser realista sobre lo que espera del próximo presidente de Estados Unidos. “La crisis financiera, una recesión, el Medio Oriente y muchas otras prioridades urgentes lo estarán esperando el 20 de enero”.


Y, más que esperar que la Casa Blanca fije la agenda, Chile debiera pensar en forma activa sobre lo que quisiera ver en esa agenda, sugirió. A cinco años de la puesta en marcha del TLC, ¿qué más quieren de Estados Unidos?, preguntó.


Es una interrogante que la AmCham y sus miembros debieran estar bien preparados para responder. Después de todo, hubo consenso en el seminario en cuanto a que la AmCham ha desempeñado un papel importante y constructivo en las relaciones entre Chile y Estados Unidos durante los últimos 90 años y todo indica que seguirá siendo crucial en el futuro.


Tom Azzopardi trabaja como periodista freelance en Santiago.



Better than ever - that, in a nutshell, was the conclusion of a seminar on Chile-U.S. relations with which AmCham marked the 90th anniversary of its foundation.

Much has, of course, changed since the day in December 1918 when AmCham was founded in the port of Valparaíso, but one thing, at least, remains the same - the United States continues to be Chile’s largest trading partner and its most important foreign investor.

The Chile-U.S. Free Trade Agreement (FTA) has been “a staggering success”, noted John Murphy, vice-president for international affairs at the U.S. Chamber of Commerce, during the seminar. Since the FTA came into force in January 2004, bilateral trade has risen from US$ 6 billion to a projected US$ 22 billion this year.

“Who could have believed that trade would triple and almost quadruple in just five years?” noted Murphy.

As well as boosting volumes, the deal has also led to considerable diversification, pointed out another speaker at the seminar, U.S. Ambassador Paul Simons. Chilean businesses now export a mind-boggling array of over 6,000 products, including live-bait for fishing, peony flowers, flavored smoked salmon and racehorses, he said.

According to Carlos Furche, head of the Chilean Foreign Ministry’s General Directorate of International Economic Relations (DIRECON), Chile’s small businesses have benefited too because the deal has made it easier for them to penetrate the vast U.S. market. True, he said, record prices for raw materials like copper have seen China overtake the U.S. as Chile’s single largest export market, but the U.S. remains its most important trading partner “beyond the figures for an individual year or quarter”.

But, despite the FTA’s strong start, there is still room for improvement. Chilean exports have remained concentrated on the East and West coasts of the U.S. and have yet to conquer the country's huge interior, Furche noted, and Chilean businesses have yet to tap into the opportunities afforded by the U.S. public procurement market.

More importantly, the FTA has not led to an increase in U.S. investment in Chile, lamented AmCham president Mateo Budinich. This is partly due to the opening of huge areas of Asia and Eastern Europe to foreign investment, he conceded, but more flexible labor laws in Chile, greater protection of intellectual property and a double taxation treaty with the U.S. would help, he urged.

Crisis impact

Bilateral trade is, however, likely to take a knock as international growth slows and the U.S. probably goes into recession. Some Chilean exports, such as wood manufactures, have indeed already suffered.

But, despite apocalyptic talk of the collapse of U.S. financial power, Chilean businessman and economist Alvaro Saieh was adamant that the world's largest economy would come through the current maelstrom stronger and more competitive than before, as it has done in previous crises.

Rather than blaming subprime mortgages, lax regulators and other bogeymen, Saieh said that global macroeconomic imbalances, with excessive savings in one part of the world leading to cheap credit and financial bubbles elsewhere, lay behind the recent collapse in markets.

Despite errors in Wall Street and Washington, the U.S. is still widely regarded as the world's most competitive economy, he pointed out. The innovation and meritocracy inherent in U.S. society, which has allowed people like Bill Gates, Oprah Winfrey and Barack Obama to rise to the top make it likely that the country will soon bounce back, Saieh predicted.

However, there are concerns. The U.S. presidential and congressional election campaign was marked by a surge in protectionist rhetoric, particularly from Democrat candidates.

“It’s fair to say that no issue was kicked around during this year’s campaign as unfairly as free trade,” noted Murphy.

Low public support in the U.S. for free trade helps to explain why pending deals with Colombia and Panama as well as South Korea have yet to be approved by the U.S. Congress. But the situation is not as negative as the rhetoric suggests.

If Republican candidate John McCain were to stage a late comeback to capture the White House, the U.S. would have a committed pro-free trade president, Murphy told the seminar, while his rival, Barack Obama, has significantly toned down his attacks on free trade after calling for re-negotiation of NAFTA earlier in the campaign.

Walter Bastian, deputy assistant secretary for the Western Hemisphere at the U.S. Department of Commerce, noted that once in office Democrat and Republican candidates have historically differed little in their trade policies. “Having said what they need to say in order to get elected, their priority is to create jobs,” he argued.

More than trade

But it is, of course, not just trade that binds the U.S. and Chile. Bilateral relations touch on almost every aspect of life from cooperation in military exercises to the study of volcanoes, promotion of infrastructure development and research into renewable and nuclear energy, noted Ambassador Simons.

Increasingly, they also involve education. Ambassador Simons noted that this is the area which has expanded most during his 12 months in Santiago and that more Chilean students than ever are studying in the U.S.

Over twenty U.S. universities already have offices in Chile, suggesting they see considerable potential in the country, said Steve Reifenberg, the Santiago-based regional representative for Harvard University. Students from Harvard and other universities increasingly visit Chile not just as part of conventional study programs but also for internships with companies and to work on social programs, he noted.

Chilean universities are also looking at U.S. teaching methods as a model. The Adolfo Ibáñez University is the first to develop a U.S.-style liberal arts education, based on the development of transferable analytic skills rather than the learning by rote of technical knowledge, said Pedro Ibáñez, the university’s vice-president.

The approach has yet to be appreciated by students or employers, he recognized. But it will be crucial to training future leaders who are better able to confront the challenges of a rapidly changing world, he told the seminar.

But to meet these challenges and take better advantage of the opportunities it faces, Chile needs to invest a great deal more in education, suggested Mateo Budinich. Just 1.5% of the population is classed as bilingual in English and that represents “a serious deficiency” for a country whose economic development has been built on foreign trade, he added.

Economic and technological change over recent decades has seen access to knowledge become crucial in competition between countries and companies. However, as well as education to generate knowledge, countries need institutions and laws to protect that knowledge in order to compete successfully.

And, there, Chile has a blot on its copybook. According to the U.S., it has yet to implement the necessary legal changes to comply with the Chile-U.S. FTA and is on the Office of the U.S. Trade Representative's Special 301 list of intellectual property offenders, along with countries like China and Russia.

The view from the White House

Both U.S. presidential candidates promised, if elected, to renew relations with Latin America but Moisés Naím, editor of Foreign Policy magazine, warned Latin Americans not to kid themselves about the amount of attention they would receive from President McCain or Obama.

Imagining the new incumbent's first daily security briefing, the international affairs analyst suggested that the region cannot hope to compete with the range of imminent threats from across the globe, including terrorism and the spread of nuclear weapons.

Instead of growing frustrated at lack of interest in the region or the fact that small countries like Cuba or Haiti absorb significantly more presidential time than a rising economic superpower like Brazil, Latin Americans should be grateful they lie outside those areas the White House considers priorities, he suggested.

That is partly because the region is in much better shape today than in the past, with stable finances, strong economies and well-established democratic governments. In fact, after its best period of growth in several decades and with its considerable experience of past financial crises, Naím said Latin America was well-positioned to deal with the upcoming economic downturn.

And with Brazil and Mexico now invited as observers to the G7 meetings of industrialized nations, the region will be able to participate in debate about the future of the world economy. That is a new voice for the region and represents new opportunities for interaction with the rest of the world, pointed out Naím.

Along similar lines, Murphy warned Chile to be realistic about what it expects from the next U.S. president. “The financial crisis, a recession, the Middle East and many other urgent priorities will be awaiting him on January 20.”

And, rather than waiting for the White House to set the agenda, Chile should think actively about what it would like to see on that agenda, he suggested. Five years on from the FTA, what else do you want from the U.S.? he asked.

It is a question that AmCham and its members should be well placed to answer. There was, after all, consensus at the seminar that AmCham has played an important and constructive role in Chile-U.S. relations with the U.S. over the past 90 years - and every reason to believe that it will continue to be crucial in the future.

Tom Azzopardi is a freelance journalist based in Santiago.
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