Los Angeles solía ser la capital del smog de Estados Unidos, pero cuando Antonio Villaraigosa, tercera generación estadounidense de ascendencia mexicana, fue elegido alcalde en el 2005 se propuso sanear la ciudad.
El desafío era enorme, comentó a los participantes de un seminario sobre energía limpia organizado en noviembre por el Consejo Empresarial Chile- Estados Unidos sobre Energía de AmCham. Pero gracias a “pensar en grande” y establecer metas ambiciosas para reducir las emisiones, el aire en Los Angeles está más limpio y la ciudad ahora es un centro de desarrollo de energía limpia.
Como parte del plan GREEN LA para combatir el calentamiento global, la ciudad aspira a obtener al menos el 35% de su energía de fuentes renovables para el 2020. Ya obtiene el 20% de una combinación de energía eólica, solar e hidroelectricidad, un alza frente al 4% del 2005, lo que es suficiente para abastecer de energía a 320.000 hogares y reducir las emisiones anuales de carbono en 2,57 millones de toneladas métricas, el equivalente a sacar más de 500.000 autos de circulación.
Como el norte de Chile, Los Angeles está casi siempre soleado y, este año, se convirtió en la primera gran ciudad de Estados Unidos en introducir un proyecto piloto de tarifa de alimentación solar. Esto permite a los consumidores vender energía generada por sus paneles solares a la red.
“Ahora podemos sacar ventaja de uno de nuestros recursos naturales más baratos, más sustentables y más abundantes: el sol”, afirmó Villaraigosa.
Los Angeles aún enfrenta desafíos, en particular en términos de reducir emisiones de su enorme puerto y aeropuerto internacional, pero ha sentado un ejemplo para ser seguido por otras ciudades, dijo Villaraigosa. El alcalde afirmó que ciudades como Los Angeles deberían estar a la vanguardia de un futuro de energía sustentable.
A nivel global, y para Chile en particular, hay pocos temas más importantes que la seguridad energética y el cambio climático. Pero mientras los gobiernos nacionales pueden mostrar lentitud en su actuar o, como en el caso de Estados Unidos, no se comprometieron con las metas de reducción de emisiones del Protocolo de Kioto, las ciudades pueden tomar la delantera, destacó Villaraigosa.
“Si las ciudades son una parte importante del problema, también significa que pueden ser una parte importante de la solución”, aseveró.
Los Angeles está comprometida a reducir sus emisiones a un nivel un 35% inferior a los de 1990 para el 2030, pero el camino no ha sido fácil. Villaraigosa enfrentó una fuerte oposición, en particular de la industria carbonífera. Sin embargo, al promover su plan de energía limpia como una oportunidad para las empresas para “desarrollar tecnología y trabajos en el sector de energía limpia”, logró lo que denominó una solución “win-win”.
Cumplir las metas del alcalde requirió coordinación entre las empresas de servicios públicos, el puerto y el aeropuerto, explicó. “Estos son los pilares de nuestra economía, haciéndolos más limpios y más ecológicos podríamos dar un paso gigante hacia adelante”, dijo.
El puerto de Los Angeles mueve 44% de toda la carga que ingresa a Estados Unidos, alrededor de 150 millones de toneladas solo en el último año fiscal, principalmente desde Asia, pero también desde Chile (lea la entrevista a Kathryn McDermott de esta edición). Es un importante motor de la economía local, pero también es muy sucio y un importante contribuyente al problema de contaminación de la ciudad.
En el 2005, Villaraigosa se reunió con los operadores portuarios, las empresas mercantiles y los sindicatos para diseñar un plan destinado a sanear el puerto, el que incluyó sacar de circulación viejos camiones a diésel y reemplazarlos por vehículos más limpios. Como resultado, las emisiones de los camiones en el puerto se han reducido en un 80%.
“El Programa de Camiones Limpios es un claro ejemplo de que el desarrollo económico y la protección del medio ambiente no son mutuamente excluyentes”, sostuvo. “De hecho, van de la mano”.
En el ajetreado aeropuerto LAX, la ciudad también ha realizado mejoras para reducir la huella de carbono y establecer estrictas normas de construcción. Gracias a estas iniciativas, el aeropuerto es uno de los líderes en incorporar en nuevos edificios los estándares LEED (Leadership in Energy and Environmental Design, o Liderazgo en Energía y Diseño Medio Ambiental).
Luego estaba el infame tráfico de Los Angeles. Tal como Santiago, la ciudad es conocida por sus interminables tacos. Pero, en el 2008, los votantes del Condado de Los Angeles aprobaron la denominada Medida R, la que propuso un aumento de los impuestos a las ventas de medio centavo durante 30 años a fin de pagar mejoras y proyectos de transporte público. Gracias a esta medida, la ciudad está construyendo cuatro líneas más de Metro y ha reducido el consumo de combustible, aseveró Villaraigosa.
Otras medidas incluyen sincronizar y convertir el 100% de los semáforos y las luminarias de la ciudad a iluminación LED para mediados del 2013. También está reacondicionando los edificios públicos para hacer que sean más verdes y que su consumo de energía sea más eficiente.
Finalmente, Villaraigosa indicó que la clave es apuntar alto y conseguir el respaldo del sector privado. “Sin poner estándares fuertes, nunca vas a llegar a las metas”, dijo. No obstante, estos nuevos estándares también deben ayudar a crear nuevos empleos y oportunidades en el campo de la energía limpia.
La economía de Los Angeles equivale a casi cuatro veces la de Chile y Santiago claramente está mucho más atrás en términos de energía limpia, pero Villaraigosa hizo hincapié en que la experiencia de Chile es valiosa. “Los Angeles no viene, y yo no vengo no más a compartir lo que hemos hecho; también venimos a aprender”, concluyó.
Los Angeles en un vistazo
Población: 3,8 millones (estimación de 2011)
Ingreso medio por hogar, 2007-2011: US$50.028 (vs US$52.76 en Estados Unidos)
Emisiones de carbono por persona, 2010: 9,96 toneladas métricas vs 22,10 toneladas métricas en Estados Unidos)
Tarifa eléctrica promedio, octubre del 2012: 21,1 centavos por kilovatio hora (vs 12,8 centavos en Estados Unidos)
Precio promedio de la gasolina, octubre del 2012: US$4,50 el galón (vs US$3,83 en Estados Unidos)
Fuentes: Oficina del Censo de los Estados Unidos, Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, EPA
Los Angeles used to be the smog capital of America, but when Antonio Villaraigosa, a third generation American of Mexican descent, was elected Mayor in 2005 he set out to clean up the city.
The challenge was enormous, he told participants at a seminar on clean energy organized by AmCham’s US-Chile Business Council on Energy in November. But by “thinking big” and setting ambitious goals to curb emissions, the air in Los Angeles is cleaner and the city is now a center of clean energy development.
As part of the GREEN LA plan to fight global warming, the city aims to obtain at least 35% of its energy from renewable sources by 2020. It already gets 20% from a combination of wind, solar and hydroelectricity, up from 4% in 2005, which is enough to power 320,000 homes and reduce annual carbon emissions by 2.57 million metric tons – the equivalent of taking more than 500,000 cars off the roads.
Like northern Chile, Los Angeles is almost always sunny and, this year, it became the first U.S. city to introduce a pilot project with a solar feed-in tariff. This allows consumers to sell energy generated by their solar panels to the grid.
“Now we are taking advantage of one of our cheapest, most sustainable and abundant natural resources – the sun,” said Villaraigosa.
Los Angeles still faces challenges, particularly in terms of curbing emissions from its huge port and international airport, but it has set an example for other cities to follow, said Villaraigosa. “Cities like Los Angeles should be at the vanguard of a sustainable energy future,” he said.
At the global level, and for Chile in particular, there are few issues as important as energy security and climate change. But where national governments can be slow to act or, as in the case of the United States, have not committed to Kyoto Protocol emissions reductions targets, cities can take the lead, pointed out Villaraigosa.
“Cities are an important part of the problem, but they are also part of the solution,” he said.
Los Angeles is committed to reducing its emissions to 35% below 1990 levels by 2030, but the road has not been easy. Villaraigosa has faced stiff opposition, particularly from the coal industry. However, by promoting his clean energy plan as an opportunity for businesses to “create opportunities and jobs in the clean energy sector”, he has achieved what he calls a “win-win” solution.
Meeting the Mayor’s goals has required coordination between public utilities, the port and airport, he explains. “These are the pillars of our economy and making them cleaner and more ecological has allowed us to take a huge step forwards,” he said.
The Port of Los Angeles moves 44% of all cargo that enters the U.S., some 150 million tons in the last fiscal year alone, mostly from Asia, but also from Chile (see interview with Kathryn McDermott, p.44). It is a major driver of the local economy, but it is also very dirty and a major contributor to the city’s pollution problem.
In 2005, Villaraigosa sat down with port operators, shipping companies and unions to come up with a plan to clean up the port, including taking old diesel-burning trucks out of circulation and replacing them with cleaner vehicles. As a result, emissions from trucks in the port have been slashed by 80%.
“The Clean Truck Program is a clear example that economic development and environmental protection are not mutually exclusive,” he said. “In fact, they go together.”
At the busy LAX airport, the city has also made improvements to reduce the carbon footprint and establish strict building norms. Thanks to these efforts, the airport is one of the leaders in incorporating Leadership in Energy and Environmental Design (LEED) standards in new buildings.
Then there is L.A.’s notorious traffic. Like Santiago, it is known for its endless traffic jams. But, in 2008, voters in L.A. County approved the so-called Measure R that proposed a half-cent sales taxes increase for 30 years in order to pay for transportation projects and improvements. Thanks to this measure, the city is building four more Metro lines and has reduced fuel consumption, said Villaraigosa.
Other measures include synchronizing and converting 100% of the city’s traffic lights and streetlights to LED lighting by mid-2013. It is also retrofitting public buildings to make them greener and more energy efficient.
Finally, Villaraigosa said the key is to aim high and enlist the support of the private sector. “If you don’t set high standards, you will never be able to reach them,” he said. However, these new standards must also help to create new jobs and opportunities in the clean energy field.
The economy of Los Angeles is nearly four times as big as Chile’s, and Santiago is clearly far behind in clean energy terms, but Villaraigosa emphasized that Chile’s experience is valuable. “We’re not just here to share what we know, we’re also here to learn,” he concluded.
Los Angeles at a Glance
Population: 3.8 million (2011 estimate)
Median household income, 2007-2011: US$50,028 (vs. US$52.76 in U.S.)
CO2 emissions per person, 2010: 9.96 metric tons (vs. 22.10 metric tons in U.S.)
Average rate for electricity, Oct. 2012: 21.1 cents per kWh (vs. 12.8 cents in U.S.)
Average gasoline price, Oct. 2012: US$4.50 a gallon (vs. US$3.83 in U.S.)
Sources: US Census Bureau, US Bureau of Labor Statistics, EPA