Hubo imágenes que se transmitieron a todo el mundo y dieron alguna idea de la devastación causada por el mayor terremoto que ha azotado a Chile en los últimos 50 años: edificios de departamentos que se cayeron de lado, caminos que cedieron y se partieron en dos, puentes colapsados y villas pesqueras en la costa que se borraron de golpe por las enormes olas producidas por el terremoto.
La atención inmediata estuvo puesta, por supuesto, en la preocupación por el costo humano de la tragedia: identificar a las personas fallecidas y ayudar a los sobrevivientes. Pero a medida que el país comienza a recuperarse, ese enfoque cambiará gradualmente hacia cómo reconstruir mejor la destrozada infraestructura en las áreas afectadas.
Aún es demasiado pronto para saber exactamente qué se necesita hacer para lograr que las áreas devastadas vuelvan a algo parecido a la normalidad o cuánto costará eso.
Afortunadamente, las normas de construcción sísmica de Chile introducidas por el Gobierno tras el enorme terremoto de 1960 minimizaron el daño y la pérdida de vidas. Cerca de 30 edificios en Santiago sufrieron daños estructurales, pero esas fueron las excepciones a la regla.
El terremoto de 8,8 grados de magnitud que azoló a Chile fue mucho más poderoso que el reciente sismo de Haití, pero -a diferencia de Haití donde la mayor parte de las casas se construyen en adobe o calicanto- los nuevos edificios chilenos usan concreto reforzado, que es la razón por la que aún están de pie.
La mayoría de las personas que fallecieron murieron ahogados por el consiguiente tsunami en lugar de aplastados y la cifra total, si bien aún no es clara, es una fracción respecto de la estimación de 250.000 fallecidos en Haití. Sin embargo, el daño a la infraestructura y las viviendas ha sido enorme y el presidente Sebastián Piñera, quien asumió el mando de la nación este mes, enfrenta la primera prueba importante de su período.
Cerca de 1,5 millones de hogares resultaron dañadas, incluidas alrededor de 500.000 viviendas que están inhabitables y Piñera ha proyectado que el costo sólo en viviendas nuevas se ubicará en torno a los US$ 20.000 millones.
Una firma estadounidense de asesoría de riesgos, Eqecat, estimó el valor de los daños entre US$ 15.000 millones y US$ 30.000 millones o entre un 10% y un 20% del producto interno bruto.
El terremoto presenta a la industria chilena de la construcción un monumental desafío, pero también una gran oportunidad tras un año en el que el sector se contrajo debido a la crisis económica y a que muchos proyectos nuevos de construcción se detuvieron.
De la Crisis a la Oportunidad
Antes de que el terremoto lo remeciera, el sector de la construcción en Chile estaba mostrando señales de recuperación después de la crisis económica. Quizás el símbolo más potente de su recuperación es el Costanera Center: un complejo de torres de oficina y centro comercial de US$ 600 millones en la comuna de Las Condes, en Santiago.
Los trabajos en el Costanera Center se reiniciaron el 17 de diciembre, lo que puso fin simbólicamente a la crisis en Chile. Por más de un año, el edificio había permanecido abandonado en la ribera del Río Mapocho, una torre de concreto de 23 pisos que molestaba mirar y que era un recordatorio diario para los chilenos del impacto de la crisis económica.
No obstante, la decisión del dueño de Costanera Center, el holding chileno de comercio minorista Cencosud, de reiniciar las obras sugería que estaban a punto de llegar tiempos mejores, no sólo para Cencosud, sino para el agobiado sector de la construcción en Chile.
“El emblemático Costanera Center fue el icono de la recesión”, señala Rodolfo Bambach, jefe de investigación de la oficina chilena de la consultora de bienes raíces Colliers International. “Paradójicamente, hoy en día se ha convertido en el icono de la reactivación del sector de la construcción”.
Si el proyecto se termina a tiempo, hacia comienzos del 2012, será digno de ver con cuatro rascacielos construidos sobre un centro comercial. La torre principal será la más alta de América Latina -con más de 300 metros de altura- e igual de grande que la Torre Eiffel.
“Costanera Center es importante en términos de inversión y empleo, pero el mayor impacto de su reactivación se ha dado en la moral general”, indica Lorenzo Constans, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción.
Otros proyectos -entre los que se incluye la expansión del Metro de Santiago, la culminación de varios edificios emblemáticos como parte de las celebraciones del Bicentenario de Chile y la continua inversión del Estado tanto en obras viales como en aeropuertos- están ayudando a impulsar una recuperación en el sector.
Antes el terremoto del mes pasado, Constans estimaba que la inversión en el sector, incluyendo infraestructura y bienes raíces comerciales, crecería un 7,7% este año. Ahora, obviamente, esa cifra será mucho más alta debido a los necesarios trabajos de reconstrucción tras el terremoto.
Una Luz al Final del Túnel
En medio de la devastación habrá muchas oportunidades para que los constructores ayuden en los esfuerzos de reconstrucción, en especial en el sur del país en ciudades como Concepción, donde se produjo la mayor parte del daño.
Esta es una buena noticia para los constructores después de un año en que muchos proyectos se estancaron o cancelaron. Las estadísticas compiladas por la Corporación de Bienes de Capital (CBC), organización que realiza sondeos de los planes de inversión de las empresas, muestran cuán difícil fue el 2009 para el sector de la construcción.
Entre octubre del 2008, mes en que se inició la crisis económica, y fines del 2009, un total de 105 proyectos se postergaron, suspendieron de manera indefinida o se abandonaron debido a la crisis, según CBC. De esos, casi la mitad correspondía al sector de bienes raíces.
Sin embargo, 28 proyectos –incluidos edificios de oficinas y de departamentos, cuyo valor combinado asciende a US$ 2.090 millones- se han reactivado desde entonces. Algunos proyectos aún están en pausa, pero Orlando Castillo, gerente general de la CBC, está optimista en cuanto a que muchos de estos volverán a estar en marcha pronto.
“Si bien el sector de bienes raíces fue sin lugar a dudas uno de los más golpeados por la crisis financiera también es uno de los sectores que ha repuntado con la mayor fuerza”, afirma Castillo.
Según CBC, la inversión en bienes raíces sumó un total de US$ 2.430 millones en el 2009 y la cifra de seguro subirá este año. Aún antes del terremoto, se esperaba que más de US$ 10.700 millones se inyectaran en el sector durante los próximos cuatro años, convirtiéndolo en el tercer mayor sector en Chile en términos de inversión, detrás de la minería y la energía.
Gran parte de la nueva actividad de la construcción se concentra en el área en torno al Costanera Center en lo que se ha hecho conocido como Sanhattan, el siempre creciente grupo de torres de edificios y hoteles en el extremo occidental de Las Condes.
La torre Titanium, que actualmente es la más alta de Chile con 192 metros, se terminó a fines del año pasado y su inauguración está prevista para este mes. La torre que ostenta 56 pisos y 72.000 m2 de espacio de oficinas es el proyecto insignia del empresario y arquitecto Abraham Senerman.
Como otros edificios en Sanhattan, Titanium se tambaleó, pero no colapsó con el terremoto gracias a las normas de construcción sísmica y Senerman planea otras tres torres de oficina en las proximidades. “El Parque Titanium se iniciará pronto y esperamos terminar un edificio por año, cada uno de los cuales tendrá 23 pisos de altura con 20.000 m2 de espacio”, sostuvo.
Mientras Senerman está trabajando sobre el suelo para cambiar el panorama urbano de Santiago, un ejército de trabajadores de la construcción laboran bajo él para mejorar el Metro de la ciudad, y esto también debería dar mucho trabajo al sector de la construcción en los años que están por venir.
De acuerdo con el Metro de Santiago, la construcción de nuevas estaciones generó 6.500 empleos en el 2009, mientras que los nuevos proyectos generarán varios miles más de puestos de trabajo en los próximos años.
El plan es expandir la Línea 5 desde Pudahuel hacia el sur a la vasta comuna de Maipú en Santiago, a un costo de más de US$ 700 millones. Esa obra ya está en marcha y debería estar terminada para fines de 2010. Después de eso, el próximo gran proyecto es una nueva línea hacia el suroeste de la ciudad a un costo de US$ 960 millones.
Infraestructura Pública
No es sólo el sector privado el que ha ayudado a que las cosas comiencen a moverse de nuevo. Aún antes de que el terremoto azolara al país, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) había señalado que el 2010 marcaría un nuevo récord en la inversión del sector público en infraestructura.
El MOP fue uno de los principales beneficiarios del paquete de estímulo fiscal anunciado por el Gobierno en enero del 2009 en la cúspide de la crisis económica. Del paquete de US$ 4.000 millones, el ministerio recibió unos US$ 700 millones, la mayor parte de los cuales se empleó en proyectos de vivienda social, lo que resguardó a las empresas constructoras de lo peor de la recesión.
El incremento en el presupuesto del ministerio generó cerca de un 10% más de empleo el año pasado de lo que habría sido posible de otra forma, sostiene Sergio Bitar, ministro de Obras Públicas del Gobierno de Michelle Bachelet.
“La inversión en obras públicas, en vivienda, ayudó en gran medida a compensar la fuerte caída que experimentó la inversión privada durante la crisis”, comenta Bitar a bUSiness CHILE. “Y ese alto nivel de inversión en infraestructura continuará hasta el 2010”.
Uno de los pocos aspectos positivos del terremoto es que generará trabajo. En el trimestre móvil comprendido entre noviembre y enero, el desempleo en el sector de la construcción era del 14,4%, lo que se compara con el 8,7% de la economía en su conjunto. Y el empleo en el sector cayó un 4,3% a 556.940 trabajadores respecto del mismo período de un año antes.
Pero los primeros indicios apuntan a que los nuevos proyectos y las reparaciones a la infraestructura pública requerirán miles de trabajadores más. Antes del terremoto, Constans estimaba que el desempleo promediaría el 15% en el 2010, pero debiera ser mucho menor a medida que el esfuerzo de recuperación se pone en marcha.
Entre los grandes proyectos iniciados antes del terremoto estaba una importante modernización de la red de estadios de Chile. En total, se supone que 12 estadios se construirán o se mejorarán en el 2010. El mayor proyecto de renovación es el del Estadio Nacional en Santiago, que la ex presidenta Bachelet prometió será el mejor escenario deportivo de la región.
El MOP también está supervisando una importante expansión de la red de carreteras de Chile. El plan era construir cerca de 1.100 km de nuevas carreteras para el 2014 y expandir la red existente en cerca del 50%, pero ello probablemente se retrasará a medida que el Gobierno se concentra en la reconstrucción de carreteras gravemente dañadas, incluida la Ruta 5 Sur que conecta Santiago con Concepción.
El ministerio también tenía planeado modernizar los aeropuertos y construir una serie de nuevos embalses. No obstante, la primera prioridad será reparar el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez en Santiago, que se vio seriamente dañado por el terremoto.
Construir para el Bicentenario
Como parte de las celebraciones del Bicentenario este año, la Comisión Bicentenario del Gobierno está supervisando 230 proyectos de patrimonio cultural y de infraestructura, incluidos el recientemente inaugurado Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y el Centro Cultural Gabriela Mistral, que está en construcción en Santiago.
“Cerca del 70% de los proyectos del Bicentenario están terminados y para fines de este año la cifra llegará al 75%”, señaló Omer Novoa, director de obras de la Comisión Bicentenario.
Muchos de los proyectos restantes debieran considerarse “obras en curso” que generarán empleo para el sector de la construcción por varios años más, indicó Novoa.
Un ejemplo de ello es la red de ciclovías de Santiago que se terminó a tiempo, pero se expandirá en los próximos ocho años, manifestó Novoa.
Pese a estos proyectos del Bicentenario, ha habido temores sobre el ritmo de la recuperación de Chile. Más de dos meses después de la reactivación del Costanera Center, el edificio sigue siendo una cáscara de concreto y líderes sindicales se han quejado de que la cantidad de empleos ofrecidos es menor a la que se prometió.
Las obras en el Estadios Nacional también avanzan más lento de lo esperado, lo que significa que no estarán listas para su uso hasta comienzos del 2011, sostuvo Gonzalo Mardones, arquitecto y asesor de obras públicas del presidente Piñera.
Pero el ritmo debiera repuntar al tiempo que el Gobierno de Piñera organiza el esfuerzo de reconstrucción, lo que beneficiará al sector de la construcción. Hernán de Solminihac, el nuevo ministro de Obras Públicas, supervisará las reparaciones a la infraestructura pública dañada, las cuales podrían tardar años, pero crearán miles de empleos.
Y se espera que el sector privado también participe en el esfuerzo de la reconstrucción. Tras un difícil 2009 y un lento comienzo este año, la recuperación de Chile desde lo que ha sido el mayor desastre natural que haya enfrentado en los últimos 50 años dependerá en gran medida de la fortaleza del sector de la construcción. El tiempo dirá si los constructores de Chile están a la altura de las circunstancias.
Gideon Long es periodista freelance en Santiago y además trabaja para la BBC.
*Nota del Editor: Este artículo fue investigado antes del terremoto que azotó al país y posteriormente fue revisado. Parte de la información puede estar desactualizada. Invitamos a nuestros lectores a revisar nuestra edición de abril, que incluirá un completo informe respecto del impacto del terremoto en la economía de Chile.
They were images that were beamed around the world and gave some idea of the devastation caused by Chile's biggest earthquake in 50 years: apartment blocks that had toppled over backwards, roads that had buckled and split in two, collapsed bridges and coastal fishing villages that were obliterated by huge waves triggered by the quake.
The immediate focus of concern was, of course, on the human cost of the tragedy – identifying the dead and helping the survivors. But as the country starts to recover, that focus will gradually shift to how best to rebuild the shattered infrastructure in the affected areas.
It's still too early to know exactly what needs to be done to get the devastated areas back to anything like normal, or how much it will cost.
Fortunately, Chile's seismic building codes introduced by the government after the massive 1960 earthquake minimized the damage and loss of life. Around 30 buildings in Santiago suffered structural damage, but those were the exceptions to the rule.
Chile's 8.8 quake was much more powerful than Haiti's recent tremor but, unlike Haiti where most of the houses are built of adobe or masonry, new Chilean buildings use reinforced concrete which is the reason they are still standing.
Most of those who died drowned in the ensuing tsunami rather than being crushed to death, and the toll, though still unclear, is a fraction of the estimated 250,000 fatalities in Haiti. But the damage to infrastructure and housing has been enormous and President Sebastian Piñera, who took office this month, faces the first major test of his presidency.
Around 1.5 million homes have been damaged, including around 500,000 that are uninhabitable, and Piñera has predicted the cost of new housing alone will be around US$ 20 billion.
One U.S. risk assessor, Eqecat, estimated the value of the damage at between US$ 15 billion and US$ 30 billion or 10-20% of gross domestic product.
The earthquake presents the Chilean construction industry with a monumental challenge, but also a huge opportunity following a year in which the industry slumped due to the global economic crisis and many new building projects ground to a halt.
From crisis to opportunity
Before the earthquake struck, Chile's construction sector was showing signs of recovery from the economic crisis. Perhaps the most potent symbol of this recovery is the Costanera Center – a US$ 600 million shopping and office tower complex in the Santiago neighborhood of Las Condes.
Work restarted at the Costanera Center on December 17, which put a symbolic end to the crisis in Chile. For almost a year, the building had stood abandoned on the banks of the River Mapocho - a 23-story concrete eyesore and a daily reminder to Chileans of the impact of the economic crisis.
But the decision by Costanera's owner, Chilean retail holding company Cencosud, to restart work suggested that better times were just around the corner, not just for Cencosud but for Chile's beleaguered construction industry.
"The emblematic Costanera Center was the icon of the recession," said Rodolfo Bambach, head of research at the Chilean office of real estate consultants Colliers International. "Paradoxically, nowadays it has become the icon of the construction sector's reactivation."
If the protect is finished on schedule, by early 2012, it should be quite a sight, consisting of four skyscrapers built over a shopping mall. The main tower will be the tallest in Latin America - over 300 meters high – and as big as the Eiffel Tower.
"Costanera Center is important in terms of investment and jobs, but the biggest impact of its reactivation has been on the general morale," said Lorenzo Constans, president of the Chilean Chamber of Construction.
Other projects including the expansion of the Santiago Metro, the completion of several emblematic buildings as part of Chile's Bicentenary celebrations, and the state's continuing investment in roads and airports are helping to fuel a recovery in the sector.
Before last month's quake, Constans estimated that investment in the sector, including infrastructure and commercial real estate would grow 7.7% this year. Now, obviously, that figure will be much higher due to the reconstruction work needed because of the earthquake.
A light at the end of the tunnel
Amid the devastation there will be plenty of opportunities for builders to help in the reconstruction effort, especially in the south of the country in cities like Concepción where most of the damage occurred.
This is good news for builders after a year when many projects were stalled or cancelled. Statistics compiled by the Corporación de Bienes de Capital (CBC), an organization that surveys company investment plans, show just how difficult 2009 was for the construction industry.
Between October 2008, when the economic crisis began, and the end of 2009, a total 105 projects were delayed, suspended indefinitely or abandoned due to the crisis, the CBC reports. Of those, around half were in the real estate sector.
But 28 projects, including office buildings and apartment blocks, worth a combined US$ 2.09 billion have since been reactivated. Some projects are still on hold but Orlando Castillo, the CBC's general manager, is optimistic that many of these will be back on track soon.
"While the real estate sector was undoubtedly one of the worst hit by the financial crisis it's also one of the sectors that bounced back most strongly," Castillo said.
According to the CBC, real estate investment totaled US$ 2.43 billion in 2009 and the figure is sure to rise this year. Even before the quake, it expected more than US$ 10.7 billion to be ploughed into the sector over the next four years, making it the third biggest sector in Chile in terms of investment, behind mining and energy.
Much of the new construction activity is centered in the area around the Costanera Center in what has become known as Sanhattan – the ever-expanding cluster of tower blocks and hotels on the western fringe of Las Condes.
The Titanium Tower, currently the tallest in Chile at 192 meters, was completed late last year and is due to be inaugurated this month. Boasting 56 stories and 72,000m2 of office space, it is the flagship project of businessman and architect, Abraham Senerman.
Like other buildings in Sanhattan, it swayed but did not buckle in the earthquake thanks to seismic building codes, and Senerman plans another three office blocks nearby. "The Titanium Park will be started soon and we hope to complete one building each year, each of which will be 23 stories high with 20,000 m2 of space," he said.
While Senerman is working above ground to change Santiago's skyline, an army of construction workers are laboring below it to improve the city's Metro, and this too should provide plenty of work for the construction industry in the years to come.
According to the Santiago Metro, construction of new stations generated 6,500 jobs in 2009, while new projects will generate several thousand more jobs over the coming years.
The plan is to expand Line 5 from Pudahuel southwards to the far-flung Santiago suburb of Maipú, at a cost of over US$ 700 million. That work is underway and should be finished by the end of 2010. After that, the next big project is a new line to the southwest of the city at a cost of US$ 960 million.
Public infrastructure
It's not just the private sector that has helped to get things moving again. Even before the earthquake struck, the Ministry of Public Works (MOP) said that 2010 would mark a new record for public sector investment in infrastructure.
The MOP was one of the main beneficiaries of the fiscal stimulus package announced by the government in January 2009 at the height of the economic crisis. Of the US$ 4 billion package, the ministry received some US$700 million, most of which was used for social housing projects, which cushioned construction companies from the worst of the recession.
The increase in the ministry's budget generated around 10% more employment last year than would have been possible otherwise, said Sergio Bitar, Public Works Minister in the Bachelet government.
"Investment in public works, in housing, helped to a large extent to compensate for the sharp fall in private investment during the crisis," Bitar told bUSiness CHILE. "And that high level of investment in infrastructure will continue through 2010."
One of the few positive aspects of the earthquake is that it will generate work. In the period November to January, unemployment in the construction sector was 14.4%, compared to 8.7% for the economy as a whole. And employment in the sector fell 4.3% to 556,940 workers compared to the same period a year ago.
But early signs are that new projects and public infrastructure repairs will require thousands more workers. Before the quake, Constans estimated unemployment would average around 15% in 2010, but it should be much lower as the recovery effort gets underway.
Among the major projects started before the quake was a major upgrade to Chile's network of sports stadiums. In all, 12 stadiums are supposed to be built from scratch or improved in 2010. The biggest renovation project is at the National Stadium in Santiago, which former president Michelle Bachelet promised will be the best sports arena in the region.
The MOP is also overseeing a major expansion of Chile's highway network. The plan was to build around 1,100km of new highways by 2014, expanding the existing network by 50%, but that will likely be delayed as the government focuses on rebuilding badly damaged highways, including the Ruta 5 Sur that links Santiago with Concepción.
The ministry had also planned to modernize airports and build a series of new reservoirs. But the first priority will be repairing Santiago's international Arturo Merino Benítez airport, which was badly damaged by the quake.
Building for the Bicentenary
As part of its Bicentenary celebrations this year, the government's Bicentenary Commission is overseeing 230 infrastructure and cultural heritage projects, including the recently inaugurated Museum of Memory and Human Rights and the Gabriela Mistral Cultural Center under construction in Santiago.
"Around 70% of the Bicentennial projects are finished and, by the end of this year that will be up to 75%," said Omer Novoa, Director of Works at the Bicentenary Commission.
Many of the remaining projects should be considered "works in progress" that will generate jobs for the construction industry for several years to come, said Novoa.
One example is Santiago's network of bike lanes that were completed on time but will be expanded in the next eight years, said Novoa.
Despite these Bicentenary projects, there have been concerns about the pace of Chile's recovery. More than two months after the reactivation of the Costanera Center the building is still a concrete shell, and union leaders have complained that the number of jobs on offer is lower then promised.
Work on the National Stadium is also going slower than expected, which means it will not be ready for use until early 2011, said Gonzalo Mardones, an architect and public works advisor to President Piñera.
But the pace should pick up as the Piñera government organizes the reconstruction effort, which will benefit the construction sector.
Hernán de Solminihac, the new Public Works Minister, will oversee repairs to damaged public infrastructure that may take years, but will create thousands of jobs.
And the private sector will also be expected to play its part in the reconstruction effort. After a difficult 2009 and a slow start to this year, Chile's recovery from its biggest natural disaster in over 50 years will depend to a large extent on the strength of its construction sector. Time will tell if Chile's builders are up to the challenge.
Gideon Long is a freelance journalist based in Santiago. He also works for the BBC.
Editor's note: This article was researched and written before the earthquake struck so some information may be out of date. Readers should check back for our April issue, which will include a full report on the impact of the quake on Chile's economy.