El presidente de la consultora Stammel & Associates, Jon Stamell, ha dedicado más de 25 años al estudio de mercado, planificación estratégica y marketing. Participa mañana en el Seminario sobre el mercado de EE.UU. Lea la entrevista que publicada Diario Financiero.
En Chile, ha asesorado a la Cancillería en el posicionamiento de la imagen-país y, al mismo tiempo, ha apoyado la promoción de la industria salmonera y vitivinícola en el sector privado. También ha participado en foros organizados por Icare.
Al tanto del plan que ha impulsado Noruega para posicionar sus salmones en el codiciado mercado de Estados Unidos, Stamell tiene claro el inmenso desafío que tiene la hoy afligida industria nacional. Además de pelear espacios con su más enconado rival comercial, las salmoneras chilenas deberán trabajar fuertemente en la recomposición de su imagen como un proveedor alimenticio confiable, luego del deterioro sufrido por la presencia del virus ISA en los centros de cultivo de nuestras costas.
"Noruega se ha beneficiado de los problemas chilenos en precio y demanda. Parte del problema es que la industria de alimentos de mar es fácilmente comoditizable", señaló.
De paso por Santiago, Stamell conversó con DF sobre los desafíos de esta industria y del sector vitivinícola.
-¿Cómo evalúa el difícil escenario de la industria salmonera chilena?
-Los problemas están más relacionados con el comercio que con el consumidor. El consumidor sabe poco de lo que ha pasado en la industria. El mercado necesitará ser convencido que los productores chilenos tienen el plan correcto para traer de vuelta a la industria de manera sana y que pueden ser proveedores consistentes y fiables otra vez. Esto tomará algo de tiempo, paciencia y una inversión en una variedad de herramientas de comunicación. Los productores chilenos no han tenido un programa agresivo de marketing y comunicación en los Estados Unidos por varios años. No lo han tenido incluso cuando la demanda por sus productos estuvo alta. Necesitan un programa que debería partir cerca de un año antes que la industria se recupere.
-¿Cuánto puede afectar el problema sanitario a su imagen?
-Los consumidores estadounidenses y sus proveedores de alimentos están muy preocupados por la salud y la sanidad. Se requiere comunicar un programa comprensible de calidad y seguridad al mercado, los medios y los consumidores.
Daño a confianza
-¿Dañará la confianza que las salmoneras chilenas habían ganado en el exterior, sobre todo en Estados Unidos?
-Sí, ya ha sido dañada la confianza, pero Chile puede recobrarla. Los estadounidenses que conocen Chile saben que los chilenos son honestos y confiables y en la medida que los programas para reconstruir la industria sean comprensibles y pasen por la aprobación de expertos internacionales, el comercio volverá a Chile. El consumidor promedio será más difícil, porque la industria de Alaska está constantemente difundiendo historias negativas de los salmones cultivados en general.
-Noruega sufrió antes los efectos del virus ISA, ¿qué hizo como industria para cuidar la imagen de sus productos?
-Noruega continúa teniendo sus propios asuntos en Estados Unidos desde la época en que salió del mercado por el pleito de antidumping con la Comisión de Comercio Internacional a comienzos de los '90. La mayoría de la industria noruega ha pasado por procesos de reingeniería. Ellos están usando cajas más largas y las están poniendo en aguas más profundas, siendo además más proactivos en los test y en el uso de cualquier sustancia química.
-¿Está en una mejor posición?
-Noruega se ha beneficiado de los problemas chilenos en precio y demanda. Parte del problema es que la industria de alimentos de mar es fácilmente comoditizable. Es una industria conducida por las transacciones, no por el marketing. Quiere decir que siempre está sujeta al suministro y fluctuaciones de demanda, que erosiona la construcción de marca. Noruega hoy está empezando un programa de marketing en Estados Unidos y ya puede ser vista para determinar su efectividad.
La "extraña" posición de los vinos nacionales
La industria vitivinícola chilena está muy preocupada por la caída de los precios que pagan los importadores. A juicio de Stamell, hasta la crisis económica actual, la industria vitivinícola había sido conducida por el marketing. "Ahora el precio está jugando un rol importante. Ventas de vinos sobre los US$ 25 están muy lentas en el retail. Vinos por debajo de US$ 10 se están vendiendo bien", señaló.
Stamell agregó que "Chile está ahora en una extraña posición. Ingresó al mercado de Estados Unidos como vino de precio bajo en supermercados, luego invirtió fuerte para aumentar la calidad de sus vinos y empezó a ofrecer alta calidad de productos al mercado de Estados Unidos, que han sido bien recibidos por los críticos. Pero ahora el mercado ha dado la espalda a los productores chilenos y está pidiendo nuevamente vinos de bajo precio".
El presidente de la consultora Stammel & Associates, Jon Stamell, ha dedicado más de 25 años al estudio de mercado, planificación estratégica y marketing. Participa mañana en el Seminario sobre el mercado de EE.UU. Lea la entrevista que publicada Diario Financiero.
En Chile, ha asesorado a la Cancillería en el posicionamiento de la imagen-país y, al mismo tiempo, ha apoyado la promoción de la industria salmonera y vitivinícola en el sector privado. También ha participado en foros organizados por Icare.
Al tanto del plan que ha impulsado Noruega para posicionar sus salmones en el codiciado mercado de Estados Unidos, Stamell tiene claro el inmenso desafío que tiene la hoy afligida industria nacional. Además de pelear espacios con su más enconado rival comercial, las salmoneras chilenas deberán trabajar fuertemente en la recomposición de su imagen como un proveedor alimenticio confiable, luego del deterioro sufrido por la presencia del virus ISA en los centros de cultivo de nuestras costas.
"Noruega se ha beneficiado de los problemas chilenos en precio y demanda. Parte del problema es que la industria de alimentos de mar es fácilmente comoditizable", señaló.
De paso por Santiago, Stamell conversó con DF sobre los desafíos de esta industria y del sector vitivinícola.
-¿Cómo evalúa el difícil escenario de la industria salmonera chilena?
-Los problemas están más relacionados con el comercio que con el consumidor. El consumidor sabe poco de lo que ha pasado en la industria. El mercado necesitará ser convencido que los productores chilenos tienen el plan correcto para traer de vuelta a la industria de manera sana y que pueden ser proveedores consistentes y fiables otra vez. Esto tomará algo de tiempo, paciencia y una inversión en una variedad de herramientas de comunicación. Los productores chilenos no han tenido un programa agresivo de marketing y comunicación en los Estados Unidos por varios años. No lo han tenido incluso cuando la demanda por sus productos estuvo alta. Necesitan un programa que debería partir cerca de un año antes que la industria se recupere.
-¿Cuánto puede afectar el problema sanitario a su imagen?
-Los consumidores estadounidenses y sus proveedores de alimentos están muy preocupados por la salud y la sanidad. Se requiere comunicar un programa comprensible de calidad y seguridad al mercado, los medios y los consumidores.
Daño a confianza
-¿Dañará la confianza que las salmoneras chilenas habían ganado en el exterior, sobre todo en Estados Unidos?
-Sí, ya ha sido dañada la confianza, pero Chile puede recobrarla. Los estadounidenses que conocen Chile saben que los chilenos son honestos y confiables y en la medida que los programas para reconstruir la industria sean comprensibles y pasen por la aprobación de expertos internacionales, el comercio volverá a Chile. El consumidor promedio será más difícil, porque la industria de Alaska está constantemente difundiendo historias negativas de los salmones cultivados en general.
-Noruega sufrió antes los efectos del virus ISA, ¿qué hizo como industria para cuidar la imagen de sus productos?
-Noruega continúa teniendo sus propios asuntos en Estados Unidos desde la época en que salió del mercado por el pleito de antidumping con la Comisión de Comercio Internacional a comienzos de los '90. La mayoría de la industria noruega ha pasado por procesos de reingeniería. Ellos están usando cajas más largas y las están poniendo en aguas más profundas, siendo además más proactivos en los test y en el uso de cualquier sustancia química.
-¿Está en una mejor posición?
-Noruega se ha beneficiado de los problemas chilenos en precio y demanda. Parte del problema es que la industria de alimentos de mar es fácilmente comoditizable. Es una industria conducida por las transacciones, no por el marketing. Quiere decir que siempre está sujeta al suministro y fluctuaciones de demanda, que erosiona la construcción de marca. Noruega hoy está empezando un programa de marketing en Estados Unidos y ya puede ser vista para determinar su efectividad.
La "extraña" posición de los vinos nacionales
La industria vitivinícola chilena está muy preocupada por la caída de los precios que pagan los importadores. A juicio de Stamell, hasta la crisis económica actual, la industria vitivinícola había sido conducida por el marketing. "Ahora el precio está jugando un rol importante. Ventas de vinos sobre los US$ 25 están muy lentas en el retail. Vinos por debajo de US$ 10 se están vendiendo bien", señaló.
Stamell agregó que "Chile está ahora en una extraña posición. Ingresó al mercado de Estados Unidos como vino de precio bajo en supermercados, luego invirtió fuerte para aumentar la calidad de sus vinos y empezó a ofrecer alta calidad de productos al mercado de Estados Unidos, que han sido bien recibidos por los críticos. Pero ahora el mercado ha dado la espalda a los productores chilenos y está pidiendo nuevamente vinos de bajo precio".