Resulta que fui masculinstruido, no educado como la mayoría de ustedes. Por esta razón apoyo completamente a los estudiantes que han llevado sus demandas a las calles y negocian directamente con el presidente. Sin lugar a dudas, para cuando usted lea esto ya tendremos colegios gratuitos y universidades gratuitas para todos, pero probablemente sin una educación de calidad como el componente primario de la ecuación.
Me enviaron a un internado cuando tenía 8 años de edad, lugar donde permanecí hasta que aparecí en el mundo casi a los 18 años. Un internado “solo para hombres” y salí relativamente normal, pero sin ninguna esperanza de entrar a la universidad. Verán, yo era “del montón” y fue identificado como tal muy tempranamente. De modo que estaba ahí mucho por el beneficio del colegio y no para lucrar de la educación que se me entregaba. ¿Era un mal alumno? No era un gran alumno, admito abiertamente, pero tenía lo que describiría como “talentos no descubiertos”. Tenía una terrible tartamudez, que era una desventaja (una verbal supongo...) y que trajo como consecuencia que yo fuera el término de muchos chistes o bromas; es increíble ¡cuántos niños podían desarrollar tartamudez instantánea cuando estaban a mi alrededor!
Por romper ciertas reglas era golpeado por un inspector, un maestro e incluso por el director, ¡pero nunca por la policía! Este era un castigo muy normal y había una ceremonia a su alrededor, similar a la marcha de un preso sentenciado que se dirige al patíbulo o la silla eléctrica. Seis golpes con una caña o una vara en el trasero dejan una evidencia bastante significativa, pero la valentía era esencial. Descubrí que la sobrevivencia heroica al “insulto” para con mi parte posterior en realidad aumentaba mi estatus y el premio eran ¡nuevos amigos! ¡Era un héroe! ¡Qué raro!
Masculinstruido: Mi formación académica estaba diseñada para convertirme en un “hombre” y esto significaba “cosas de hombre” y aceptar golpes con un silencioso orgullo y un cierto desdén. Saldría “al mundo y sería un HOMBRE” - ¡GUAU!
Bueno, soy un HOMBRE, pero no totalmente emancipado incluso ahora. Muchos años después, cuando vivimos en Kentucky, me llamaron del a Oficina del Ciclo Medio y el director me pidió permiso para “paletear” a mi hijo. No puedo recordar cuál fue la ofensa, pero sí recuerdo haber pensado “si fue bueno para mí (¡y no tengo ninguna prueba en lo absoluto de que lo fue!), será bueno para mi hijo” y de modo que fue paleteado. Aún nos dirigimos la palabra. Sin embargo, esta práctica pronto fue declarada ilegal por ser “cruel” y hacer un uso “innecesario de la fuerza” o algo así.
Miro hacia atrás a mi masculinstrucción como un total fracaso en todas las áreas, excepto el deporte donde era muy bueno y mi tartamudez no podía disminuir mis habilidades, mientras que recitar unas pocas líneas de Shakespeare podía traer consigo dolor tanto a mi mente como, durante el intermedio, ¡a mi cuerpo!
Añoro una educación de calidad, quizás más con el beneficio de la retrospectiva que en ese entonces. Durante todos mis años en este planeta, he conocido a solo cuatro grandes profesores e hicieron suficiente para que yo sobreviviera y aprendiera y quisiera aprender más: los de francés (de los 9 a los 11 años), historia (de los 14 a los 16 años), mecánica (de los 23 a los 24 años) e historia del arte (a los 50 años). Estos cuatro tenían una pasión por la enseñanza que influía en sus estudiantes y sin ellos aún estaría lavando autos para ganarme la vida y ¡¡¡la Sra. Eneldo nunca se hubiera casado conmigo…!!
Jesucristo fue llamado Maestro. Mahoma y Buda fueron maestros. La mayoría de los hombres respetados en la Antigua Grecia y Roma fueron maestros o filósofos. Mahatma Gandhi, aunque abogado por formación, fue un extraordinario maestro y lo mismo podría decirse de Nelson Mandela y de muchos, muchos otros.
Si este artículo tiene un tema, y quisiera pensar que mis esfuerzos no han sido completamente desperdiciados en usted, es enfatizar que el futuro de este país radica en volver a poner el orgullo en la profesión de profesor: SER PROFESOR Y ESTAR ORGULLOSO DE ELLO. Necesitamos profesores de calidad, consistencia, entusiasmo y compasión y esto no tiene ¡nada que ver con la edad! Grandes maestros pueden mantener la atención de un estudiante sin importar el entorno físico. Ellos hacen que los estudiantes QUIERAN aprender y si uno quiere aprender, los resultados mejoran drásticamente. Páguenles bien, hónrenlos, respétenlos y de todas maneras evalúenlos de manera regular de modo que los grandes profesores sean recompensados y los malos sean ayudados o reemplazados.
Golpear a los estudiantes solamente causa dolor. El no entregar profesores que puedan alimentar la creatividad y la curiosidad natural de los alumnos es simplemente criminal.
Sigo maltratado, pero pragmático… y aún sigo aprendiendo.
Santiago Eneldo
(Maltrato verbal y empatía a [email protected])
It turns out I was edumancated - not educated like most of you. For this reason I am fully supportive of the students who have taken their demands to the streets and negotiated directly with the President. No doubt, by the time you read this we will already have free schools and universities for all, but probably without a quality education as the primary component in the equation.
I was sent away to boarding school aged 8 where I remained until I “plopped” out into the world aged almost 18. A “boys only” boarding school and yet I emerged relatively normal but without any hope of getting into university. You see, I was an “also ran” and identified as such early on. So, I was there very much for the profit of the school and not to profit greatly from the education I was provided with. Was I a bad student? Not a great one, I freely admit, but I had what I would describe as “undiscovered talents”. I had a bad stammer which was a handicap (a verbal-cap I suppose...) and resulted in me being the butt of many a joke or prank; amazing how many boys could develop instant stammers when around me!
For breaking certain rules I was beaten by a Prefect, a Master or even the Headmaster – but never by the police! This was very normal punishment and there was ceremony about it, similar to the march of a convicted felon to the gallows or electric chair. Six strikes with a cane or switch on the backside leave quite significant evidence, but bravery was essential. I discovered that heroically surviving the “insult” to my rear end actually raised my status and the reward was new friends! I was a hero! Weird!
Edumancated: My scholastic formation was designed to make a “man” of me and this meant doing “manly things” and accepting beatings with silent pride and a certain disdain. I would “go out into the world and be a MAN” – wow!!
Well, I am a MAN but not fully emancipated even now. Many years later, when we lived in Kentucky, I was called from the Middle School Office and the Principal asked for permission to “paddle” my son. I cannot remember what the offence was but I do recall thinking “if it was good for me (and I have absolutely no proof it was!), it will be good for my son” and so he was paddled. We are still on speaking terms. However, this practice was soon outlawed as being “cruel and unnecessary force” or something similar.
I look back on my edumancation as a total failure in all areas except sport where I was pretty good and my stammer could not diminish my skills – whereas reciting a few lines from Shakespeare could bring pain both to my mind and, during break, my body!
I yearned for a quality education, perhaps more with the benefit of hindsight than at the time. During all my years on this planet I have known only four great teachers and they did just enough for me to survive and learn and want to learn more: French (aged 9 to 11), History (aged 14 to 16), Mechanics (aged 23 to 24) and Art History (aged 50). These four had a passion for teaching which rubbed off on this student and without them I would still be washing cars for a living and Mrs. Eneldo would never have married me…!!
Jesus Christ was called Teacher. Mohammed and Buddha were teachers. The most respected men of their time in Ancient Greece and Rome were teachers or philosophers. Mahatma Gandhi, although a lawyer by training, was an extraordinary teacher and the same could be said of Nelson Mandela and many, many others.
If there is a point to this article, and I would like to think my efforts have not been entirely wasted on you, it is to emphasize that the future of this country lies in putting pride back into the teaching profession: BE A TEACHER AND BE PROUD OF IT. We need teachers of quality, consistency, enthusiasm and compassion and this has nothing to do with age! Great teachers can hold a student’s attention regardless of the physical environment. They make students WANT to learn and if you want to learn, results will improve dramatically. Pay them well, honor them, respect them and by all means evaluate them regularly so the great ones are rewarded and the poor ones helped or replaced.
Beating students just causes pain. Failure to provide teachers who can feed students’ creativity and natural inquisitiveness is simply criminal.
I remain abused but pragmatic… and still learning.
Santiago Eneldo
(Verbal abuse and sympathy to [email protected])