El Consejero del Banco Central se refirió al contexto inflacionario del país y la necesidad de generar un control efectivo considerando su impacto en empleos y salarios

La Cámara Chilena Norteamericana de Comercio, AmCham Chile, a través de su Comité de Inversiones y Negocios, realizó un conversatorio que contó con la exposición de uno de los Consejeros del Banco Central, Luis Felipe Céspedes, con el objetivo de analizar la situación económica en Chile y los distintos escenarios de cara a los próximos años, considerando a su vez las perspectivas económicas y financieras internacionales.

Al respecto el consejero del Banco Central abordó diversos aspectos, a partir del reciente IPOM y se refirió a la creciente inflación total, subyacente y volátil. “Como Banco Central venimos realizando varios diagnósticos señalando que la principal causa se debe al excesivo aumento del gasto en el año 2021”, explicó. Otros factores que habrían incidido son el alza de alimentos, que tiene que ver con componentes más bien externos, de los cuales la política monetaria también debe hacerse cargo. En todo caso, explicó que “se trata de un fenómeno global”.

“La proyección de inflación que se hizo en el IPOM de junio hacia diciembre de 2022 presentó un aumento importante, pasando de 5,6% a 9,9% producto de cuellos de botella, depreciación del peso, reajustes producidos por efectos de segunda vuelta y persistencia de precios internacionales”. Otro elemento importante también destacó es la evolución de las expectativas de inflación, la que se ubicaría por sobre el 3% en un horizonte de dos años. Para que ello ocurra los factores internos y externos deben jugar un rol determinante.

“Otros factores apuntan a que el consumo debiera debilitarse en el corto plazo, debido a una menor creación de empleos y disminución de salarios reales, condiciones financieras más restrictivas para los hogares, lo que es parte del proceso de ajuste hacia niveles sostenibles en el mediano y largo plazo”, apuntó el experto. “Con todo, se hizo una corrección del crecimiento esperado para 2022 al alza, de 2,1% y se proyectó un menor crecimiento del consumo privado para 2023, con una caída de 4,1% para después converger hacia un nivel de 2,5% de crecimiento el 2024”, explicó.

También proyectó caídas significativas para la inversión este y el próximo año. Se hizo una reestimación de la proyección de crecimiento para 2022 pasando del rango de 1% a 2% a otro de 1,5% a 2,25%, mientras que para 2023 pasa de -0,25% a 0,75% a un crecimiento entre 0 y -0,1%.

“Una de las virtudes de nuestro marco de política macroeconómica y monetaria es que nos ha permitido reaccionar de manera contracíclica frente a escenarios adversos, la estabilización del empleo y la inflación, pero para que ello ocurra de manera virtuosa la credibilidad es fundamental”, concluyó.