La Liga Menor ChilenaLittle League Chile

01 Julio 2005


Bajo el programa de las Ligas Menores, el béisbol es practicado actualmente por menores de 18 años, no sólo en Estados Unidos, sino también en más de cien países alrededor del mundo y Chile se ha unido a la lista.

Los deportes organizados abundan en Chile. Jockey sobre césped, tenis, esquí, básquetbol, rugby y por supuesto, el fútbol, están todos implantados en el ADN de los niños a lo largo del país… ¿pero y el béisbol? Bueno, prepárense porque la Liga Menor de Béisbol ha llegado a Chile.

Gracias al compromiso, entusiasmo y visión del Embajador Craig Kelly, y de su esposa Kim, la Liga Menor de Béisbol es actualmente una realidad en Chile. La nueva Organización de la Liga Menor Chilena, está regida totalmente por la Liga Menor Internacional y actualmente goza del patrocinio de Wilson Sporting Goods, quien proporcionó un “kit inicial” con equipos básicos. Cinco equipos están ahora equipados, uniformados y lo que es más importante, están jugando.

Así que, ¿de qué se trata todo este alboroto acerca de los muchachos que se juntan para practicar un deporte que, en general, es desconocido para Chile? Una revisión de la historia de la Liga Menor de béisbol en Estados Unidos y el éxito que ella ha logrado internacionalmente, lo hacen a uno llegar a la rápida conclusión, que éste no es solamente un juego que involucra bates, pelotas y guantes. La promoción de buenas prácticas sociales, habilidades de vida, principios básicos sobre de la familia, valores comunitarios y la buena salud, son claves para la comprensión del fenómeno de la Liga Menor. Agregue a estas virtudes la oportunidad de crear un puente cultural entre Chile y los Estados Unidos y usted obtendrá un resultado ganador.

El Doctor Robert Sloan, presidente de la Universidad de Baylor, en Texas, recientemente resumió la importancia de las Ligas Menores de béisbol. “En un sentido, todos los elementos básicos de la vida están en el béisbol y en las Ligas Menores. Uno tiene que presentarse en cierto momento. Si usted se atrasa, perjudica a su equipo. Y tal como en la vida, existen desempeños individuales aislados que son sobresalientes. Pero al final, es el equipo el que realmente cuenta. La forma en que usted ha contribuido a la causa es importante”, expresó.

La Liga Menor de béisbol se inició en Williamsport, Pennsylvania en 1939. Se organizaron tres equipos y siete años más tarde el programa aún estaba confinado a Pennsylvania. Pero éste no quedó así.
En la actualidad, la Liga Menor es la organización deportiva juvenil más grande que existe en el mundo y, que ofrece béisbol y softball a más de 2,8 millones de niños y niñas (en edades de entre 5 y 18 años), en los 50 Estados del País del Norte y de otros 103 países alrededor del mundo. Cerca de 35 millones de personas han jugado o han servido de voluntarios en las Ligas Menores, a lo largo de sus 65 años de historia.

La misión del programa -que no ha cambiado desde sus modestos inicios- es la de “proporcionar una actividad completa y saludable para los niños, utilizando el campo de juego como una sala de clase virtual, para inculcar la disciplina, el trabajo en equipo, la ética deportiva, el juego leal y para proporcionar un conjunto de valores destinados a guiarlos en su vida de adultos y, ojalá también, a ser ciudadanos responsables”.

En Estados Unidos, un estimado de 22 millones de niños participa en deportes fuera del colegio. Los beneficios, bien argumentados, incluyen:

1. Crear una apreciación de salud y de aptitud personal;

2. Desarrollar una auto imagen positiva;

3. Aprender a trabajar como miembro de un equipo;

4. Desarrollar capacidades sociales con otros niños y adultos (tales como hacer turnos y compartir juegos);

5. Aprender la forma de administrar el éxito y la frustración; y

6. Enseñar cómo respetar a los demás.

El programa de las Ligas Menores busca desarrollar la competencia social -la capacidad de desenvolverse y de ser aceptado por los pares, miembros de la familia, profesores y entrenadores- y la autoestima, o el límite hasta el cual una persona cree que él/ella es capaz, importante, exitoso(a) y valioso(a). Agregar a esta receta para el desarrollo de la juventud, el hecho de que las Ligas Menores de Béisbol proporcionan un foro muy poderoso para la participación de la familia.

¿Pero funcionará en Chile?

¿Pero cuan difícil será atraer a la juventud hacia una actividad que a primera vista parece tan poco común? La falta de familiaridad con el béisbol en un país predominantemente de mentalidad futbolista, sugiere que ello podría no resultar fácil. No obstante, la experiencia inicial señala, en forma concluyente, hacia una curva de aprendizaje que mientras esté presente, no será insuperable. Una de las fortalezas del nuevo programa de la Liga Menor, es que ella representa un esfuerzo corporativo que busca tratar de ser incluida en los intentos locales para desarrollar el deporte.

Ya se jugaba béisbol en Chile, con anterioridad al lanzamiento de la Liga Menor. En el área Metropolitana de Santiago, la Liga Menor ha incorporado equipos provenientes de variadas comunas, tales como Cerro Navia, Maipú, Ñuñoa y la Pintana y ha agregado dos nuevos equipos en el colegio Nido de Águilas. Ella constituye un estímulo a los esfuerzos locales existentes. Como consecuencia, la Liga Menor de béisbol en Chile es una verdadera asociación Chileno-Estadounidense para promover a la comunidad, los valores sociales y las capacidades individuales de vida. Esta combinación fortalece el programa y profundiza la participación. Tal como lo puede atestiguar cualquier persona que haya asistido a algún juego, el espíritu, la camaradería y la ética deportiva que se generan, no sólo son evidentes, es contagioso entre los jugadores, que conforman cinco equipos, alcanzando los 100 niños. El béisbol en Chile como un medio para enseñar valores, no sólo es posible… está instalado aquí con ganas.

La Liga Menor en Chile ha iniciado sus actividades con una base de apoyo muy sólida. Tanto el Presidente Lagos y como el Presidente Bush, han señalado su apreciación e interés por el esfuerzo de la Liga Menor. Un apoyo similar provino de la Secretaria de Estado de Norteamérica, Condoleezza Rice. Durante una visita a Santiago, en Abril, ella dispuso de tiempo dentro de su apretada agenda, para reunirse con un grupo de miembros de la Liga Menor.

A nivel municipal, varios alcaldes han reconocido la contribución que la Liga Menor de béisbol puede traer para sus comunidades y la están adoptando como un medio de proporcionar programas para la juventud, que se necesitan con tanta urgencia. Pero el futuro potencial de la Liga Menor de béisbol en Chile, probablemente se resume de mejor forma en el entusiasmo de los propios niños. “Lo que más me gusta es ser parte de un equipo”, dice Derek Ewald, de 9 años de edad. Con apoyos de este tipo, es muy fácil que la Liga crezca en Santiago, y en el resto del país.

La Liga Menor de Chile también proporciona a la comunidad de negocios una atractiva plataforma para canalizar los esfuerzos de responsabilidad social corporativa, una opción que AmCham apoya en forma entusiasta. Para muchas compañías pequeñas y medianas, que carecen de escala para crear programas propios de responsabilidad social corporativa, la Liga Menor chilena entrega un paraguas de servicio comunitario y una oportunidad para hacer coincidir sus productos o servicios con un proyecto atractivo y visible de gran valor.

Una Reflexión Personal

Como muchos de los miembros de las Ligas Menores, me acuerdo de mi experiencia propia en la Liga Menor, hace 48 años atrás. Aún recuerdo haber recibido ese llamado telefónico del gerente de Sheldon Davis -un equipo denominado con el nombre de un corredor de seguros local, de New Jersey- para darme a conocer que había sido elegido para el equipo. Literalmente salté de alegría y toque el techo de nuestro subterráneo familiar, por primera vez. Aún veo a mis padres alentándome desde los graderíos en mi primera oportunidad frente al bate, y también me acuerdo de las palabras de ayuda positivas, después de los tres strikes inevitables, que fueron cantados en una cantidad igual de lanzamientos. Curiosamente, lo que me ha quedado en lo personal, después de todos estos años, no fue tanto aquello de un juego que involucra una pelota, un bate y un guante. Lo que más recuerdo, fue el espíritu de equipo; fue la lección acerca de que a veces uno pierde y debe aceptar la derrota con cortesía. Fue el aprender que cultivar una actitud positiva es tan importante como ganar; fue la oportunidad de compartir con mis padres una experiencia en la cual yo era el protagonista y ellos eran los hinchas; fue la ocasión para aprender a socializar con los demás, de un modo divertido y enriquecedor. Observar a la Liga Menor, desarrollarse en Chile con sus principios íntegros, es reconfortante. Algunas cosas jamás debieran cambiar. Los principios universales de las Ligas Menores son algunas de esas cosas.

Under the Little League program, baseball is played by under-18s not only in the United States, but also in more than a hundred countries around the world, and Chile has joined the list.

Organized sports abound in Chile. Field hockey, tennis, skiing, basketball, rugby and, of course, soccer are all imbedded in the DNA of children throughout the country…but baseball? Well, get ready because Little League baseball has arrived in Chile.

Thanks to the commitment, enthusiasm and vision of Ambassador Craig Kelly and his wife Kim, Little League baseball is now a reality in Chile. The new Chilean Little League Organization is fully chartered by the International Little League, and currently enjoys the sponsorship of Wilson Sporting Goods, who provided a “starter kit” with basic equipment. Five teams are now equipped, uniformed and, more importantly, they are playing.

So what’s the big fuss about kids getting together to play a sport that is largely unfamiliar in Chile? A review of the history of Little League baseball in the United States and the success it has attained internationally bring one to the quick conclusion that it’s not just a game involving bats, balls and gloves. Promotion of social skills, life skills, family values, community values and good health are keys to understanding the Little League phenomenon. Add to these virtues the opportunity of building a cultural bridge between Chile and the United States and you get a winning result.

Dr. Robert Sloan, president of Baylor University, Texas, recently summed up the importance of Little League baseball. “In a way, all the basic elements of life are in baseball and Little League. You have to show up at a certain time. If you are late, you let the team down. And just like life, there are isolated individual performances that stand out. But, in the end, it is what the team did that really matters. How you contributed to the cause is important,” he said.

Little League baseball had its beginning in Williamsport, Pennsylvania, in 1939. Three teams were organized and seven years later the program was still confined to Pennsylvania. But it didn’t stay that way.

Today, Little League is the world’s largest youth sports organization, offering baseball and softball to more than 2.8 million boys and girls (ages 5 to 18) in all 50 states of the United States and 103 other countries around the globe. Some 35 million people have played or volunteered for Little League in its 65-year history.

The program’s mission - unchanged since its humble beginning - is to “provide a wholesome, healthy activity for children using the sports field as a virtual classroom to instill discipline, teamwork, sportsmanship, fair play, and to provide a set of values to guide them into adulthood and hopefully responsible citizenship”.

In the United States, an estimated 22 million children are involved in sports outside of school. The well-documented benefits include:

1. Building an appreciation of personal health and fitness;

2. Developing a positive self-image;

3. Teaching how to work as part of a team;

4. Developing social skills with other children and adults (such as taking turns and sharing playing);

5. Teaching how to manage success and disappointment; and,

6. Teaching how to respect others.

The Little League program seeks to develop social competence - the ability to get along with and be accepted by peers, family members, teachers and coaches - and self-esteem, or the extent to which an individual believes him/herself to be capable, significant, successful and worthy. Add to this recipe for youth development the fact that Little League baseball provides a very powerful forum for family involvement.

But will it work in Chile?

How difficult will it be to attract young people to an activity that at first blush appears so unfamiliar? Lack of familiarity with baseball in a predominantly soccer-minded country suggests that it might not be easy. However, initial experience points conclusively to a learning curve that, while present, is not insurmountable. One of the strengths of the new Little League program is that it represents a cooperative effort that seeks to be inclusive of local efforts to develop the sport.

Baseball was already being played in Chile before the launch of Little League. In the Santiago metropolitan area, Little League has incorporated teams from districts such as Cerro Navia, Maipú, Ñuñoa, and La Pintana, and has added two new teams at the Nido de Aguilas School. It adds stimulus to existing local efforts. As a consequence, Little League baseball in Chile is a true U.S.-Chilean partnership to promote community, social values and individual life skills. This combination strengthens the program and deepens participation. As anyone who has attended a game can attest to, the spirit, camaraderie and good sportsmanship generated is not only evident, it is contagious among players spanning five teams and almost 100 kids. Baseball in Chile as a conduit to teaching values is not only possible…it is here with a vengeance.

Little League in Chile has started its activities with a very solid base of support. President Lagos and President Bush have both indicated their appreciation and interest in the Little League effort. Similar support was received from Secretary of State Condoleezza Rice. On a visit to Santiago in April, she took time from her busy schedule to meet with a group of Little Leaguers.

At the municipal level, a number of mayors have recognized the contribution that Little League baseball can bring to their communities and are embracing it as a way of providing sorely needed youth programs. But the future potential of Little League baseball in Chile is perhaps best summed up by the enthusiasm of the kids themselves. “What I most like is being part of a team,” says 9-year-old Derek Ewald. With endorsements like this, it is easy to see the league growing in Santiago as well as nationally.

Little League Chile also provides the business community with an attractive platform to channel corporate social responsibility efforts, an option that AmCham enthusiastically endorses. For many small and medium-sized companies that lack the scale to create corporate social responsibility programs on their own, Little League Chile provides a community service umbrella and an opportunity to identify their products or services with an attractive and visible project of great value.

A Personal Reflection

Like many Little Leaguers, I am reminded of my own Little League experience 48 years ago. I still remember getting that phone call from the manager of Sheldon Davis - a team named after a local New Jersey insurance broker - to let me know that I had made the team. I literally jumped for joy, and touched the ceiling of our family basement for the first time. I still picture my parents in the stands cheering me on my first at bat - and I also remember the words of positive reinforcement after the inevitable strike three was called in as many pitches. Curiously, what has stayed with me all these years was not so much a game involving a ball, a bat and a glove. What I recall the most was the team spirit; it was the lesson that sometimes you lose and can accept defeat with grace; it was learning that cultivating a positive attitude is just as important as winning; it was the opportunity to share with my parents an experience where I was the protagonist and they were the fans; it was the opportunity to learn socialization in a fun and nurturing way. Watching Little League develop in Chile with its principles intact is a source of comfort. Some things should never change. The universal principles of Little League qualify.
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