Esta edición de bUSiness CHILE coincide con las celebraciones del 4 de julio, de modo que es apropiado que al momento de escribir esta columna el equipo de fútbol de Estados Unidos haya ganado recién su primer partido de la Copa Mundial de la FIFA en ocho años, 1 a 0 contra Argelia.
Tristemente, tanto Estados Unidos como Chile fueron eliminados del torneo en segunda ronda, pero, cualquiera sea el equipo que uno apoye, ver a 22 hombres persiguiendo un balón en la cancha nos ha dado algo para celebrar (o llorar) casi justo cuando más lo necesitábamos. Eso es porque, de vuelta en el mundo ‘real’, no hay mucho que celebrar.
Vivir en un mercado global parece presentar extraordinarios riesgos y la posibilidad de una nueva epidemia de incertidumbre a lo largo de los mercados y las monedas parece bastante probable. ¡¡Qué aterrador!! Hace poco estuve en Europa por dos semanas y los niveles de confianza son extremadamente bajos: los predicadores del pesimismo eran en gran medida la mayoría. Los expertos del “pida prestado y salga así de sus problemas” están perdiendo terreno y, con la deuda de la zona del euro en un máximo histórico, algo tiene que ceder. Esto significa drásticos recortes en el gasto público, lo que podría conducir a huelgas masivas y agitación social.
Pero las cosas no están mucho mejor al otro lado del charco. Debe ser tan reconfortante para los estadounidenses saber que China seguirá comprando deuda de Estados Unidos, al punto de que -se me informa- los chinos ahora poseen más de Estados Unidos ¡que los propios estadounidenses! En el lado positivo, China no puede permitir que la recuperación estadounidense flaquee porque necesita este mercado para absorber todo lo que producen las industrias chinas, por lo general contaminantes. Además China debe satisfacer las crecientes demandas del pueblo chino. Y para demostrar su compromiso con el concepto de mercados abiertos, China ha dejado flotar al yuan, bueno sólo un poquito...
En cuanto a los desastres ambientales, las cosas ya eran suficientemente malas antes de BP (ex British Petroleum, a menos que usted haya estado dormido por un mes) volara una plataforma petrolera en el Golfo de México, lo que causó un enorme derrame. El presidente Obama prometió “hacer pagar a BP”: el culpable ha comprometido US$ 20.000 millones para saneamiento y compensación, y eso es sólo el comienzo. El presidente también habrá tenido el placer de ver a la selección nacional de fútbol de Estados Unidos empatar 1 a 1 con Inglaterra, gracias a un gol del propio arquero inglés, el Sr. Green. Pero el gol de la propia BP, empresa que durante la última década trató de cultivar una imagen verde o Green, tendrá con gran certeza un efecto de más duradero.
De modo que las noticias son en general terribles, excepto en África. Bueno, siempre surgen hay malas noticias desde África (testigo de la propagación del Sida), pero por ahora la Copa Mundial de Fútbol es la joya de la corona de este pobre continente. El anfitrión, Sudáfrica, venció a Francia en el último partido de su grupo, lo que temprano dejó fuera de competencia a los dos equipos; Francia sometida a la humillación y el escrutinio, mientras que el equipo sudafricano será celebrado por sus logros. Literalmente miles de millones de personas en todo el mundo están viendo el primer mega evento de África en la historia y, como dijo el arzobispo Desmond Tutu durante la ceremonia de apertura, “toda la humanidad proviene originalmente de África así que bienvenidos a casa...”¡¡ !!
Entonces, ¿qué nos puede enseñar el fútbol? Bueno, hay ganadores y perdedores, así como llorones y clavadistas, y muy a menudo la autoridad que dirige el partido (el árbitro o el juez asistente) se equivoca con consecuencias casi trágicas. Creo que la mayor lección aquí es que 32 países de todas las formas, tamaños, etnias, colores, religiones, PIB, niveles de deuda, tatuajes y peinados están compitiendo por uno de los trofeos más famosos de todos los tiempos –el hermoso trofeo de la Copa Mundial de la FIFA (que antes era el trofeo Jules Rimet)– y nadie se mata; bueno al menos no en el campo de juego.
A pesar de las hostilidades y los errores referiles, al final del partido todos se estrechan la mano, intercambian camisetas y eventualmente se van a casa. Después del pitazo final, quizás la lección más importante es que una pelota del tamaño que sea (en este caso una pelota de fútbol denominada Jabulani) siempre reunirá a las personas: ganen, pierdan o empaten. El ganador se lleva el trofeo PERO volveremos a vivir todo de nuevo en apenas cuatro años…
Sigo listo para jugar, cualquiera sea la pelota de su preferencia,
Santiago Eneldo
(Insultos siempre bienvenidos en: [email protected])
This issue of bUSiness CHILE coincides with the 4th of July celebrations, so it is appropriate that at the time of writing this the United States soccer team has just won its first FIFA World Cup match in eight years, 1-0 against Algeria.
Sadly, the U.S. and Chile were both knocked out of the tournament in the second round, but, whichever team you support, watching 22 men chase a ball around a field has given us something to cheer (or cry) about just when we needed it most. That’s because, back in the ‘real’ world, there is not much to celebrate.
Living in a global marketplace seems to bring extraordinary risks and the possibility of a new epidemic of uncertainty across markets and currencies appears quite probable. How terrifying!! I was recently in Europe for two weeks and confidence levels are extremely low, with the preachers of doom and gloom very much in the majority. The “borrow and buy your way out of trouble” pundits are losing ground and, with the Eurozone debt at an all time high, something has to give. This means drastic cuts in public spending, which could lead to massive strikes and social unrest.
But things are not much better across the pond. It must be so rewarding for Americans to know that China will keep buying U.S. debt, to the point where, I am informed, the Chinese now own more of America than Americans do! On the positive side, China cannot allow the U.S. recovery to falter because they need this market to soak up everything produced by, generally dirty, Chinese industries. China must also meet the growing demands of the Chinese people. And to prove its commitment to the concept of open markets, China has floated the yuan, well just a little...
Moving on to environmental disasters, things were bad enough before BP (ex British Petroleum, unless you have been asleep for a month) blew an oil rig in the Gulf of Mexico causing a massive spill. President Obama promised to “make BP pay” - the culprit has committed US$20 billion for clean up and compensation and that is just the beginning. The President would also have had the pleasure of watching the U.S. soccer team draw 1-1 with England, thanks to an own goal by English goalkeeper, Mr. Green. But the ‘own goal’ by BP, a company which has tried hard over the past decade to cultivate a Green image, will most certainly have a more lasting effect.
So, the news is generally ghastly – except in Africa. Well, there is always bad news coming out of Africa (witness the spread of AIDS) but for now the Soccer World Cup is the jewel in this poor continent’s crown. The home side, South Africa, beat France in their last group match sending both teams home early; France to humiliation and investigation but the South African team will be celebrated for its achievements. Literally billions of people worldwide are watching Africa’s first ever Mega Event and, as Archbishop Desmond Tutu said during the opening ceremony, “all of mankind originally comes from Africa so welcome home...”!!
So what can soccer teach us? Well, there are winners and losers, as well as whiners and divers, and very often the presiding authority (referee or linesmen) gets it wrong with almost tragic consequences. I think the greatest lesson here is that 32 countries of all shapes, sizes, ethnicities, colors, religions, GDP, levels of debt, tattoos and hairstyles are competing for one of the most famous trophies of all time – the beautiful FIFA World Cup trophy (previously the Jules Rimet trophy) – and no one gets killed; well at least not on the playing field.
Despite the hostilities and refereeing errors, at the end of the game everyone shakes hands, swaps shirts and eventually goes home. After the final whistle blows, perhaps the most important lesson is that a ball of whatever size (in this case a football called Jabulani) will always bring people together – win, lose or draw. The winner takes the trophy BUT we will go through it all again in just four years…
I remain ready to play – whatever your choice of ball,
Santiago Eneldo
(Abuse always welcome at: [email protected])