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Por Carlos González, Gerente General de McDonald’s Chile
Nada más difícil que buscarle una dimensión positiva a la crisis que estamos viviendo como sociedad debido a esta pandemia y, sobre todo, respecto del negativo impacto en la vida de tantos chilenos que han perdido seres queridos o han sido afectados en alguna medida por los efectos de esta crisis sanitaria. Y por supuesto, no hay que desconocer el enorme efecto económico que estamos enfrentando por esta misma causa y por los derivados de la crisis social que arrastramos desde octubre pasado.
Sin embargo, incluso en esta dura situación, hay matices. Claramente, nadie estaba preparado para un hecho de esta magnitud y por ello, muchas de las medidas implementadas, tanto por los distintos gobiernos como por cada persona, han sido en gran parte reactivas. Pero no todo es negativo.
El hecho de que el Covid-19 haya iniciado su trayectoria global en Asia y Europa nos ha dado tiempo para observar lo que ocurrió en otras latitudes y ha permitido tomar medidas preventivas. Así lo han hecho las autoridades y también quienes formamos parte de las distintas empresas e industrias que desarrollamos un rol clave en la actividad productiva y generadora de ingresos para el país.
Es lo que hemos hecho en el rubro de la gastronomía, en el cual todos los actores no solo hemos avalado a la autoridad sanitaria apoyando todas las medidas implementadas por la institucionalidad, sino que además, en coherencia con nuestro permanente compromiso por colaborar con el bienestar de la ciudadanía, respetamos las restricciones de operación y desplazamiento para frenar la curva de contagio. De igual forma, hemos generado estrictos protocolos de higiene, sanitización y seguridad para operar de manera parcial, como ocurre en la actualidad, a la espera del momento en el cual se tome la decisión de iniciar el desconfinamiento paulatino.
En ese sentido, valoramos y apoyamos las iniciativas que ha anunciado la autoridad, como el Plan “Paso a Paso “que permitirá el retorno gradual a las actividades económicas, sociales y productivas.
Estamos de acuerdo en muchos puntos; el más importante: la salud de la población es un bien intransable y es la prioridad. En segundo lugar; Chile necesita reactivar su economía lo más rápidamente posible, volver a generar empleos y retomar la senda del desarrollo, especialmente por y para aquellos grupos que han sido más golpeados por la crisis. Y para eso estamos preparados.
Claramente queremos retomar nuestra actividad para cumplir con las obligaciones financieras y de caja, pero lo que más urge es reanudar la generación de puestos de trabajo y volver a ser polos de desarrollo para las comunidades en las cuales operamos, pues consideramos que la cesantía ha agravado el impacto de esta pandemia.
Nuestro llamado es a seguir mirando cómo en otras naciones ya comienzan de manera paulatina a extremar las medidas y el cuidado, retomando las actividades para aportar a la recuperación emocional y económica de la sociedad. Nunca volverá a ser lo mismo. De eso estamos seguros. Por nuestro lado, nos comprometemos a que la vuelta será algo mucho mejor. Demasiado hemos aprendido de todo esto que nos ha tocado vivir.[:]