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El pasado 5 de junio se conmemoró un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente, donde la industria del reciclaje tiene mucho que contribuir. En ese contexto, suele hablarse de “las tres R” de los residuos “reduce”, “reutiliza” y “recicla” que, en palabras simples, significa que debemos evitar generar residuos innecesariamente, preferir envases reutilizables y ocuparnos de reciclar aquellos residuos que no utilizamos. No obstante, vale la pena ahondar en cómo “las tres S” del reciclaje “simple”, “sustentable” y “sostenible”, también suman al cuidado del planeta como un complemento a “las tres R”.
Así lo plantea Isidro Pereda, gerente General de Recupac, en base a los cerca de 30 años de dicha compañía reciclando en nuestro país. “Nos hemos dado cuenta de que en este mundo de los residuos existen también las tres S y si logramos hacer el reciclaje simple, sustentable y sostenible, vamos a lograr lo que todos al final anhelamos: dejar un mejor mundo a nuestros hijos y las generaciones venideras, en donde no exista basura que se entierre sino que sólo materiales y residuos que sean pertenecientes a economías circulares”, argumenta.
Así, el ejecutivo detalla en qué consisten “las tres S” del reciclaje y cómo desarrollarlas efectivamente:
1.- Simple: Significa encontrar métodos de recolección, desde el usuario, que faciliten su tarea de contribuir al reciclaje. Si queremos avanzar en reciclar más no podemos pedirle a los usuarios -que antes botaban en una sola bolsa- que ahora separen en más de 15 residuos distintos, ya que, simplemente, no lo van a hacer.
La solución, según la experiencia en países con altas tasas de reciclaje, va por pedir una separación macro al usuario (entre uno a cinco grandes tipos de residuos) y luego utilizar tecnología eficiente y a gran escala para su separación más fina; por ejemplo, en los diversos tipos de plástico. El gran mensaje para las personas es que los residuos reciclables deben ir limpios, sin líquidos, sin restos de comida y sin aire en su interior. Y para los productores, es que sus envases consideren un ecodiseño que ayude al proceso posterior de reciclaje.
2.- Sustentable: Las actividades de reciclaje deben tener una trazabilidad impecable; el generador (usuario, empresa, municipio, etc.) debe saber cuál es la cadena que siguió el residuo y las cantidades recicladas. Si en Chile no hay capacidad, se debe traer la tecnología al país o buscar un destino en el exterior, que por sus avances o tamaño tenga las instalaciones ad-hoc para su reciclaje, pues lo peor que podemos hacer es simplemente decir que un residuo no es reciclable porque en Chile no lo compran las empresas que los valorizan.
3.- Sostenible: En Chile botar basura en un relleno sanitario cuesta entre $15 a $25 por kilo -dependiendo de las cantidades-, ya que entre más residuos se boten, menor es la tarifa. En el caso de las empresas, el costo es muy visible y por ende, su preocupación por bajar su generación o aumentar su reciclaje es parte de sus costos operacionales. En cambio, para las personas en sus domicilios -ya sea porque están exentas de su pago en el caso de viviendas en barrios más vulnerables o vienen estos costos dentro del pago de contribuciones- son prácticamente invisibles. La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) transfiere a las empresas que comercializan productos prioritarios la responsabilidad de ocuparse de su recolección para su posterior reciclaje y por tanto, de asumir estos costos. Pero si la solución de recolección no está bien diseñada, los costos pueden llegar a $200 e incluso, a los $1.000 por kilo, lo que comparado con los $15 a $ 25 por kilo que cuesta botar a la basura, más que una solución es un problema que luego será transferido vía precio al consumidor.
Los diseños para soluciones de recolección deben ser costo eficiente, los puntos verdes, puntos limpios y recolección casa a casa, deben ser conceptuados más desde la ingeniería que desde marketing.[:]