En conversatorio de AmCham Chile, Pepe Auth anticipa segunda vuelta entre Kast y Jara

AmCham al Día, Círculo de Asuntos Corporativos
22 Julio 2025
Autor: AmCham Chile
El analista político proyectó un escenario electoral marcado por la búsqueda de orden, el peso del voto obligatorio y el auge de candidatos capaces de conectar con las prioridades cotidianas del electorado.

Lo que en 2021 fue entusiasmo por el cambio, en 2025 se ha convertido en demanda por orden. Esa es la tesis que el sociólogo Pepe Auth desarrolló ante los socios de AmCham Chile, al exponer las claves de una elección que, según anticipa, estará marcada por la contención, más que por la transformación. En el conversatorio “Carrera Electoral en Chile: Contexto y Pronósticos”, el analista propuso una mirada estructural para entender cómo se han transformado las motivaciones del electorado y qué podemos esperar del proceso presidencial en marcha.


En palabras de Auth, lo que hoy mueve a la ciudadanía no es la esperanza de transformación radical, como en 2021, sino la búsqueda de certidumbre. “Si en 2021 dominaba la disposición al cambio, en 2025 predomina la necesidad de orden”, señaló en una de las frases que mejor resume el giro del clima social. A su juicio, el vértigo institucional generado tras el estallido social y los fracasos sucesivos del proceso constitucional activaron una reacción conservadora en una mayoría que había observado desde la galería. El entusiasmo juvenil por derribar estructuras fue reemplazado por un cansancio silencioso que hoy exige estabilidad.


El análisis también puso sobre la mesa otro elemento disruptivo: el voto obligatorio. Para Auth, su implementación ha sido una “revolución copernicana” que ha obligado a los partidos a abandonar sus trincheras y dirigirse a un electorado nuevo, desconfiado y mayoritariamente desideologizado. Ya no basta con movilizar a los convencidos. El desafío, explicó, es convencer a quienes antes no votaban de que el proyecto político que se les ofrece responde a sus dolores cotidianos: la seguridad, el trabajo, la salud. “El desafío ya no es convencer a los tuyos de ir a votar, sino convencer a quienes sí van a votar de que tus preocupaciones son las suyas, y que además tienes credibilidad para proponer soluciones razonables a sus problemas”.


En ese nuevo mapa, las coordenadas tradicionales parecen desdibujarse. Aunque el debate público habla insistentemente de polarización, Auth sostuvo que las diferencias programáticas entre los candidatos actuales son mucho menores que en 2021. No hay propuestas refundacionales ni discursos antisistema. Nadie habla de eliminar las AFP, ni de terminar con las isapres, ni de reescribir una nueva Constitución. El consenso tácito es que el camino es más bien pragmático. “Todos hablan de la polarización, pero la distancia real entre las candidaturas —eso es la polarización— es mucho menor”, afirmó.


En su repaso de los liderazgos presidenciales, Auth sostuvo que José Antonio Kast, lejos de ser el candidato de los extremos, ha quedado reposicionado como la figura central de la derecha. “Hoy se puede afirmar, sin exagerar, que Kast es el centro de la derecha”, dijo, argumentando que la emergencia de figuras más radicales como Johannes Kaiser ha desplazado el eje y moderado la percepción pública sobre Kast, aunque él no haya cambiado de lugar. Por contraste, Evelyn Matthei, quien lideró por meses las encuestas, aparece hoy debilitada. Su negativa a convocar primarias y la indefinición de su mensaje le han hecho perder terreno, explicó el analista.


Sobre Jeannette Jara, Auth apuntó a una paradoja: la candidata comunista ha triunfado, pero a costa de diluir los símbolos tradicionales de su partido. “Cuando se dice que el Partido Comunista le ganó al Frente Amplio y a la socialdemocracia, uno podría responder: sí, pero para ganar, la candidata tuvo que ‘descomunizarse’ todo lo posible”. Su narrativa, añadió, ha sido más cercana al mundo popular que a las élites universitarias que marcaron el tono del último ciclo progresista.


Auth pronosticó con un alto grado de certeza que la segunda vuelta enfrentará a Kast y Jara, con un electorado donde las etiquetas ideológicas pesan menos que los problemas concretos. “El eje izquierda-centro-derecha explica apenas la mitad del electorado. La otra mitad vota según dónde le aprieta el zapato”, resumió. Seguridad, economía, salud y migración son las variables que definirán el resultado, más que los relatos históricos o doctrinarios.


Al abordar el posible escenario post-electoral, Auth fue tajante: gane quien gane, no habrá un nuevo estallido. “Chile quedó vacunado contra un nuevo estallido. El trauma fue tan fuerte, generó tanto vértigo, tanto daño, que no hay condiciones para que eso se repita a gran escala”, afirmó. En su opinión, el miedo compartido al desborde ha generado una predisposición colectiva a la estabilidad, lo que da a Kast la posibilidad de gobernar sin un quiebre social mayor, si es que logra presentar su proyecto como uno centrado en el orden, la economía y la gestión, y no en valores ya resueltos por ley.


De fondo, asoma una tesis más amplia: Chile ya no vota por promesas de refundación, sino por señales de control, competencia y sentido común. La épica ha dado paso al escepticismo. Y, en ese tránsito, la política se ha vuelto más difícil de predecir, pero también más exigente en términos de credibilidad. Para Auth, los tiempos del discurso identitario han sido desplazados por el mandato del realismo. En la medida que los candidatos logren leer esas claves, tendrán opciones.

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