Columna de opinión escrita por Elton Borgonovo, Vicepresidente Motorola Solutions América Latina y el Caribe y Director de Territorio Chile.
En la actualidad, el número de emergencia 911 ha adquirido un rol fundamental en la seguridad y protección de las personas. Desde hace poco más de 50 años que se hizo la primera llamada de emergencias en Alabama, Estados Unidos, su implementación en diversos países del mundo y en países pioneros en Latinoamérica no se hizo esperar debido a las ventajas que representa tener un canal único para atender llamadas que requieren de servicios de emergencias, sea de auxilio médico, contra incendios, de protección civil, y seguridad ciudadana.
Este servicio viene experimentando una evolución significativa en la región Latinoamericana y del Caribe, teniendo como referente no solo el concepto de la línea única 911 sino el estándar y metodología definida por NENA (National Emergency Number Association) para operar centros de emergencia cada vez más preparados en cobertura, funciones y eficiencia para enfrentarse a las necesidades cambiantes de las ciudades y de países que continuamente viven situaciones complejas. Cada año, los centros de atención a emergencias reciben millones de llamadas de emergencia que requieren una respuesta inmediata.
Para hacer frente a esta creciente demanda y mejorar sustancialmente la calidad de servicio y de respuesta, es posible ahora implementar nuevas tecnologías basadas en una infraestructura tecnológica avanzada que estén respaldadas por la Inteligencia Artificial (IA). Los avances en IA permiten mejorar significativamente la capacidad de respuesta y atención en situaciones críticas.
Gracias a algoritmos sofisticados y sistemas de reconocimiento de voz, la IA tiene la capacidad de analizar rápidamente la información proporcionada por los usuarios y determinar la gravedad de la situación. Esto posibilita la correcta asignación de los recursos necesarios de manera precisa y oportuna. Además, la IA puede ofrecer instrucciones de primeros auxilios y medidas de seguridad básicas mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia, brindando una valiosa ayuda adicional a las personas afectadas.
Por su parte las tecnologías de geolocalización permiten rastrear y determinar la ubicación exacta del personal de emergencias y/o seguridad, incluso cuando este no puede proporcionar información precisa. Esta capacidad resulta especialmente importante en situaciones donde cada segunda cuenta, como en casos de secuestros, accidentes automovilísticos o eventos catastróficos. Gracias a esta tecnología, los servicios de emergencia pueden ser desplegados rápidamente y llegar al lugar correcto sin demora, aumentando así las posibilidades de salvar vidas.
Según últimos hallazgos, la mayoría de las llamadas de emergencia en Latinoamérica se realizan desde dispositivos móviles y los incidentes son realmente variados, desde emergencias de seguridad vial, situaciones médicas o de muerte, asistencia a la comunidad, aspectos de protección civil, servicios públicos, y por supuesto, uno de los grandes desafíos que tiene el sector público: el gran número de llamadas falsas al número de emergencias 911. Esto no solo representa menos tiempo para atender personas con una real emergencia, sino también de recursos desperdiciados que llegan a representar varios millones debido a la gran cantidad de “casos” registrados. Sin contar que esto, además, aumenta el estrés en las personas operadoras y despachadoras en los Centros de atención de Emergencias derivado de las bromas y ofensas en su contra.
Estos datos reafirman la importancia del servicio 911 y por qué es imperativo dotarlos de nuevas tecnologías que permitan facilitar el trabajo y asegurar la respuesta eficaz y eficiente a volúmenes tan grandes de solicitudes de estos servicios de emergencia.
El crimen no conoce fronteras, y se va sofisticando cada minuto, por eso es necesario velar por que nuestras ciudades de América Latina sigan su proceso de modernización y cuenten con centros de comando de próxima generación.
Esta plataforma debe permitir la integración con los sistemas de comunicación de las agencias de seguridad y emergencias sea efectiva, utilizar inteligencia de georreferenciación para poder saber en tiempo real donde están los recursos y asignarlos para una respuesta más rápida al llamado del ciudadano, y contar con la capacidad suficiente capacidad de responder a un alto volumen de llamadas en ciudades como las latinoamericanas en donde contamos con alta densidad de población.
Y finalmente, y no menos importante, que esté diseñada para evolucionar y permitir la integración con Inteligencia Artificial y las más modernas tecnologías, para seguir trayendo esa inteligencia en seguridad traducida en menor tiempo de respuesta y más vidas a salvo.
Para conocer más la propuesta de número único en Chile visite la página exclusiva: El ABC del futuro de Chile es el 911.