Para muchos chilenos fue uno de los momentos destacados de 2009: Jorge Valdivia atraviesa a la defensa colombiana con un pase perfecto por apenas centímetros a Fabián Orellana, quien desliza la pelota, supera al portero y anota para sellar la victoria 4-2 en Medellín que envía a Chile a la Copa del Mundo en Sudáfrica.
Miles de fanáticos se agolparon en la Plaza Italia, en el centro de Santiago, en esa noche memorable de octubre pasado para celebrar el retorno de Chile al mayor torneo de fútbol del mundo tras 12 años de ausencia.
Pero no eran sólo los fanáticos quienes estaban celebrando. Los auspiciadores, los canales de televisión, la asociación chilena de fútbol y los comerciantes, todos estaban disfrutando del éxito de La Roja, porque hoy en día el fútbol es un gran negocio y no hay nada que genere tanto dinero como la Copa del Mundo.
FIFA, el ente regulador del fútbol a nivel mundial, traspasará US$ 416 millones en premios a los 32 equipos del torneo de este año. Como un indicio de cuán rápido está creciendo el fútbol en términos económicos, esa cifra corresponde a más del doble de la cantidad entregada en Francia 98, la última vez en que Chile clasificó al mundial, y a un aumento del 60% respecto de los premios entregados para la Copa del Mundo celebrada en Alemania hace cuatro años. La crisis financiera mundial puede haber afectado fuertemente a algunas industrias, pero el fútbol no es una de ellas.
De ese total, Chile obtendrá cerca de US$8 millones por clasificar, parte de lo cual se destinará al pago de hoteles, transporte e instalaciones de entrenamiento durante la etapa grupal del torneo de un mes de duración, el que se inicia el 11 de junio en Johannesburgo. Si el equipo avanza a la segunda ronda y a etapas posteriores, el premio en dinero aumentará y si el entrenador Marcelo Bielsa logra un milagro y guía a Chile a la victoria en la final, el equipo volverá a casa con otros US$ 30 millones y habiendo logrado un lugar en los libros de historia.
La Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, la ANFP, ya llegó a un acuerdo para entregar a los jugadores una parte de los premios en dinero, que según se dice rondaría el 15%. El porcentaje restante irá a las arcas de la asociación para pagar deudas y para financiar el crecimiento del deporte en Chile.
Pero los premios en dinero son apenas una pequeña parte de la historia. Alrededor del mundo, millones de personas verán los partidos por televisión. La FIFA estima que 715 millones de personas vieron a Italia ganarle a Francia en la final del 2006 -más de un 10% de la población mundial- y que cerca de 2.200 millones de personas vieron el mundial en alguna etapa. Los derechos de televisión son, por lo tanto, un negocio enorme.
Todos los partidos de Chile serán transmitidos en vivo por el canal estatal de televisión TVN, comenzando por el partido inicial de la selección chilena contra Honduras el 16 de junio en la localidad de Nelspruit. La Roja luego se enfrentará a Suiza en Port Elizabeth el 21 de junio y contra España, en Pretoria, el 25 del mismo mes.
Sin embargo, mientras TVN garantizará que los chilenos vean a su selección, los verdaderos adictos al fútbol po
drían considerar suscribirse a DirecTV por la duración del torneo. El servicio satelital tiene los derechos exclusivos en Chile para transmitir los 64 partidos de la Copa del Mundo en alta definición. En este momento, el canal tiene 150.000 suscriptores y espera incorporar a otros 70.000 este año, meramente como resultado de su cobertura de la Copa del Mundo.
El hecho de que Chile esté entre los 32 equipos competidores en Sudáfrica es un enorme bono para la ANFP a medida que la entidad intenta dar un impulso al fútbol en Chile. “No hay ninguna duda de que la clasificación de Chile a la Copa del Mundo nos coloca en una posición diferente cuando se trata de negociar con empresas, tanto ahora como en el futuro”, dijo a bUSiness Chile el presidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls.
Ventaja de los Equipos Locales
Una vez que termine el torneo en Sudáfrica, los fanáticos del fútbol en Chile volcarán su atención al campeonato nacional. Puede que este carezca del glamour y los renombrados jugadores de la Copa del Mundo, pero es seguido a lo menos con la misma pasión, como testificará cualquier persona que haya asistido a un partido de fútbol en Chile.
No obstante, el campeonato chileno enfrenta una serie de desafíos. La asistencia promedio es baja y muchos de los estadios del país están en mal estado. La ANFP ha visto cuán exitoso y lucrativo puede ser el fútbol en Inglaterra, España e Italia, y quisiera seguir esos ejemplos. No obstante, por ahora, el campeonato está muy lejos de maximizar su potencial financiero.
Uno de los problemas es que el fútbol chileno es dominado por tres equipos: Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica. En una encuesta realizada el año pasado por Adimark, un 44,7% de los consultados dijo que era hincha de Colo Colo, mientras que el 24,2% juró lealtad a la Universidad de Chile y el 7,1%, a la Universidad Católica. Ningún otro club obtuvo más del 3% del total de encuestados. En términos de ingresos y potencial de merchandising, estos tres clubes achican a los demás equipos, muchos de los cuales luchan por mantenerse a flote.
Cristián Aubert, gerente general de Azul Azul, dueño del equipo de la Universidad de Chile, sostiene que el modelo de negocios del club está dividido en cinco segmentos: venta de entradas, marketing, merchandising, medios de comunicación y transferencia de jugadores.
El más lucrativo de estos segmentos es el de venta de entradas, que corresponde a cerca del 50% de los ingresos. Merchandising y marketing en conjunto aportan otro 30% y los medios de comunicación, un 20%. El club no presupuesta ningún ingreso a partir de la venta de jugadores, porque es demasiado impredecible, según Aubert.
Los ingresos por marketing incluyen el dinero del principal auspiciador del club, la gigante mexicana de las telecomunicaciones Telmex, cuyo nombre aparece en las camisetas del equipo. Otras fuentes de ingresos son las camisetas y accesorios. Universidad de Chile tiene un acuerdo con el proveedor de su indumentaria, Adidas, lo que significa que cada tienda en Chile tiene una sección dedicada a los artículos del equipo.
El segmento de medios de comunicación incluye la venta de los derechos de televisión, la que Aubert estima en cerca del 10% del ingreso total de la Universidad de Chile.
Derechos de Transmisión
Desde el 2003, los derechos exclusivos para transmitir los partidos de fútbol de Chile han estado en poder del Canal del Fútbol (CDF), canal que transmite en la televisión por cable. En virtud de los términos del acuerdo con la ANFP, el CdF se queda con un 20% del dinero que recauda con la operación. El 80% restante va a parar a la asociación para su distribución entre los clubes.
Cuando comenzó la transmisión hace seis años, el CDF tenía apenas 60.000 suscriptores para su servicio premium, el que permite que los telespectadores vean cinco partidos cada fin de semana. Su contribución anual a la ANFP era de US$ 3,6 millones. Hoy en día, cuenta con cerca de 500.000 suscriptores y la cantidad de ellos sigue creciendo. Cada año, el canal inyecta más dinero a la ANFP, que a su vez lo reparte entre los clubes. El próximo año, el CDF espera lograr cerca de US$ 35 millones y ha proyectado que dicho monto se triplique en los próximos cinco años.
Pero la forma en que el dinero del CDF se distribuye es polémica. Gran parte de él se divide equitativamente entre los 32 clubes miembros de la ANFP, para disgusto de los tres grandes clubes, que quieren una tajada más grande de la torta.
“Sentimos que estamos recibiendo menos de lo que realmente merecemos”, sostiene Aubert, quien destaca que los tres clubes grandes reciben sólo el 30% del ingreso del CDF aun cuando sus fanáticos corresponden a cerca del 80% de los suscriptores del canal.
El tema posiblemente se vuelva más tenso a fines de 2010, cuando el contrato de la ANFP con el CDF debe renovarse. “Los denominados clubes grandes tienen todo el derecho de exigir más, pero es un tema que es necesario que los presidentes de todos los clubes resuelvan, de una manera clara y transparente”, afirma el presidente de la ANFP Mayne-Nicholls.
Por su parte, el CDF señala que está comprometido con mejorar constantemente el servicio que ofrece a los suscriptores, pero también destaca que cubrir fútbol -en particular en un país con la geografía de Chile- es un duro desafío logístico y no es barato.
Para cubrir un partido se necesitan varias cámaras de televisión dispuestas en el estadio y un gran personal de filmación. Cada vez que el CDF deja Santiago para grabar, se lleva consigo un equipo enorme.
“Piense en lo que involucra llegar hasta Calama para cubrir un partido de local de Cobreloa”, señala Jorge Claro, presidente del CDF. “Son más de 2.000 km de ida y vuelta, con una gran dotación de personal y un montón de equipo. Es costoso”.
Aprendiendo de Europa
El rápido crecimiento del CDF y la creciente base de suscriptores muestran cuánto apetito hay por el fútbol en Chile, pero -aún así- si se le comprara con las grandes ligas europeas, el campeonato local es extremadamente pobre.
Según la ANFP, un 0,14% del PIB de Inglaterra se gasta en fútbol y en España un 0,12%. En Chile, la cifra es de apenas un 0,02%. Una persona promedio en Inglaterra gasta US$60 al año en el fútbol profesional, ya sea en tickets o en merchandising. En Chile, la cifra es de sólo US$ 2 al año.
El CDF paga millones de dólares cada año por los derechos de transmisión de los partidos de la liga chilena, pero aún está cerca de 160 veces por debajo de lo que Sky TV de Rupert Murdoch paga por los derechos para transmitir la English Premier League. En Azul Azul, Telmex es uno de los mayores auspiciadores pagados de Chile. Pero la cantidad que paga aún son migajas si se le compara con la cantidad que, digamos, Samsung paga por auspiciar al Chelsea o que paga Pirelli por auspiciar al Inter de Milán.
Un informe realizado por la firma de asesorías Deloitte, el que fue presentado a la ANFP hace un año, concluyó que los clubes de primera división de Chile ganaron US$ 40 millones en conjunto entre auspicios y publicidad en el 2007. Pero ese es un número modesto comparado incluso con los países más pequeños de Europa. Los clubes suecos equivalentes ganaron US$ 119 millones en el mismo año; los clubes austriacos, US$ 207 millones; y los portugueses, US$ 327 millones.
Deloitte instó al fútbol chileno a seguir el ejemplo europeo con el fin de prosperar en términos financieros. Esto significa que los clubes del país necesitan atraer más auspiciadores y vender más artículos de merchandising. A medida que lo hacen, sus modelos de negocios cambiarán como lo han hecho en Europa. En Inglaterra, España e Italia, hace mucho que pasaron los días en que los clubes obtenían la mayor parte de su dinero de la venta de entradas. Hoy en día, los principales clubes italianos, por ejemplo, obtienen sólo el 13% de su dinero del corte de entradas. El resto proviene de la venta de derechos de transmisión, auspicios y merchandising.
Invirtiendo en el Mercado Bursátil
Una forma en la que los clubes chilenos pueden reunir dinero es a través de la bolsa de valores. Recién el mes pasado, Universidad Católica se convirtió en el tercer club en cotizar acciones en la bolsa, tras Colo Colo (Blanco y Negro) en el 2005 y Universidad de Chile (Azul Azul) en el 2008.
La oferta pública inicial de La Católica de 40 millones de acciones, o el 80% del club, recaudó US$ 24,6 millones. La demanda fue siete veces superior a la oferta y atrajo el interés de inversionistas tanto del extranjero como dentro de Chile. En conjunto, la capitalización de mercado de los tres grandes clubes de fútbol en la Bolsa de Valores de Santiago en Chile ahora bordea los US$ 100 millones.
“Creo que existe el potencial para que otros clubes de fútbol en Chile sigan a los tres grandes en la bolsa de valores”, señaló Guillermo Tagle quien, como director ejecutivo de la firma local de corretaje IM Trust, fue uno de los arquitectos de la oferta pública inicial de La Católica.
Deloitte señala que a medida que se vuelven más ricos, los clubes necesitan de manera urgente hacer que sus estadios sean más seguros y más placenteros. Hoy en día, muchos chilenos evitan las canchas de fútbol que son consideradas como intimidantes y potencialmente peligrosas. Pero si los clubes invirtieran más en los estadios, podrían cobrar más por las entradas y recuperar pronto la inversión. Eso es lo que ocurrió en Inglaterra, que desde hace mucho tiempo se sacó de encima la reputación de los hooligans en su fútbol. Hoy por hoy, una entrada para ver un partido de la English Premier League promedia los US$ 80 y aún así las entradas a los partidos se agotan debido a la calidad del espectáculo. En Chile, la ubicación promedio para un partido de primera división cuesta sólo US$ 6 y aún así mucha gente no quiere ir al estadio.
A medida que la liga chilena de fútbol se prepara para comenzar de nuevo después del receso de verano y a medida que La Roja vuelca su atención a la Copa del Mundo, está claro que Chile tiene trabajo pendiente si realmente quiere un campeonato de fútbol de primera clase.
No obstante, hay muchos ejemplos a seguir. Todas las ligas europeas importantes de fútbol han experimentado una transformación en la última década, más o menos, y no hay nada que sugiera que el campeonato local no pueda hacer lo mismo.
Mientras tanto, la mayoría de los fanáticos del fútbol en Chile estará esperando el éxito de su equipo en la cancha más que preocupándose del bienestar económico de largo plazo del deporte. La Copa del Mundo está a sólo unos meses de distancia y qué mejor manera de celebrar el Bicentenario del país que con una victoria.
Gideon Long es periodista freelance en Santiago y además trabaja para la BBC.
For many Chileans it was one of the highlights of 2009: Jorge Valdivia splitting the Colombian defense with an inch-perfect pass to Fabián Orellana, who slid the ball past the goalkeeper into the net to seal a 4-2 victory in Medellin that sent Chile through to the World Cup finals in South Africa.
Thousands of fans spilled out into downtown Santiago’s Plaza Italia on that memorable night last October to celebrate Chile’s return to the world’s greatest football tournament after an absence of 12 years.
But it wasn’t just the fans who were celebrating. The sponsors, the television channels, the Chilean football association and the merchandisers all reveled in the success of La Roja because these days, football is big business, and there’s nothing that generates money quite like a World Cup.
FIFA, the governing body of world football, will hand out US$416 million in prize money to the 32 teams at this year’s tournament. As an indication of just how quickly football is growing economically, that is more than double the amount from France 1998, the last time Chile made it to the finals, and 60% more than at the last World Cup in Germany four years ago. The global financial crisis might have hit some industries hard, but football isn’t one of them.
Of that total, Chile will get around US$8 million for qualifying, part of which will pay for hotels, transport and training facilities during the group stage of the month-long tournament, which kicks off in Johannesburg on June 11. If the team progresses to the second round and beyond, the prize money will increase, and if coach Marcelo Bielsa pulls off a miracle and guides Chile to victory in the final, the team will come home US$30 million richer having secured a place in the history books.
Chile’s National Professional Football Association, the ANFP, has already struck a deal to give a portion of the prize money, reportedly around 15%, to the players. The rest will go into the association’s coffers to pay off debts and fund growth of the sport in Chile.
But the prize money is just a small part of the story. Around the world, millions of people will watch the finals on television. FIFA estimates that 715 million souls watched Italy beat France in the 2006 final – more than 10% of the world’s population - and that some 2.2 billion people watched the competition at some stage. Television rights are therefore a huge business.
All Chile’s matches will be screened live by state broadcaster TVN, starting with the opening match against Honduras on June 16 in the town of Nelspruit. La Roja will then take on Switzerland in Port Elizabeth on June 21 and Spain in Pretoria on June 25.
But while TVN will ensure that Chileans see their team, real football addicts might consider subscribing to DirecTV for the duration of the tournament. The satellite service has exclusive rights in Chile to broadcast all 64 World Cup matches in high definition. At the moment, the channel has 150,000 subscribers. It hopes to add another 70,000 this year, purely as a result of its World Cup coverage.
The fact that Chile will be among the 32 teams competing in South Africa is a huge bonus for the ANFP as it seeks to give football in Chile a boost. “There’s no doubt that Chile’s classification for the World Cup puts us in a different position when it comes to negotiating with companies, both now and in the future,” ANFP President Harold Mayne-Nicholls told bUSiness Chile.
Home Team Advantage
Once the tournament in South Africa is over, Chile’s football fans will turn their attention back to their national championship. It might lack the glamour and big-name players of the World Cup, but it’s followed with at least as much passion, as anyone who has been to a football match in Chile will testify.
But the Chilean championship faces a number of challenges. Average attendance is low and many of the country’s stadiums are in disrepair. The ANFP has seen how successful and lucrative football can be in England, Spain and Italy and would like to follow those examples. But for now, the championship is a long way from maximizing its financial potential.
One of the problems is that Chilean football is dominated by three clubs: Colo Colo, Universidad de Chile and Universidad Católica. In a poll conducted last year by Adimark, 44.7% of respondents said they supported Colo Colo, while 24.2% swore allegiance to Universidad de Chile and 7.1% to Universidad Católica. No other club polled more than 3%. In terms of income and merchandising potential, these three clubs dwarf the other teams many of which struggle to stay afloat.
Cristián Aubert, the general manager of Universidad de Chile’s owner Azul Azul, says the club’s business model is divided into five segments: ticket sales, marketing, merchandising, media and player transfers.
The most lucrative of these is ticket sales, accounting for around 50% of income. Merchandising and marketing bring in another 30% and media 20%. The club doesn’t budget any income from the sale of players because it’s too unpredictable, said Aubert.
Marketing income includes money from the club’s main sponsor, Mexican telecom giant Telmex, which has its name emblazoned on the team’s shirts. Another source of income is shirts and accessories. Universidad de Chile has a deal with its kit supplier, Adidas, which means that every store in Chile has a section dedicated to the team’s merchandise.
The media segment includes the sale of television broadcast rights, which Aubert estimates accounts for around 10% of Universidad de Chile’s total income.
Broadcast Rights
Since 2003, the exclusive rights to broadcast Chilean football matches have been held by the cable channel Canal del Fútbol (CDF). Under the terms of their deal with the ANFP, CDF keeps 20% of the money it makes from the business. The remaining 80% goes to the association for distribution between the clubs.
When it started broadcasting six years ago, CDF had just 60,000 subscribers for its premium service, which allows viewers to watch five matches each weekend. Its annual contribution to the ANFP was US$3.6 million. These days, it has around 500,000 subscribers, and the number is growing. Each year, the channel ploughs more money into the ANFP, which dishes it out between the clubs. Next year, CDF expects to make around US$35 million, and has projected a three-fold increase in that amount over the next five years.
But the way in which the money from CDF is distributed is contentious. Much of it is divided equally between the 32 member clubs of the ANFP, to the annoyance of the big three clubs, which want a bigger slice of the cake.
“We feel that we’re getting less than we really deserve,” said Aubert, who points out that the big three clubs get only 30% of the income from CDF even though their fans make up around 80% of the channel’s subscribers.
The issue is likely to become even more fraught in late 2010, when the ANFP’s contract with CDF is due for renewal. “The so-called big clubs have every right to demand more, but it’s an issue that needs to be resolved by the presidents of all the clubs, in a clear and transparent way,” ANFP President Mayne-Nicholls said.
For its part, CDF says it is committed to constantly improving the service it offers subscribers, but it also points out that covering football – particularly in a country with Chile’s geography – is a tough logistical challenge, and is not cheap.
To cover a match you need several television cameras placed around the stadium and a large film crew. Every time CdF leaves Santiago to film, it takes a huge roadshow with it.
“Think what it involves to go all the way up to Calama to cover a match involving the local side Cobreloa,” says Jorge Claro, president of CDF. “It’s over 2,000 km there and back, with a large crew and a lot of equipment. It’s costly.”
Learning from Europe
CDF’s rapid growth and increasing subscriber base shows just how much appetite there is for football in Chile but, even so, when compared to the big European leagues, the local championship is dirt poor.
According to the ANFP, 0.14% of GDP in England is spent on football and in Spain 0.12%. In Chile, the figure is just 0.02%. The average person in England spends US$60 a year on professional football, either on tickets or merchandising. In Chile, the figure is just US$2 a year.
CDF pays millions of dollars each year for the rights to broadcast Chilean league games, but it is still around 160 times less than Rupert Murdoch’s Sky TV pays for the rights to broadcast the English Premier League. At Azul Azul, Telmex is one of the biggest paying sponsors in Chile. But the amount it pays is still peanuts compared to the amount that, say, Samsung pays to sponsor Chelsea or Pirelli to sponsor Inter Milan.
A report by business advisors Deloitte, submitted to the ANFP a year ago, found that Chile’s first division clubs made US$40 million between them from sponsorship and advertising in 2007. But that is modest compared to even the smallest European countries. The equivalent Swedish clubs made US$119 million in the same year, the Austrian clubs US$207 million and the Portuguese US$327 million.
Deloitte urged Chilean football to follow the European example in order to prosper financially. This means the country’s clubs need to attract more sponsorship and sell more merchandise. As they do, their business models will change as has happened in Europe. In England, Spain and Italy, the days are long gone when clubs made most of their money from ticket sales. Nowadays, the top Italian clubs, for example, make only 13% of their money from gate receipts. The rest comes from the sale of broadcast rights, sponsorship and merchandising.
Playing the Market
One way Chilean clubs can raise money is via the stock exchange. Just last month, Universidad Católica became the third club to list on the bourse, following Colo Colo (Blanco y Negro) in 2005 and Universidad de Chile (Azul Azul) in 2008.
Católica’s Initial Public Offering of 40 million shares, or 80% of the club, raised US$24.6 million. It was seven times oversubscribed and attracted interest from abroad as well as within Chile. In all, the market capitalization of the three big football clubs on the Chilean stock exchange is now around US$100 million.
“I think there is the potential for other football clubs in Chile to follow the big three on to the bourse,” said Guillermo Tagle who, as executive director of local brokerage firm IM Trust, was one of the architects of Católica’s IPO.
As they get richer, Deloitte says clubs urgently need to make their stadiums safer and more pleasant. At the moment, many Chileans avoid football grounds which are regarded as intimidating and potentially dangerous. But if the clubs invested more in their stadiums, they would be able to charge higher ticket prices and soon recoup their investment.
This is what happened in England, which has long since shaken off its reputation for football hooliganism. These days, a ticket to see an English Premier League match averages around US$80, and yet matches are sold out because of the quality of the spectacle. In Chile, the average seat at a first division match is only US$6, and many people still don’t want to go.
As the Chilean football league prepares to kick off again after the summer break, and as La Roja turn their attention to the World Cup, it is clear Chile has some work to do if it wants a truly first class football championship.
But there are plenty of examples to follow. All the major European football leagues have undergone a transformation over the past decade or so, and there’s nothing to suggest the local championship can’t do the same.
In the meantime, most Chilean football fans will be hoping for their team’s success on the pitch rather than worrying about the long-term economic wellbeing of the sport. The World Cup is only a few months away, and what better way to celebrate the country’s Bicentenary than with a victory.
Gideon Long is a freelance journalist based in Santiago. He also works for the BBC