EE.UU-Chile. Es el Momento de Cerrar los Temas Pendientes

21 Diciembre 2009

Al finalizar este año, Ricardo García, Presidente de AmCham realizó un balance de la relación comercial con EE.UU. y sobre los temas pendientes que se deben encarar ahora: tratado para evitar doble tributación y protección a la propiedad intelectual.


Hace poco más de un año, los EE.UU. elegían a un nuevo Presidente, generando grandes expectativas de cambio e inspirando a millones de personas en todo el mundo. Se abría una puerta para restablecer el prestigio e influencia política del Gobernante norteamericano, algo decaída en ese momento. En Chile, la elección del Presidente Obama generaba positivas expectativas que se han materializado en varios encuentros personales entre los presidentes, y en una aun más sólida colaboración.


Este año ha sido, en consecuencia, uno para consolidar importantes avances en el campo de la colaboración mutua en todos los sectores.  El Departamento de Estado de EE.UU. describe la relación con Chile como “better now than at any other time in history”. Las condiciones se han sentado, entonces, para seguir avanzando en una mayor integración con nuestro principal socio comercial.


El TLC Chile-EE.UU. es reconocido internacionalmente como uno de los más efectivos firmados, y ha impulsado un crecimiento del comercio bilateral que supera el 250% desde que entró en vigencia hace seis años. Las inversiones bilaterales, sin embargo, no han crecido tanto como el comercio. Una iniciativa pendiente que creemos es efectiva para generar mayor inversión bilateral es el acuerdo que evite la doble tributación. Las señales en cuanto a que ésta negociación se reinicia ahora, nos permite finalizar el año con una fuerte dosis de optimismo al respecto.  Este acuerdo estuvo muy cerca de ser alcanzado en 2001, pero las discusiones se congelaron después del 11/9 debido a que EE.UU. aumentó sus exigencias en los procedimientos para acceder a información bancaria como medio de detectar lavado de dinero y financiamiento de actividades terroristas.


Con el propósito de ingresar a la OECD, Chile acaba de legislar al respecto, levantando el llamado “secreto bancario” y abriendo  la posibilidad de reanudar las negociaciones.


El acuerdo sobre doble tributación será de especial importancia para las inversiones chilenas en EE.UU., las que hoy representan sólo el 7% del total invertido en el exterior, y que se ven en fuerte desventaja por el sistema tributario norteamericano, donde por ejemplo, las utilidades son gravadas con una tasa efectiva que supera el 50%.


En otro orden, es de esperar que el nuevo Gobierno que se instalará próximamente en Chile, decida emprender acciones más efectivas tendientes a la protección de la propiedad intelectual. Aunque no guste recalcarlo, hoy existe una diferencia en la interpretación del TLC con EE.UU. en esta materia. Y hay que tener en cuenta que éste  es un tema importante para los EE.UU., pues la propiedad intelectual ha sido un pilar fundamental para la innovación, el emprendimiento y el progreso de ese país.


Lamentablemente no vemos que sea nuestro caso aun. Por ejemplo, el procedimiento de  entregar al Poder Judicial la facultad de cuidar / dirimir los conflictos sobre propiedad intelectual, ha significado soluciones complicadas, caras y lentas y le ha  restado, a nuestro juicio, efectividad al órgano del Ejecutivo que debe velar por los productos patentados.


No obstante lo anterior, la agenda bilateral económica contiene actualmente temas que reflejan lo maduro y sofisticado de las relaciones bilaterales, entre los que están la colaboración en materias de energías renovables, astronomía, vulcanología, educación superior y administración de parques.


Un tema que merece especial atención es la importancia que la nueva administración norteamericana da a la responsabilidad social de las empresas, como bien quedó expresado en el discurso pronunciado por el Secretario de Comercio Locke en su visita a Chile en Septiembre. Un modelo de desarrollo basado en la iniciativa y emprendimiento privado, debe buscar ser sustentable en el tiempo, y la colaboración con las comunidades resulta clave.


Las proyecciones comerciales entre ambos países se ven auspiciosas. Como principal socio comercial de Chile y destino de nuestras exportaciones, especialmente en el rubro agroalimentario, EE.UU. ofrece un mercado de enorme potencialidad de crecimiento para los productos chilenos.  Por ello, una de las prioridades de AmCham el 2010 será desarrollar programas de capacitación y plataformas de negocios en EE.UU., orientados a facilitar la penetración de productos agroalimentarios de empresas medianas y pequeñas, contribuyendo de esta manera a que Chile se convierta en una potencia alimentaria.


La inclinación natural de los Gobiernos es ocupar  mucha energía a solucionar problemas y conflictos, y por ello nos preocupa que habiendo hoy una relación tan sólida y positiva con los EE.UU., no se destinen más esfuerzos para desarrollar las enormes oportunidades abiertas en ese mercado. Confiemos en que el legado de los últimos gobiernos chilenos sea aprovechado y explotado por el próximo, definiendo una estrategia público-privada orientada a fortalecer los vínculos y la integración de negocios, como tan bien ha funcionado en épocas recientes.


Ricardo García H.


Presidente de AmCham

Al finalizar este año, Ricardo García, Presidente de AmCham realizó un balance de la relación comercial con EE.UU. y sobre los temas pendientes que se deben encarar ahora: tratado para evitar doble tributación y protección a la propiedad intelectual.

Hace poco más de un año, los EE.UU. elegían a un nuevo Presidente, generando grandes expectativas de cambio e inspirando a millones de personas en todo el mundo. Se abría una puerta para restablecer el prestigio e influencia política del Gobernante norteamericano, algo decaída en ese momento. En Chile, la elección del Presidente Obama generaba positivas expectativas que se han materializado en varios encuentros personales entre los presidentes, y en una aun más sólida colaboración.

Este año ha sido, en consecuencia, uno para consolidar importantes avances en el campo de la colaboración mutua en todos los sectores.  El Departamento de Estado de EE.UU. describe la relación con Chile como “better now than at any other time in history”. Las condiciones se han sentado, entonces, para seguir avanzando en una mayor integración con nuestro principal socio comercial.

El TLC Chile-EE.UU. es reconocido internacionalmente como uno de los más efectivos firmados, y ha impulsado un crecimiento del comercio bilateral que supera el 250% desde que entró en vigencia hace seis años. Las inversiones bilaterales, sin embargo, no han crecido tanto como el comercio. Una iniciativa pendiente que creemos es efectiva para generar mayor inversión bilateral es el acuerdo que evite la doble tributación. Las señales en cuanto a que ésta negociación se reinicia ahora, nos permite finalizar el año con una fuerte dosis de optimismo al respecto.  Este acuerdo estuvo muy cerca de ser alcanzado en 2001, pero las discusiones se congelaron después del 11/9 debido a que EE.UU. aumentó sus exigencias en los procedimientos para acceder a información bancaria como medio de detectar lavado de dinero y financiamiento de actividades terroristas.

Con el propósito de ingresar a la OECD, Chile acaba de legislar al respecto, levantando el llamado “secreto bancario” y abriendo  la posibilidad de reanudar las negociaciones.

El acuerdo sobre doble tributación será de especial importancia para las inversiones chilenas en EE.UU., las que hoy representan sólo el 7% del total invertido en el exterior, y que se ven en fuerte desventaja por el sistema tributario norteamericano, donde por ejemplo, las utilidades son gravadas con una tasa efectiva que supera el 50%.

En otro orden, es de esperar que el nuevo Gobierno que se instalará próximamente en Chile, decida emprender acciones más efectivas tendientes a la protección de la propiedad intelectual. Aunque no guste recalcarlo, hoy existe una diferencia en la interpretación del TLC con EE.UU. en esta materia. Y hay que tener en cuenta que éste  es un tema importante para los EE.UU., pues la propiedad intelectual ha sido un pilar fundamental para la innovación, el emprendimiento y el progreso de ese país.

Lamentablemente no vemos que sea nuestro caso aun. Por ejemplo, el procedimiento de  entregar al Poder Judicial la facultad de cuidar / dirimir los conflictos sobre propiedad intelectual, ha significado soluciones complicadas, caras y lentas y le ha  restado, a nuestro juicio, efectividad al órgano del Ejecutivo que debe velar por los productos patentados.

No obstante lo anterior, la agenda bilateral económica contiene actualmente temas que reflejan lo maduro y sofisticado de las relaciones bilaterales, entre los que están la colaboración en materias de energías renovables, astronomía, vulcanología, educación superior y administración de parques.

Un tema que merece especial atención es la importancia que la nueva administración norteamericana da a la responsabilidad social de las empresas, como bien quedó expresado en el discurso pronunciado por el Secretario de Comercio Locke en su visita a Chile en Septiembre. Un modelo de desarrollo basado en la iniciativa y emprendimiento privado, debe buscar ser sustentable en el tiempo, y la colaboración con las comunidades resulta clave.

Las proyecciones comerciales entre ambos países se ven auspiciosas. Como principal socio comercial de Chile y destino de nuestras exportaciones, especialmente en el rubro agroalimentario, EE.UU. ofrece un mercado de enorme potencialidad de crecimiento para los productos chilenos.  Por ello, una de las prioridades de AmCham el 2010 será desarrollar programas de capacitación y plataformas de negocios en EE.UU., orientados a facilitar la penetración de productos agroalimentarios de empresas medianas y pequeñas, contribuyendo de esta manera a que Chile se convierta en una potencia alimentaria.

La inclinación natural de los Gobiernos es ocupar  mucha energía a solucionar problemas y conflictos, y por ello nos preocupa que habiendo hoy una relación tan sólida y positiva con los EE.UU., no se destinen más esfuerzos para desarrollar las enormes oportunidades abiertas en ese mercado. Confiemos en que el legado de los últimos gobiernos chilenos sea aprovechado y explotado por el próximo, definiendo una estrategia público-privada orientada a fortalecer los vínculos y la integración de negocios, como tan bien ha funcionado en épocas recientes.

Ricardo García H.

Presidente de AmCham

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