Desayuno con David Gallagher

30 Mayo 2008
Ese fue el título que eligió David Gallagher para la charla que ofreció este martes a los socios y amigos de AmCham, durante el desayuno mensual de esta Cámara. Gallagher es reconocido no sólo por su alta competencia profesional,  sino como uno de los analistas más respetados del país, labor que desarrolla principalmente  como Consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP).

A través de su veta literaria, como columnista de la página editorial de El Mercurio, muestra también su capacidad  para presentar sus puntos de vista ya sea sobre arte, música, literatura, política internacional o sobre las perspectivas de Chile en el corto plazo.



De esto último trató su intervención en AmCham, la que centró en  mostrar su preocupación por la brecha existente entre el mundo político y el resto del país. A continuación, ofrecemos un resúmen de la misma.

Gallagher realizó primero un breve análisis internacional el que destaca por un freno al crecimiento en todo el mundo, tras un quinquenio que tuvo el mayor crecimiento de los últimos 30 años.
La inflación en el mundo, dijo,  es el primer síntoma de que algo anda mal y que produce un efecto en el valor de los comodities. El mundo estaba creciendo demasiado rápido a su juicio  y eso  es lo que se está revirtiendo. La desaceleración de las economías ya tocó a Estados Unidos a Europa. No cree, eso sí, que se vayan a concretar políticas proteccionistas desde el punto de vista económico. Éstas, a su juicio, tienen más bien una raíz electoral.

En cuanto al gigante Chino, expresó que presenta grandes incógnitas: "un país que invierte el 50% de su producto no puede tener inversiones eficientes en todos los casos, debe haber problemas de crédito. El tremendo gasto en infraestructura que se ha hecho para las Olimpíadas se terminará. El PC ha tenido que incorporar a 15  millones de personas al mercado laboral todos los años, lo cual no es sostenible en el tiempo. Eso significa que reprimir más para frenar el ingreso de personas al mercado laboral", fueron algunas de sus opiniones.

En Chile esta desaceleración de las economías  tendrá un efecto en los precios de los comodities. Por otra parte ,-y más importante aún- sostuvo que el modelo económico ha perdido fuerza.  El país ha mostrado en los últimos años un bajo crecimiento, a pesar de que  la economía mundial esta ba mostrando un muy buen desempeño y que el gasto fiscal ha crecido dos veces el PGB, con lo cual ha habido una demanda boyante. Agregó que  si bien hay inversión, gran parte de ésta obedece a reposición, como es el caso de la minería.


Sostuvo que hay un grave problema en la clase político que afecta por igual a todo el espectro.
En materia política Gallagher observa a un gobierno tremendamente indeciso; que demuestra tenerle temor a las presiones; que tiene buenas intenciones y que hace muy buenos anuncios, pero que después éstos quedan en nada”.


Agregó que si bien se han adoptado iniciativas importantes,  la Agenda de Probidad, por ejemplo, no ha producido ninguna ley de verdad y la de la Alta Dirección Pública camina muy lento. La reforma al Estado que planteara el ministro Pérez Yoma tuvo apenas una mención muy rápida en el discurso de la Presidenta Bachelet del 21 de mayo. Lo mismo con la Ley de Educación, un muy buen acuerdo, pero que presenta innumerables indicaciones  por parte de los Parlamentarios lo cual dificulta su tramitación y la Presidenta, por su parte,  no impone su voluntad para que se concrete el acuerdo.
La aprobación de nuevos proyectos medioambientales ha tenido resultados decepcionantes. En definitiva, se está pagando un alto costo por la ambivalencia que hay en el gobierno, personificada en las "dos almas" del gobierno, personificadas en los ministros del Trabajo y Hacienda.




El ambiente político fuera del gobierno no muestra signos más alentadores y los problemas que aquejan a la clase política se ven igual en  la oposición y la Concertación. Hay incapacidad para enfrentar desafíos difíciles. No hay mística. Hay cosas que hay que hacer y que sabemos que la clase política no hará, como es el caso de la flexibilidad laboral, la reforma de Codelco, o cambiar Estatuto Docente. Pareciera que hay un nuevo consenso entre los políticos de no “pisar callos”.  En definitiva tienden a no hacer nada difícil. No desafiarse con problemas de verdad.
El problema central es que el sistema que permite la  mayor inamovilidad es el sistema de  políticos, porque el modelo electoral que existe no es competitivo.

En este sentido propuso dos reformas al sistema electoral: aumentar el colegio electoral, con inscripción automática y hacer más competitivo el sistema binominal multiplicando por ejemplo,  la cantidad de candidatos. (El que cada lista lleve más candidatos, reemplaza de alguna manera a las primarias, cuya realización ha presentado no pocos problemas).



Un País en Otra

 Enseguida, se refirió en detalle  a la encuesta Estudio Nacional Sobre Partidos Políticos Y Sistema Electoral , dada a conocer este mayo y realizada por un conjunto de instituciones como CIEPLAN,  Libertad y Desarrollo,  PNUD,  ProyectAmérica y Centro de Estudios Públicos.
Entre las revelaciones que hace esta encuesta mencionó:
-El rechazo absolutamente mayoritario a la violencia callejera como manifestación política o incluso los rayados en paredes en tiempos de elecciones. A su juicio esto contrasta con la actitud del Gobierno frente a los actos cometidos por algunos subcontratistas de Codelco. La gran mayoría de los encuestados no ha participado en manifestaciones o huelgas jamás.

Mientras los políticos creen que hay enorme deseo de mayor igualdad a través de sistemas de protección social, la encuesta revela que las personas mayoritariamente creen que se debe premiar más el esfuerzo individual aún cuando eso produzca mayor desigualdad social.
Y los entrevistados consideran que tanto la Alianza como el resto de los partidos se sitúan más en la idea de que hay que privilegiar la igualdad.

El estudio, por otra parte, revela que la gente no acude ni al gobierno, ni a oficinas municipales o partidos políticos para solicitar ayuda. Y le dan una enorme prioridad a la seguridad, incluso por sobre la libertad (porque sin seguridad no se puede desenvolver libremente).

Otra idea que tiene la elite política del país: que los chilenos tienden a la izquierda y que la dicotomía izquierda /derecha es importante en el país. La encuesta revela que la inmensa mayoría está en el medio, lo que a su juicio equivale a decir que no se sienten representados ni por la izquierda ni por la derecha. La distancia entre ese centro y la Alianza, a su derecha, es mayor que la que hay entre su postura de centro y la Concentración, ubicada a la izquierda. Es decir, la Alianza, pese a que según Gallagher a tenido posturas más de izquierda es vista muy a la derecha del centro. A su entender se trata ahí de un problema de marketing.



La gente no se define a sí mismas como de derecha o izquierda y tampoco se identifican mayoritariamente con Concentración y Alianza. En general la encuesta responde que no le interesa la política y que hay muy poca credibilidad en las instituciones (las mejor evaluadas son las FF.AA. y Carabineros).

Chile demuestra ser a juicio de Gallagher un país de individuos que estábn dedicada a su vida privada, a sacar adelante sus propios proyectos y que no se asocia mucho.  Yo creo que el Chile que se ha creado en los últimos 20-30 años se ha convertido en un país de gente que está preocupado de lo suyo y que no están con las abstracciones de los políticos.
Pareciera que es un país que estaría hecho para algo como  la Alianza. Yo creo que hay una enorme oportunidad para algún político que realmente interprete lo que se ha convertido este país. Pero los políticos parecen no comprenderlo. Lo veremos en los próximos dos años, dijo, es ojalá  a algún político, (Sebastián Piñera es su preferido),  que interprete bien y se comunique bien con ese chileno que está preocupado de sus proyectos por sobre las abstracciones que ocupan a la elite política y lejos de esos desmanes que desvelan a la autoridad. El gran ejemplo de Margaret Thatcher, terminó explicando Gallagher, es que  salvó a Gran Bretaña  de una enorme decadencia porque ella fue capaz de interpretar y comunicarse con los ciudadano comunes y corrientes, más que con la elite política o los grupos de presión.

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Ese fue el título que eligió David Gallagher para la charla que ofreció este martes a los socios y amigos de AmCham, durante el desayuno mensual de esta Cámara. Gallagher es reconocido no sólo por su alta competencia profesional,  sino como uno de los analistas más respetados del país, labor que desarrolla principalmente  como Consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP).

A través de su veta literaria, como columnista de la página editorial de El Mercurio, muestra también su capacidad  para presentar sus puntos de vista ya sea sobre arte, música, literatura, política internacional o sobre las perspectivas de Chile en el corto plazo.



De esto último trató su intervención en AmCham, la que centró en  mostrar su preocupación por la brecha existente entre el mundo político y el resto del país. A continuación, ofrecemos un resúmen de la misma.

Gallagher realizó primero un breve análisis internacional el que destaca por un freno al crecimiento en todo el mundo, tras un quinquenio que tuvo el mayor crecimiento de los últimos 30 años.
La inflación en el mundo, dijo,  es el primer síntoma de que algo anda mal y que produce un efecto en el valor de los comodities. El mundo estaba creciendo demasiado rápido a su juicio  y eso  es lo que se está revirtiendo. La desaceleración de las economías ya tocó a Estados Unidos a Europa. No cree, eso sí, que se vayan a concretar políticas proteccionistas desde el punto de vista económico. Éstas, a su juicio, tienen más bien una raíz electoral.

En cuanto al gigante Chino, expresó que presenta grandes incógnitas: "un país que invierte el 50% de su producto no puede tener inversiones eficientes en todos los casos, debe haber problemas de crédito. El tremendo gasto en infraestructura que se ha hecho para las Olimpíadas se terminará. El PC ha tenido que incorporar a 15  millones de personas al mercado laboral todos los años, lo cual no es sostenible en el tiempo. Eso significa que reprimir más para frenar el ingreso de personas al mercado laboral", fueron algunas de sus opiniones.

En Chile esta desaceleración de las economías  tendrá un efecto en los precios de los comodities. Por otra parte ,-y más importante aún- sostuvo que el modelo económico ha perdido fuerza.  El país ha mostrado en los últimos años un bajo crecimiento, a pesar de que  la economía mundial esta ba mostrando un muy buen desempeño y que el gasto fiscal ha crecido dos veces el PGB, con lo cual ha habido una demanda boyante. Agregó que  si bien hay inversión, gran parte de ésta obedece a reposición, como es el caso de la minería.


Sostuvo que hay un grave problema en la clase político que afecta por igual a todo el espectro.
En materia política Gallagher observa a un gobierno tremendamente indeciso; que demuestra tenerle temor a las presiones; que tiene buenas intenciones y que hace muy buenos anuncios, pero que después éstos quedan en nada”.


Agregó que si bien se han adoptado iniciativas importantes,  la Agenda de Probidad, por ejemplo, no ha producido ninguna ley de verdad y la de la Alta Dirección Pública camina muy lento. La reforma al Estado que planteara el ministro Pérez Yoma tuvo apenas una mención muy rápida en el discurso de la Presidenta Bachelet del 21 de mayo. Lo mismo con la Ley de Educación, un muy buen acuerdo, pero que presenta innumerables indicaciones  por parte de los Parlamentarios lo cual dificulta su tramitación y la Presidenta, por su parte,  no impone su voluntad para que se concrete el acuerdo.
La aprobación de nuevos proyectos medioambientales ha tenido resultados decepcionantes. En definitiva, se está pagando un alto costo por la ambivalencia que hay en el gobierno, personificada en las "dos almas" del gobierno, personificadas en los ministros del Trabajo y Hacienda.




El ambiente político fuera del gobierno no muestra signos más alentadores y los problemas que aquejan a la clase política se ven igual en  la oposición y la Concertación. Hay incapacidad para enfrentar desafíos difíciles. No hay mística. Hay cosas que hay que hacer y que sabemos que la clase política no hará, como es el caso de la flexibilidad laboral, la reforma de Codelco, o cambiar Estatuto Docente. Pareciera que hay un nuevo consenso entre los políticos de no “pisar callos”.  En definitiva tienden a no hacer nada difícil. No desafiarse con problemas de verdad.
El problema central es que el sistema que permite la  mayor inamovilidad es el sistema de  políticos, porque el modelo electoral que existe no es competitivo.

En este sentido propuso dos reformas al sistema electoral: aumentar el colegio electoral, con inscripción automática y hacer más competitivo el sistema binominal multiplicando por ejemplo,  la cantidad de candidatos. (El que cada lista lleve más candidatos, reemplaza de alguna manera a las primarias, cuya realización ha presentado no pocos problemas).



Un País en Otra

 Enseguida, se refirió en detalle  a la encuesta Estudio Nacional Sobre Partidos Políticos Y Sistema Electoral , dada a conocer este mayo y realizada por un conjunto de instituciones como CIEPLAN,  Libertad y Desarrollo,  PNUD,  ProyectAmérica y Centro de Estudios Públicos.
Entre las revelaciones que hace esta encuesta mencionó:
-El rechazo absolutamente mayoritario a la violencia callejera como manifestación política o incluso los rayados en paredes en tiempos de elecciones. A su juicio esto contrasta con la actitud del Gobierno frente a los actos cometidos por algunos subcontratistas de Codelco. La gran mayoría de los encuestados no ha participado en manifestaciones o huelgas jamás.

Mientras los políticos creen que hay enorme deseo de mayor igualdad a través de sistemas de protección social, la encuesta revela que las personas mayoritariamente creen que se debe premiar más el esfuerzo individual aún cuando eso produzca mayor desigualdad social.
Y los entrevistados consideran que tanto la Alianza como el resto de los partidos se sitúan más en la idea de que hay que privilegiar la igualdad.

El estudio, por otra parte, revela que la gente no acude ni al gobierno, ni a oficinas municipales o partidos políticos para solicitar ayuda. Y le dan una enorme prioridad a la seguridad, incluso por sobre la libertad (porque sin seguridad no se puede desenvolver libremente).

Otra idea que tiene la elite política del país: que los chilenos tienden a la izquierda y que la dicotomía izquierda /derecha es importante en el país. La encuesta revela que la inmensa mayoría está en el medio, lo que a su juicio equivale a decir que no se sienten representados ni por la izquierda ni por la derecha. La distancia entre ese centro y la Alianza, a su derecha, es mayor que la que hay entre su postura de centro y la Concentración, ubicada a la izquierda. Es decir, la Alianza, pese a que según Gallagher a tenido posturas más de izquierda es vista muy a la derecha del centro. A su entender se trata ahí de un problema de marketing.



La gente no se define a sí mismas como de derecha o izquierda y tampoco se identifican mayoritariamente con Concentración y Alianza. En general la encuesta responde que no le interesa la política y que hay muy poca credibilidad en las instituciones (las mejor evaluadas son las FF.AA. y Carabineros).

Chile demuestra ser a juicio de Gallagher un país de individuos que estábn dedicada a su vida privada, a sacar adelante sus propios proyectos y que no se asocia mucho.  Yo creo que el Chile que se ha creado en los últimos 20-30 años se ha convertido en un país de gente que está preocupado de lo suyo y que no están con las abstracciones de los políticos.
Pareciera que es un país que estaría hecho para algo como  la Alianza. Yo creo que hay una enorme oportunidad para algún político que realmente interprete lo que se ha convertido este país. Pero los políticos parecen no comprenderlo. Lo veremos en los próximos dos años, dijo, es ojalá  a algún político, (Sebastián Piñera es su preferido),  que interprete bien y se comunique bien con ese chileno que está preocupado de sus proyectos por sobre las abstracciones que ocupan a la elite política y lejos de esos desmanes que desvelan a la autoridad. El gran ejemplo de Margaret Thatcher, terminó explicando Gallagher, es que  salvó a Gran Bretaña  de una enorme decadencia porque ella fue capaz de interpretar y comunicarse con los ciudadano comunes y corrientes, más que con la elite política o los grupos de presión.

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