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Chile está camino a convertirse en un país completamente multicultural y las cifras así lo demuestran. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), hasta el 31 de diciembre de 2018 había 1.200.000 personas que vinieron a nuestro país a buscar una mejor vida, y todas las proyecciones apuntan a que la cifra irá en aumento.
Esta realidad de la migración es solo uno de los puntos que nos demuestra el camino de integración que nuestro país atraviesa, integración que ya se ve reflejada en la actividad empresarial, trayendo muchos beneficios. Común en países desarrollados, el concepto de “empresa multicultural” señala un modelo a seguir para todas las empresas -sobre todo globales- porque entrega un valor adicional que no solamente se queda en los ideales, sino que se ve reflejado en resultados concretos.
Según el Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2018 de la ONU, algunos de los beneficios para el país de llegada son el aumento del PIB y de la oferta de mano de obra en diversos sectores, incluyendo puestos altamente calificados. Más importante aún, los ambientes multiculturales propician el intercambio de puntos vista y estimulan la creatividad del entorno.
En nuestro país -dejando de lado los desafíos regulatorios y el choque cultural que situaciones como estas traen naturalmente a la sociedad- erradamente el debate ha estado centrado en esas diferencias, muchas veces desde un aspecto negativo. Lo que necesitamos es todo lo contrario: es aprender a ver los beneficios de la multiculturalidad, integrarlos y enfocar los esfuerzos hacia generar equipos de trabajo más fuertes para trabajar en un mundo que es multicultural.
Como una empresa global, que acostumbramos a cubrir distancias y acercar el intercambio entre las personas, entendemos los beneficios que se obtienen de esto, tanto a nivel humano como de negocio. En nuestras oficinas locales tenemos más de 12 nacionalidades trabajando en conjunto, incluyendo países tan diferentes en cultura como India, Dinamarca, Alemania, Bolivia, Pakistán, Francia, Colombia, entre otros; esto abre variadas oportunidades para compartir y conocer más del mundo.
Por ejemplo, hemos celebrado el 12 de octubre con el “día de la cocina cultural”, actividad donde se puede degustar los platos típicos de cada país que integra nuestro equipo. El objetivo es poder disfrutar de un pedacito de la cultura del otro y llevarse a casa esa experiencia única. Si no hay eventos programados, basta con caminar por los pasillos unos minutos y escuchar una variedad de idiomas increíble. Esto responde a una de nuestras máximas como grupo: en Maersk - SeaLand no necesitas salir de Chile para conocer el mundo.
Las pruebas a favor de la multiculturalidad son muchas, y las que están en contra se quedan en su mayoría en la falta de información y el miedo a conocer más allá de la propia realidad. La multiculturalidad puede a momentos sentirse incómoda porque nos presenta la posibilidad de ver las cosas desde un ángulo distinto al propio, y por ende desafía -y enriquece- nuestra visión de las cosas, del negocio y del mundo. El llamado es, entonces, a abrir puertas y alinear objetivos más que destacar diferencias. Los beneficios de la multiculturalidad son reales, y apuestan a crecer mientras más espacios se le dé a un modelo que es garantía en países mucho más avanzados que nosotros, confirmando que las estructuras multiculturales se han convertido en un pilar del éxito empresarial, propias de la empresa del presente y futuro.
Jacqueline Rojas
Gerente General
SeaLand a Maersk Company, Costa Oeste Sudamérica
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