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Hace al menos 20 años que diversos organismos públicos comenzaron a promocionar a Ch ile en los circuitos internacionales del cine y la publicidad. Paisajes diversos, cercanía entre distintos escenarios, capital humano especializado y la seguridad propia del país son algunos de los argumentos que se han utilizado para atraer a las producciones extranjeras que en los últimos años se han multiplicado.
Por María Ignacia Medina
El 13 de octubre de 2010 fueron rescatados con vida los 33 mineros que durante 70 días estuvieron a 700 metros bajo tierra, tras el derrumbe de la mina San José, en Copiapó.
El dramatismo del accidente, la fortaleza de los hombres atrapados, la incesante búsqueda y la espectacularidad de su rescate no sólo concitaron el interés de numerosos medios de comunicación internacionales, sino que también de la industria hollywoodense: cuatro meses después de ser rescatados, los mineros suscribieron un contrato con la agencia de talentos William Morris Endeavor (WME) para que evaluara la producción de películas, obras de teatro y libros basados en la historia. WME contactó a Mike Medavoy –productor de El Cisne Negro, La Isla Siniestra y Zodiac, entre más de 300 filmes– para producir un largometraje que sería dirigido por la mexicana Patricia Riggen, con guión de José Rivera (nominado al Oscar por el filme Diarios de Motocicleta, del cineasta brasileño Walter Salles).
En Chile, Copiapó y Tierra Amarilla, carreteras y zonas desérticas fueron parte de las aproximadamente 30 locaciones que en total tuvo la película protagonizada por Antonio Banderas y Juliette Binoche. Al país se trasladó un equipo de 52 personas –entre elenco y técnicos– que se hospedó entre tres semanas y cinco meses, mientras que localmente se contrató a un equipo estable de 110 personas, más proveedores de equipos de luces, cámara, catering, transporte y extras. En total, el retorno para Chile fue de US$ 16 millones.
Ventajas comparativas
Los 33 ha sido uno de los últimos largometrajes rodados localmente, y sus cifras son sólo parte del impacto que esta industria genera en estas latitudes pues, en los últimos años, productores de cine y publicidad de varios países han visto acá el escenario perfecto para concretar sus historias, pese a nuestra lejanía.
Sólo en la Comisión Fílmica de Chile (FCCh, por sus siglas en inglés) han atendido a 250 producciones desde 2011, una cifra que estiman sólo representa el 40% del total nacional. De ese número, el 70% corresponde a productos audiovisuales internacionales, mientras que analizado por tipo de producción, la mayor parte (60%) es de comerciales, 20% de televisión y aquel mismo porcentaje para cine.
Una larga geografía que conjuga costa, cordillera, desierto, ciudad, campo, bosques y hielos milenarios, es nuestro mejor activo en este sentido. De hecho, “Chile, un mundo de locaciones” es el lema de la FCCh “a impulsar”, según Joyce Zylberberg, directora del organismo creado en 2011 por el Consejo del Arte y la Industria Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA). Sus objetivos: contribuir al desarrollo de este sector, a través de la promoción del país como destino fílmico en la escena internacional, y potenciar el impacto cultural, social y económico de la industria.
“Nuestro país tiene todas las locaciones que se pueden requerir para una producción y, además, cercanas. Eso permite que en dos horas, por ejemplo, se pueda filmar en la montaña y luego en la ciudad o en el mar, lo que es un tremendo incentivo para la eficiencia de una producción”, comenta Zylberberg.
Y añade que esta ventaja podría aprovecharse mucho más agilizando los permisos, facilitando el desarrollo de producciones, involucrando a las comunidades y mostrando el gran potencial que tiene el país en esta área de negocios.
Al respecto, el gerente general de Valle Nevado, Ricardo Margulis, añade que todos los lugares potenciales para ser locación cuentan con un aeropuerto cerca, buenas carreteras de acceso y la prestación de servicios.
A la diversidad de escenarios, Pedro Pablo Cabrera, Shoot in Chile Executive Director, suma la visión de seguridad que transmite el país y el plus de estar en “contra estación” con el hemisferio norte. Así, por ejemplo, si una productora europea necesita preparar una campaña para la próxima temporada, le conviene trasladarse y producir acá, acota Cabrera.
Chile es un país bastante confiable, nos ven como una cultura seria a la hora de hacer negocios, agrega el manager de Desarrollo de Proyectos Jump Cats VFX & Fábrica de Medios, Germán Ovando, comentando que un productor alemán le dijo una vez que “los chilenos cumplen lo que prometen”.
Ovando subraya, además, que los técnicos creativos locales tienen un buen nivel de entrenamiento y experiencia trabajando en producciones internacionales. La presidenta de Ski Portillo y Tierra Hotels, Ellen Guidera, concuerda con nuestros atributos de belleza paisajística, transparencia, nivel de trabajo y profesionalismo, junto con, probablemente, tener un “precio razonable” en comparación con otros países.
En ese marco, la ejecutiva está segura de que la economía del país se puede ver beneficiada a través de las inversiones y el desarrollo del trabajo de producción, “pero también por la oportunidad de aprendizaje, de cobertura en publicidades internacionales y de presentar lo bueno de Chile al mundo visualmente”.
Por su parte, Ariel León Isacovitch, photographer/location manager de Locations Chile, la confianza y las buenas relaciones con las productoras extranjeras son la única manera de avanzar hacia buenos resultados, logrando asociatividad “y un trabajo conjunto y cohesionado para hacernos fuertes en este mercado”.
Impulso de dos décadas
Para que Chile se posicionara en esta industria los esfuerzos tuvieron que ser grandes y progresivos. ProChile comenzó en el tema, trabajando en la internacionalización de los servicios y de las industrias creativas del país. Y hace al menos dos décadas, el apoyo al cine comenzó a ser sostenido y coordinada con el Estado y sus instituciones, como el CNCA.
Un camino que posibilitó que en 2009 se creara la marca sectorial CinemaChile, que ha logrado un reconocimiento mayor de la crítica y del público internacional, “poniendo así en alto la imagen de nuestro país”, dicen en la entidad de promoción.
La FCCh, por su parte, ya es miembro de la Red de Comisiones Fílmicas de Latinoamérica (LAFCN) y de la Association of Film Commissioners International (AFCI), y ha avanzado en la coordinación con potencias fílmicas nacionales y extranjeras para facilitar la realización de producciones audiovisuales en Chile. En esa línea, han levantado Comisiones Fílmicas en nueve regiones del país, tienen el apoyo de municipios film friendly y han suscrito convenios con diferentes entidades de gobierno.
Su creación, además, dio pie a que en 2014 naciera Shoot in Chile como marca sectorial a través de la Asociación de Productores de Servicios de Producción Audiovisual (APSP) junto al programa de Marcas Sectoriales de ProChile, que busca convertirnos en un hub mundial de producción audiovisual. Ambas se han encargado, junto con 14 productoras nacionales, de prestar servicios a producciones internacionales.
“La gestión, metodología y planificación a través de objetivos comunes ha logrado que nos encaminemos hacia una metodología de trabajo de nivel internacional”, asevera Pedro Pablo Cabrera, de Shoot in Chile.
Más recientemente, la FCCh y Corfo crearon el Programa Piloto de Apoyo a Inversiones Audiovisuales de Alto Impacto, a fin de incentivar que producciones de alto presupuesto se realicen en Chile. En sus dos primeros años de funcionamiento, entregará un incentivo a todas las producciones internacionales que superen los US$ 2 millones en gastos y que, por supuesto, se filmen en Chile, con el compromiso de que devuelvan el 30% de los gastos calificados para series de televisión y películas.
“Cerramos recientemente la convocatoria y fue muy bien recibida”, acota Zylberberg, añadiendo que “como Film Commission Chile esperamos que el programa se instale y crezca en el corto plazo”. Es que más allá de los países y la seguridad, la ejecutiva subraya que hoy nuestro país es atractivo por la cercanía y accesibilidad de locaciones únicas, por ser la única nación latinoamericana que cuenta con el Carnet ATA, un documento aduanero que permite la libre admisión temporal de mercancías, exenta de derechos de importación y otros impuestos como el IVA, y por la existencia tanto de equipamiento especializado para la producción y post producción, como de profesionales y técnicos calificados, con experiencia en servicios de producción internacional.
“El programa de incentivo de Corfo, de mantenerse en el tiempo, es un deal maker importantísimo y la mejor publicidad para atraer producciones internacionales que buscan, precisamente, a los países que generen y cuenten con estas condiciones”, detalla Zylberberg, especificando que Estados Unidos es uno de los principales mercados debido a que es el territorio que más produce y porque son receptivos a salir a buscar nuevas locaciones, ya sea por necesidades de guión o por costos menores.
“En ese sentido, mantenemos contacto con productores norteamericanos interesados en venir a Chile. Desde la Comisión Fílmica de Chile nos comunicamos también, e intercambiamos información, con las oficinas de ProChile en Estados Unidos y tenemos una fluida relación con la Association for International Film Comissions (AFCI), cuya sede está en Los Angeles y de la cual somos miembros activos”, acota.
Como en Nueva Zelanda
El mayor impacto que genera la venida de productores extranjeros, según Marca Chile, está en que logran dinamizar la economía local de las distintas comunidades a través de la llegada de capitales que mejoran su calidad de vida.
De este modo, agregan, podría aumentar el crecimiento económico del país a través de la diversificación de recursos y el incremento del interés turístico, lo que se liga, a su vez, con el aumento de la valorización del territorio y la creación de empleos. Sólo Shoot in Chile ha generado US$ 35 millones y más de cuatro mil empleos directos.
“Haciendo una comparación con otros países, se calcula que la generación de empleo directo en el sector audiovisual podría aumentar 46% en cinco años, junto con más de tres mil empleos indirectos. Mientras más producciones lleguen al país, más se profesionaliza esta categoría y se crea un círculo virtuoso”, sostiene Zylberberg.
Coincide Patrick Moore, coordinador de Banff Mountain Film en Argentina, Brazil, Chile y Perú, quien asegura que la llegada de productores internacionales tendría un efecto importante en Chile.
“Producciones recientes, como la película James Bond: Quantum of Solace filmada en el norte de Chile, resultan muy beneficiosas. Basta mirar lo que Lord of the Rings hizo por Nueva Zelanda”, precisa.
Nueva Zelanda es un ejemplo para nosotros, dice Zylberberg, porque no sólo levantaron una industria sobre la base de locaciones, sino que han desarrollado integralmente su industria local a partir de esta ventaja, generando mano de obra, infraestructura especializada e incentivos especialmente diseñados para esta industria. Políticas que tienen 30 años de implementación, pero que ya rinden frutos, dice.
“Pienso que en Chile debemos tomar un camino similar. Tenemos que ser más que una ‘cara bonita’ si queremos impulsar una industria local en etapas –no tendríamos la capacidad de absorber una demanda ilimitada–, apuntando a proyectos medianos que vayan afinando nuestras capacidades instaladas. Además, todos estos esfuerzos deben hacerse a largo plazo para ir generando marca país y posicionamiento a nivel internacional”, plantea la directora de la Comisión Fílmica de Chile.
Los desafíos: protocolos claros y mejor promoción
Conseguir permisos de filmación en la mayoría de las comunas de la Región Metropolitana resulta “complicado”, según Pedro Pablo Cabrera, de Shoot in Chile. Y esto, que podría parecer un detalle refleja, a su juicio, la falta de protocolos claros que hay en el país en esta materia. Tal situación, junto con “tomarle el peso” a la industria y generar incentivos, son algunos de los retos que Cabrera identifica para impulsar el sector.
“La mirada que hay de Chile en el extranjero es sumamente positiva, pero debemos seguir trabajando en arreglar temas internos. El apoyo de los municipios para tener protocolos y procedimientos claros para poder filmar, sería de ayuda. Al final, esto promueve la imagen de la región, ciudad y comuna”, sostiene.
En este sentido, para Ellen Guidera, de Ski Portillo y Tierra Hotels, ayudaría hacer una investigación del valor potencial de la industria para el país. “Si el valor es importante, entonces hay que invertir en una buena propuesta de promoción para una campaña grande”, afirma.
Una línea con la que concuerda Ricardo Margulis, de Valle Nevado, lugar que ha sido utilizado como locación en muchos comerciales internacionales y en cine, sin tener que impulsar iniciativas al respecto pues, en general, “son las mismas productoras las que nos contactan”. En ese sentido, el ejecutivo recalca la necesidad de “preparar buenas piezas de promoción que destaquen las ventajas de venir para acá. Poner a Chile en el circuito de las locaciones. Hacer algo específico”.
Así las cosas, estar al día respecto de las nuevas tendencias y tecnologías ligadas al quehacer turístico en materia de promoción, servicio y diversas experiencias es el gran desafío que suponen las ventajas comparativas y elementos diferenciadores que Chile tiene a la hora de competir como destino fílmico, advierte la subsecretaria de Turismo, Javiera Montes, añadiendo que el trabajo de la FCCh no sólo ha contribuido al desarrollo de la industria audiovisual nacional, sino que también “ha aumentado el impacto cultural, social y económico de nuestro país”.[:en]
It has been at least 20 years since public organizations began to promote Chile on the international cinema and advertising circuits. With diverse landscapes, short distances between a range of different sceneries, specialized human capital and safety across the country, there are many compelling reasons why Chile has been successful in attracting foreign productions to its shores; productions which, in recent years, have been growing in number.
On October 13, 2010, 33 miners were rescued after having spent 70 days trapped 700 meters below the surface of the earth following the collapse of San José mine in Copiapo, northern Chile. The drama of the event, the strength of the men who were trapped, the relentless search and the spectacular rescue not only attracted the interest of global media, but also Hollywood. In fact, four months after their rescue, the miners signed a contract with the talent agency William Morris Endeavor (WME) to look into the production of films, works of theatre and books based on their story. WME contacted Mike Medavoy, producer of Black Swan, Shutter Island and Zodiac, among more than 300 other movies, to produce a feature film about the miners. The 33, as the film was called, would be directed by the Mexican Patricia Riggen and the script composed by José Rivera, who was nominated for an Oscar for the film Motorcycle Diaries (directed by the Brazilian Walter Salles).
In Chile, Copiapo and Tierra Amarilla, a number of distinct highways and different desert zones formed part of the approximately 30 locations in total that were used to film the movie that starred Antonio Banderas and Juliette Binoche. A team of 52 people was brought to Chile, including cast and crew, which stayed for a total of between three weeks and five months. Locally, a more stable team of 110 people was recruited, in addition to further suppliers of lights, cameras, transport as well as numerous extras. Overall, the financial return for Chile was US$16 million.
Comparative advantages
The 33 was one of the last feature films shot in Chile and the financial figures generated by the movie represent only a portion of the impact of the film-making industry as a whole in this part of the world. In recent years, film and advertising producers from a range of countries have seen Chile as a perfect stage on which to tell their stories, despite the country’s geographic isolation.
The Film Commission Chile (FCCh) alone has hosted 250 productions since 2011, a figure that represents only 40% of the national total. Of this number, about 70% relates to international audiovisual productions. In terms of production type, the majority, 60%, pertains to commercials, 20% to television shows and another 20% to film-making.
An extensive geography that is made up of coasts, mountains, deserts, cities, countryside, forests and millenary ice fields is Chile’s most prized asset in this regard. In fact, “Chile, a world of locations” is the motto of the FCCh an one that should “be pushed further” according to Joyce Zylberberg, Director of the Commission that was created in 2011 by the Consejo del Arte y Industria Audiovisual (Council of Art and the Audiovisual Industry), which in turn is supported by the Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (National Council for Culture and the Arts), or CNCA. The objectives of the FCCh are to contribute to the development of the audiovisual sector through the promotion of the country as an international film-making destination, and to strengthen the cultural, social and economic impact of the industry as a whole.
“Chile has all the locations that one could want for a production and which are, furthermore, in close proximity to one another. This means that in a space of two hours you can, for example, film in the mountains and then in the city or by the sea. This is a highly attractive incentive in terms of the efficiency of a production”, states Zylberberg.
She adds that this advantage could be maximized to an even greater extent by streamlining permits, facilitating the execution of productions, involving local communities and demonstrating the huge potential of Chile in this line of business.
In this regard, the General Manager of the ski resort Valle Nevado, Ricardo Margulis, says that all the potential locations have an airport nearby, good road access and all the essential services close at hand.
As well as the diversity of scenery at its disposal, Pedro Pablo Cabrera, Executive Director of Shoot in Chile says that safe conditions throughout the country and the fact that Chile is in “the opposite season” to the northern hemisphere are strong additional pull factors. For example, if a European producer needs to shoot scenes for their next series, it is worth their while to do so in Chile, says Cabrera.
Chile is a reliable country which is seen as having a serious business culture, according to Product Development Manager at Jump Cats VFX & Fábrica de Medios, Germán Ovando. With that in mind, he also comments that a German producer once told him that “Chileans stick to their word”. Ovando continues by stressing that local creative technicians have a good level of training and experience of working on international productions.
The President of Ski Portillo and Tierra Hotels, Ellen Guidera, agrees that the key attributes of Chile are those related to its natural beauty, transparency, level of work and professionalism, as well as the probable factor of being “reasonably priced” compared to other countries.
In this sense, Guidera is sure that the national economy would benefit not only through the investment and execution of audiovisual productions, “but also from the (associated) learning opportunities, coverage in international commercials and by presenting the best of Chile to the rest of the world in visual form”.
In turn, Ariel León Isacovitch, photographer and Location Manager of Locations Chile, contends that trust and good relationships with foreign producers are the only way to generate positive results, while ensuring partnerships and “joint, cohesive work to strengthen Chile’s position in this industry”.
Two decades of momentum
The positioning of Chile within this industry has required significant and ongoing efforts. ProChile kicked things off in this area by focusing on the internationalization of national services and creative industries. And at least two decades ago, support for film-making from the State and institutions such as the CNCA began to take shape in a sustained and coordinated manner.
This path helped to pave the way to 2009 and the creation of the CinemaChile brand, which has achieved growing recognition from international film critics and audiences, “placing Brand Chile on a solid footing in the eyes of the world”, according to the promotion company.
The FCCh, meanwhile, which is a member of the Latin American Film Commission Network (LAFCN) and the Association of Film Commissioners International (AFCI), has taken positive steps in in terms of coordination with prominent national and international film-making players to facilitate the execution of audiovisual productions in Chile. Accordingly, Comisiones Fílmicas (Film-making Commissions) have been established in nine of the country’s regions, which have support from film-friendly municipalities and have entered into related agreements with a number of different government bodies.
Their establishment also gave rise to the 2014 launch of Shoot in Chile as a sector-specific brand, which was developed by the Asociación de Productores de Servicios de Producción Audiovisual (Association of Audiovisual Production Service Companies), as well as the program Marcas Sectoriales (Sectoral Brands) from ProChile, which seeks to transform the country into a global hub for audiovisual production. Both have taken on the role, together with 14 national production companies, of providing a range of services to international production teams coming to Chile.
“Management, methodology and planning through common goals have enabled us to move towards a working methodology of international standards”, emphasizes Pedro Pablo Cabrera, from Shoot in Chile.
More recently, the FCCh and Corfo have created the Programa Piloto de Apoyo a Inversiones Audiovisuales de Alto Impacto (High-Impact Audiovisual Investments Support Pilot Program) to incentivize big-budget productions to come to Chile. During its first two years of operations, the scheme will provide an incentive to all international productions that exceed US$2 million in expenses and that, of course, are filmed in Chile. The incentive also includes a commitment to return 30% of the qualified expenses of all television series and films shot in the country.
“We recently concluded the call for proposals and it was very well received”, states Zylberberg, adding that “as the Film Commission Chile, we hope the program will be established and then grown in the short term”. Beyond the landscapes and security, she notes that Chile is now attractive for the close proximity of and access to a range of unique locations, and due to the country being the only Latin American nation with the ATA Carnet. The ATA Carnet is an international customs document that allows free temporary admission of merchandise, which is exempt of duties and import taxes, as well as specialized equipment for production and post-production. Chile also permits entry to qualified professionals and technicians with experience of providing international production-related services.
“If it remains in place in the long term, the incentive program of Corfo is a really important dealmaker and the best advertisement to attract international productions which specifically seek countries that generate and provide these kinds of conditions”, affirms Zylberberg. She also explains that the United States is one of the primary markets since it produces the most films and because its companies are willing to search out new locations, whether for requirements related to the script and storyline or for lower costs.
Zylberberg continues: “Therefore, we maintain contact with US producers interested in coming to Chile. From the FCCh, we are in contact and exchange information with the offices of ProChile in the United States, and we have a solid relationship with and are active members of AFCI, whose headquarters are in Los Angeles”.
The example of New Zealand
The greatest impact generated by the arrival of foreign productions, according to Marca Chile (Brand Chile), has been their ability to boost the local economies of distinct communities by injecting capital that has then helped to improve local people’s quality of life.
In this way, these productions could increase economic growth in Chile by diversifying resources and raising the tourism profile of the country. In turn, this is linked to rises in the value of land and the creation of new jobs. Shoot in Chile alone has, for example, generated US$35 million and over 4,000 direct jobs.
“By comparing similar trends in other countries, the calculation of direct job creation in the audiovisual sector could rise by 46% in five years, in conjunction with more than 3,000 indirect jobs. As more international productions are made in Chile, the level of professionalism in this industry will increase, thereby creating a virtuous circle”, stresses Zylberberg.
Patrick Moore, Coordinator at Banff Mountain Film in Argentina, Brazil, Chile and Peru, agrees with this sentiment. He also believes that the arrival of international productions could have a significant impact on Chile.
“Recent productions, such as the film James Bond: Quantum of Solace, which was partially filmed in the north of the country, are very beneficial. You just need to look at what Lord of the Rings has done for New Zealand”, he states.
New Zealand is an example to Chile, says Zylberberg, not only because the country built an industry based on locations, but also because it has comprehensively developed its local industry as a result of this advantage. This includes generating a labor force, specialized infrastructure and incentives specifically designed for the industry. These initiatives, she states, come from public policies implemented over a period of 30 years, but which are now bearing fruit.
“I think that Chile should follow a similar path” argues the Director of the FCCh. “We have to be more than just ‘a pretty face’ if we want to drive the local industry in stages, since we lack the capacity to absorb an unlimited demand. We should therefore aim for medium-sized projects that help to refine our installed capacities over time. Moreover, all such efforts should be long term in focus in order to build a national brand and positioning on the global stage” she concludes.
The challenges: clear regulation and improved promotion
Obtaining a filming permit in the majority of the municipalities in the Metropolitan Region is “complicated” according to Pedro Pablo Cabrera from Shoot in Chile. This may only seem like a small detail but, in his opinion, it reflects the lack of clear regulation in Chile in this area. This situation, in conjunction with recognizing the potential of the industry and generating the required incentives, are the key challenges identified by Cabrera to foster the growth of the sector.
“The view of Chile from abroad is highly positive but we must keep working to improve certain internal matters. Support from the municipalities to devise clear regulation and procedures to allow filming would help. Ultimately, this would enable the promotion of the region, city and municipality brand”, he argues.
Similarly, Ellen Guidera, from Ski Portillo and Tierra Hotels, believes that research into the potential national value-add of the industry would be a significant benefit. “If the value is significant, then investment is needed for a solid advertising proposal and a large-scale campaign” she states.
This line of thinking is supported by Ricardo Margulis, from Valle Nevado, a place which has been utilized as a location on many international commercials and films, for which it was not necessary to proactively seek out production teams since, “the producers themselves are the ones that have contacted us”. Nevertheless, he stresses the need to “prepare solid promotional campaigns that highlight the benefits of coming to the country. This includes placing Chile on the locations’ map, and doing something specific in this area”.
The Undersecretary of Tourism, Javiera Montes, warns that remaining up-to-date with the latest trends and technologies related to tourism in terms of promotion, services and diverse experiences is the major challenge posed by the comparative advantages and differentiating elements facing Chile when competing as a top film destination. She adds that the work undertaken by the FCCh has not only contributed to the development of the national audiovisual industry, but also “an increased cultural, social and economic impact on the country”.[:]