Celebrando un Década de Libre Comercio Celebrating a Decade of Free Trade

27 Febrero 2014

El tratado de libre comercio (TLC) entre Estados Unidos y Chile entró en vigencia el 1 de enero del 2004. Una década más tarde es considerado uno de los tratados de libre comercio más exitosos que Estados Unidos haya suscrito con cualquier país de América.

Los números hablan por sí mismos: un aumento del 400% en el intercambio comercial desde el 2003 y Estados Unidos es ahora el más importante socio comercial de Chile en términos de variedad de exportaciones y el segundo más importante en términos de comercio general (12% de las exportaciones de Chile tuvieron como destino Estados Unidos en el 2012, país que proporcionó el 23% de las importaciones).

Quizás una de las estadísticas más impresionantes es que, hoy en día, poco más del 99% de las exportaciones chilenas -cerca de 7.650 productos– ingresan a Estados Unidos libres de aranceles, cifra que se elevará al 100% el próximo año. Productos clave enviados a Estados Unidos incluyen exportaciones no tradicionales tales como salmón, vino, frutas y productos madereros.

Los aranceles cero no han sido el único beneficio. Como analizamos en el Reportaje Principal de este mes, el acuerdo ha facilitado el comercio a través de una serie de medidas como procedimientos aduaneros expeditos y el certificado anual de origen emitido a los exportadores chilenos. La sección Negocios de esta edición destaca el ejemplo de los productores de aceite de oliva de Chile, los que en la actualidad envían más de la mitad de su producción a Estados Unidos.

El acuerdo también ha facilitado la inversión. Las compañías estadounidenses han invertido más de US$25.000 millones en Chile, mientras que las empresas chilenas han invertido US$5.000 millones en Estados Unidos en sectores que van desde la viticultura hasta la banca. Esto demuestra que el flujo de inversión no ha sido en una sola dirección.

El TLC fue un acuerdo histórico en muchos sentidos y no solamente porque incluyó cláusulas laborales y medioambientales. También sentó las bases para que Chile fuera el primer país sudamericano en ser invitado a unirse al programa de Exención de Visa de Estados Unidos (Visa Waiver) el año pasado y el único de tan solo un puñado en suscribir un convenio para evitar la doble tributación.

Sin embargo, el acuerdo no se alcanzó de la noche a la mañana. Costó casi una década que los dos países llegaran a un acuerdo. Parte de la razón de la demora fue el tiempo que tardó el Congreso estadounidense en renovar las facultades de fast-track, que habían expirado en el año 1994, para que el presidente sometiera el tratado a una votación que lo aceptara o rechazara, lo que significaba que ninguna enmienda podía retrasar su aprobación.

Sin embargo, hubo otro problema. Había una sospecha generalizada de que los acuerdos comerciales como este harían que la inversión abandonara Estados Unidos y llevara los puestos de trabajo a países con menores costos. El hecho de que esto no haya ocurrido es un tributo a la visión de quienes trabajaron ardua y prolongadamente en ambos países para conseguir que el acuerdo se aprobara. Por el contrario, las inversiones de las compañías chilenas en Estados Unidos han creado empleos ahí y viceversa.

Hoy en día, Chile y Estados Unidos participan de las negociaciones para un nuevo acuerdo comercial junto con Japón, Perú, Colombia, Australia y Nueva Zelanda, entre otros. El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés) es una propuesta ambiciosa destinada a abrir las fronteras entre al menos 12 países de la región del Asia-Pacífico, un área responsable de un tercio del PIB global y de más del 40% del comercio mundial.

Chile ya cuenta con acuerdos de comercio bilateral con estos países, pero el TPP incluirá reglas de origen acumulativas y altos estándares en nuevas áreas. Otros beneficios potenciales incluyen iniciativas para eliminar las barreras no arancelarias al comercio entre las que se cuentan regulaciones sanitarias, una menor competencia desleal de parte de las compañías estatales y la homogenización de las regulaciones.

Mucho depende de lo que ocurra en Washington en los próximos meses. Según Robert Zoellick, ex representante de comercio de Estados Unidos entrevistado en esta edición, aún queda por ver si el presidente Obama obtendrá las facultades de fast track para presentar el TPP al Congreso.

Pero cuando los legisladores estadounidenses analicen las ventajas de tener fronteras abiertas, el TLC con Chile seguramente será mencionado. AmCham y los equipos negociadores de ambos países pueden estar orgullosos de este resultado mientras celebran el 10º Aniversario de un acuerdo espectacular.

The Free Trade Agreement (FTA) between the United States and Chile came into force on January 1, 2004. A decade later it is regarded as one of the most successful free trade agreements that the United States has signed with any country in the Americas.

The numbers speak for themselves: a 400% increase in trade since 2003 with the United States now Chile’s most important trading partner in terms of variety of exports, and second most important in terms of overall trade (12% of Chile’s exports went to the US in 2012, which provided 23% of imports).

Perhaps one of the most impressive statistics is that, today, just over 99% of Chilean exports – some 7,650 products – enter the US duty-free, which will rise to 100% next year. Key products shipped to the United States include non-traditional exports such as salmon, wine, fruit, and wood products.

Zero tariffs have not been not the only benefit. As discussed in this month’s Cover Story, the agreement has facilitated trade through measures such as expedited customs procedures and the annual certificate of origin issued to Chilean exporters. This issue’s Trade Testimonial highlights the example of Chile’s olive oil producers, which today ship over half of their output to the United States.

The agreement has also facilitated investment. US companies have invested over US$25 billion in Chile while Chilean companies have invested US$5 billion in the United States in sectors ranging from viticulture to banking. This proves that the flow of investment has not been just one way.

It was a landmark agreement in many ways and not just because it included labor and environmental provisions. It also laid the foundation for Chile to be the first South American country to be invited to join the US Visa Waiver program last year and one of only a handful to sign a Double Taxation Avoidance Treaty.

However, the agreement was not reached overnight. It took nearly a decade for the two countries to reach a deal. Part of the reason for the delay was the time it took the US Congress to renew fast-track authority, which had expired in 1994, for the President to submit the agreement for an up-or-down vote, meaning no amendments could hold up approval.

But there was another problem. There was widespread suspicion that trade agreements such as this one would cause investment to flee the US and take jobs to countries with lower costs. The fact that this has not happened is a tribute to the vision of those in both countries who worked hard and long to get the agreement approved. On the contrary, investments by Chilean companies in the United States have created jobs there and vice versa.

Today, Chile and the United States are involved in negotiations for a new trade agreement along with Japan, Peru, Colombia, Australia and New Zealand among others. The Trans-Pacific Partnership (TPP) is an ambitious proposal aimed at opening borders between at least 12 countries in the Asia-Pacific region – a region responsible for one third of global GDP and over 40% of world trade.

Chile already has bilateral trade agreements with these countries but the TPP would include cumulative rules of origin and high standards in new areas. More potential benefits include efforts to remove non-tariff barriers to trade including sanitary regulations, reduced unfair competition from state-owned companies and the harmonization of regulations.

Much depends on what happens in Washington in the next few months. According to Robert Zoellick, the former United States Trade Representative interviewed in this issue, it remains to be seen if President Obama will get fast track authority to submit the TPP agreement to Congress.

But when US representatives discuss the advantages of open borders the Chile FTA surely deserves mention. AmCham and the negotiating teams in both countries can be proud of this result as they celebrate the ten-year anniversary of an outstanding agreement.

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