La Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio, AmCham, lamenta profundamente que el Gobierno de Estados Unidos no haya acogido la petición hecha por Chile para que, teniendo en vista las consecuencias que el terremoto tuvo en Chile, aplazara por 10 días la entrada en vigencia del “marketing order”, que afecta el ingreso de uva chilena al mercado de ese país.
Comprendemos que Estados Unidos tiene normas y mecanismos legales que hay que respetar. Sin embargo, las circunstancias únicas y dramáticas en Chile cuando se elevó esta solicitud, ameritaban en nuestra opinión, una acción más colaboradora y solidaria hacia un país socio y amigo cercano. Ello era muy esperable luego de las muestras de solidaridad del Presidente Obama, la secretaria de Estado Hillary Clinton durante su visita a Chile, de ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos y de importantes empresas del sector privado de ese país.
Su aprobación hubiese posibilitado que la demostración de enorme solidaridad que el pueblo, empresarios y Gobierno de Estados Unidos han tenido para con las víctimas, se hubiese materializado en una ayuda concreta a un sector que requiere mucha mano de obra y tiene un alto impacto para Chile.
Considering the tragic consequences of the earthquake, AmCham is disappointed that the U.S. government rejected a request by Chile to delay the date when U.S. marketing orders for grapes took effect (April 10). The marketing orders are designed to protect California’s early table grape deal from competitors like Chile.
After the earthquake, large shipments of grapes and other fruit had to be stored while authorities worked to get port facilities operating again. We understand the United States has norms and laws that must be respected but Chile’s tragic circumstances, in our opinion, warrant a more cooperative and supportive approach from one of Chile’s closest friends and trading partners. The expressions of support received from President Obama, Congress and Secretary of State Hilary Clinton, who visited Chile after the earthquake, created the expectation that the U.S. government would adopt such an approach.
The approval of Chile’s request in its time of need would have shown that the huge outpouring of solidarity shown by the U.S. translated into concrete action in a sector that is important for Chile’s economic recovery.