8º aniversario TLC Chile –EEUU: Éxito y oportunidades

03 Enero 2012

Se cumplen ocho años del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos. Es importante dimensionar la magnitud de los beneficios que éste ha traído consigo, cuando quizás el paso del tiempo y/o la globalización de Chile alimentan una actitud de “dar por sentado” algo que significó un gran logro y que ofrece importantes oportunidades para que Chile de un salto al desarrollo.


En ocho años, el comercio con EEUU se ha casi triplicado, pasando de 7000 millones de dólares en 2003 a cerca de 19.000 millones en lo que va de este año. A EEUU se dirigen la mayor cantidad de productos exportados por Chile. Mientras a China y Japón  se exportan cerca de 400 productos, a EEUU van sobre 1800. En el caso de los dos primeros, las exportaciones minerales acaparan el 90% y 73%, respectivamente, del total exportado hacia esos países, versus el 39% del total que se envía a EEUU.
Esta mayor diversificación favorece la estabilidad de la industria exportadora de Chile, al no depender ésta fuertemente del precio de uno de los productos. La solidez de las exportaciones del sector agroalimentario por otra parte significó que, pese a la crisis,  los envíos hacia EEUU continuaran creciendo, en contraposición con lo ocurrido con otros mercados en los que la recesión sí se hizo notar.
En AmCham estamos convencidos de que el comercio con EEUU puede crecer aún mucho más.  Se trata de un mercado en expansión, con un PIB per cápita sobre los US$40.000 y que para el 2020 se espera supere los US$50.000. Participar en éste equivale a hacerlo con 50 países con TLC’s con Chile, atendiendo el tamaño de cada Estado y los diferentes mercados que conviven en un solo país.  Se trata no sólo de un mismo TLC, sino también de una misma cultura para hacer negocios, lo que sin duda facilita los entendimientos.
Hay, además, varias iniciativas en curso que permiten ser optimistas en cuanto a que se puede lograr mucho más. Por de pronto en AmCham hemos formado el Consejo Empresarial Chile- EEUU sobre Energía, que tiene por objeto que EEUU y Chile aumenten su trabajo y comercio conjunto en este rubro. Estados Unidos, por otra parte, está apoyando fuertemente a su sector productivo a exportar e invertir en el exterior a través del programa National Export Initiative. La atracción de más inversión es, quizás, el punto de mayor debilidad que ha mostrado esta relación comercial, puesto que no obstante ser EEUU el principal inversor en Chile, ésta ha sido menor a lo proyectado. Razones de tamaño o de mercado pueden explicar esto. Sin embargo, el que los Congresos de Chile y EEUU ratifiquen a la brevedad el Tratado para Evitar la Doble Tributación que hace dos años aprobaran ambos gobiernos, es un incentivo concreto para la inversión, según sugieren estudios realizados en otros países.  Por otra parte, Chile podría ser gran beneficiario de esta National Export Initiative aprovechándola como una  oportunidad para que este país sea utilizado como plataforma regional. Por último, el espacio para crecer también estará dado por los avances que se registren en materia de propiedad intelectual. Tratándose EEUU del país que más patentes registra y cuna por excelencia de la innovación, es dable entender que procuren ser estrictos en el respeto a este “asset” que tienen por parte de sus socios y a cuyo cumplimiento Chile se comprometió en el TLC.
Hay otras iniciativas que -en conjunto- también tendrán un impacto positivo en esta relación. En lo académico, el mayor intercambio de estudiantes; en lo  laboral, los programas que ofrecen la experiencia de trabajar en EEUU, así como los 1400 cupos de visas especiales de trabajo, beneficio subutilizado a la fecha, o los convenios de CORFO con instituciones de EEUU para apoyar a emprendedores. Por último, está el creciente interés de la industria de Venture Capital por conectarse con los empresarios de ese rubro de EEUU, los que sin duda tienen mucha experiencia que traspasar a sus pares chilenos.
Tenemos muchas razones para celebrar. No se trata de un aniversario más del TLC, sino que hay hechos concretos que dan para pensar que podremos celebrar por muchos años más el que el comercio entre los dos países ofrezca oportunidades de desarrollo reales a personas en Chile y EEUU.


Si prefiere ver la columna en El Mercurio, haga click aquí.

Se cumplen ocho años del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos. Es importante dimensionar la magnitud de los beneficios que éste ha traído consigo, cuando quizás el paso del tiempo y/o la globalización de Chile alimentan una actitud de “dar por sentado” algo que significó un gran logro y que ofrece importantes oportunidades para que Chile de un salto al desarrollo.


En ocho años, el comercio con EEUU se ha casi triplicado, pasando de 7000 millones de dólares en 2003 a cerca de 19.000 millones en lo que va de este año. A EEUU se dirigen la mayor cantidad de productos exportados por Chile. Mientras a China y Japón  se exportan cerca de 400 productos, a EEUU van sobre 1800. En el caso de los dos primeros, las exportaciones minerales acaparan el 90% y 73%, respectivamente, del total exportado hacia esos países, versus el 39% del total que se envía a EEUU.
Esta mayor diversificación favorece la estabilidad de la industria exportadora de Chile, al no depender ésta fuertemente del precio de uno de los productos. La solidez de las exportaciones del sector agroalimentario por otra parte significó que, pese a la crisis,  los envíos hacia EEUU continuaran creciendo, en contraposición con lo ocurrido con otros mercados en los que la recesión sí se hizo notar.
En AmCham estamos convencidos de que el comercio con EEUU puede crecer aún mucho más.  Se trata de un mercado en expansión, con un PIB per cápita sobre los US$40.000 y que para el 2020 se espera supere los US$50.000. Participar en éste equivale a hacerlo con 50 países con TLC’s con Chile, atendiendo el tamaño de cada Estado y los diferentes mercados que conviven en un solo país.  Se trata no sólo de un mismo TLC, sino también de una misma cultura para hacer negocios, lo que sin duda facilita los entendimientos.
Hay, además, varias iniciativas en curso que permiten ser optimistas en cuanto a que se puede lograr mucho más. Por de pronto en AmCham hemos formado el Consejo Empresarial Chile- EEUU sobre Energía, que tiene por objeto que EEUU y Chile aumenten su trabajo y comercio conjunto en este rubro. Estados Unidos, por otra parte, está apoyando fuertemente a su sector productivo a exportar e invertir en el exterior a través del programa National Export Initiative. La atracción de más inversión es, quizás, el punto de mayor debilidad que ha mostrado esta relación comercial, puesto que no obstante ser EEUU el principal inversor en Chile, ésta ha sido menor a lo proyectado. Razones de tamaño o de mercado pueden explicar esto. Sin embargo, el que los Congresos de Chile y EEUU ratifiquen a la brevedad el Tratado para Evitar la Doble Tributación que hace dos años aprobaran ambos gobiernos, es un incentivo concreto para la inversión, según sugieren estudios realizados en otros países.  Por otra parte, Chile podría ser gran beneficiario de esta National Export Initiative aprovechándola como una  oportunidad para que este país sea utilizado como plataforma regional. Por último, el espacio para crecer también estará dado por los avances que se registren en materia de propiedad intelectual. Tratándose EEUU del país que más patentes registra y cuna por excelencia de la innovación, es dable entender que procuren ser estrictos en el respeto a este “asset” que tienen por parte de sus socios y a cuyo cumplimiento Chile se comprometió en el TLC.
Hay otras iniciativas que -en conjunto- también tendrán un impacto positivo en esta relación. En lo académico, el mayor intercambio de estudiantes; en lo  laboral, los programas que ofrecen la experiencia de trabajar en EEUU, así como los 1400 cupos de visas especiales de trabajo, beneficio subutilizado a la fecha, o los convenios de CORFO con instituciones de EEUU para apoyar a emprendedores. Por último, está el creciente interés de la industria de Venture Capital por conectarse con los empresarios de ese rubro de EEUU, los que sin duda tienen mucha experiencia que traspasar a sus pares chilenos.
Tenemos muchas razones para celebrar. No se trata de un aniversario más del TLC, sino que hay hechos concretos que dan para pensar que podremos celebrar por muchos años más el que el comercio entre los dos países ofrezca oportunidades de desarrollo reales a personas en Chile y EEUU. 


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