Desafíos de la nueva infraestructura crítica

10 Mayo 2022
Autor: Patricio Cofré

Columna de opinión escrita por Patricio Cofré, socio de consultoría en data analytics de EY Chile.

La aceleración de la transformación digital que hemos vivido durante los años de pandemia nos ha dejado en claro la relevancia de la infraestructura tecnológica para mantener la operación de la economía, tanto como tradicionalmente han sido los puertos, autopistas y aeropuertos.

Y es que redes de comunicaciones de vanguardia, computación ubicua y satélites ya no son capacidades deseables, sino que activos críticos para incrementar nuestra productividad y competitividad global.

América Latina se encuentra considerablemente atrasada en infraestructura tecnológica requerida para brindar conectividad de calidad a toda la población, así como para ofrecer capacidades avanzadas a nuestras empresas, startups y universidades que buscan ser parte de la economía moderna.

No obstante, existen en Chile una serie de iniciativas muy destacadas para avanzar en materia de conectividad a través de fibra óptica, en computación ubicua con nuevos centros de datos, y medición remota en bases al nuevo sistema nacional satelital.

En cuanto a conectividad, Chile cuenta actualmente con 18 mil kilómetros de fibra óptica, cifra que se busca duplicar con los proyectos ya en curso de Fibra Óptica Nacional y Fibra Óptica Austral, o el recientemente inaugurado cable submarino Prat que conecta 12 ciudades desde Arica a Puerto Montt (con 3.500 kilómetros de extensión y una inversión de US$100 millones).

Estos proyectos serán también habilitadores de la expansión de soluciones de última milla y 5G en todo nuestro territorio.

Respecto a centros de datos, Chile ha recibido interesantes anuncios de instalación de infraestructura de punta por parte de los gigantes tecnológicos globales como Google, Huawei, Oracle, Microsoft y AWS, posicionando a Chile como un auténtico hub latinoamericano en esta materia. Un aspecto importante en este posicionamiento ha sido el énfasis e inversión que Chile ha puesto en energías renovables, lo que nos convierte en un polo atractivo para empresas con planes de carbono neutralidad.

Finalmente, nuestro nuevo sistema nacional espacial, que buscará poner en órbita 10 satélites nacionales, 8 de ellos fabricados en Chile, será un notable aporte a nuestro desarrollo científico y tecnológico, habilitando el emprendimiento e innovación espacial para Chile.

Dentro de los posibles usos de esta infraestructura se pueden contar la mejora en la planificación urbana, respuesta a desastres naturales, cuidado de nuestros recursos naturales, mejor minería y agricultura, entre muchos otros.

Contar con todas estas nuevas capacidades pondrá a disposición de nuestra industria, startups y universidades de capacidades de nivel mundial para innovar, aumentar nuestra competitividad global, aportar diversificación a nuestra economía y materializar las oportunidades que nos abren tecnologías como la inteligencia artificial.

Compartir
EY Chile